EMAKUME
OLERKARIAK, Antología de Poetas Vascas, fuera de sus mugas se presentó en público en Madrid, y también en Pamplona, San
Sebastián y Bilbao en una edición bilingüe publicada por
Torremozas bajo la responsabilidad de Julia Otxoa, poeta, narradora y
artista plástico donostiarra que participaba en actividades líricas
y gráficas y en exposiciones colectivas en colaboración con
Ricardo Ugarte, autor de la portada de esta edición.
La
antología apareció en Enero de 1990 precedida de un estudio
introductorio de 21 páginas donde la autora recoge la Historia de
la Literatura de mujer escritora en los territorios que engloban hoy
Euskadi y Navarra. Es un estudio social y literario de la posición
de la mujer en el PaísVasco y Navarra, dando más importancia a las
señas distintivas de lo que pudo ser la literatura en euskera a lo
largo de los siglos y las costumbres culturales por las que la mujer
sufrió la represión de su autonomía personal. Era un estudio
valiente en los planteamientos de rechazo a la represión que, decía
la autora, sufrieron las mujeres por condicionamientos religiosos y
políticos. Hace historia desde la edad media, condicionada por el
casi analfabetismo popular hasta las nuevas generaciones. Frente a
una literatura de temas religiosos con abundancia de ediciones de
Biblias y catecismos, la mujer se vincula a la literatura oral de
bertsolarismo. Sabido es que las universidades en el País Vasco y
Navarra fueron tardías y muy a menudo la cultura recurrió a los
clérigos y órdenes religiosas como canon de adoctrinamiento
cultural.
En
ese afán de promocionar lo propio desfilarán nombres de esclavas
cantoras vascas, prisioneras de los árabes, o monjas mexicanas de
raíces vascas como sor Juana Inés, Juana de Asbaje . Y también
reinas navarras que no escribieron en euskera, sino en francés, como
Margarita de Navarra, Juana de Labrit o Margarita de Valois, cultas y
renacentistas que apoyaron lo vasco.
Era
antología bilingüe con traducciones de Patxi Perurena, Jon Iñaki
Lasa e Manu López, editada con la subvención del Instituto Vasco de
la Mujer del Gobierno Vasco. Recogía poetas escritoras en euskera, con
traducciones en castellano y a la inversa, poetas castellanas
traducidas al euskera. En resumen 5 poetas en euskera y 14 en
castellano .
Escriben
en Euskera : Una poeta de la Baja Navarra: Charo Borda, Bayona. Tres
poetas de Guipúzcoa : Tere Irastorza ; Amaya Lasa y Arancha
Urretavizcaya. Una poeta de Vizcaya Amaya Itúrbide. No hay
recogidas poetas ni de Alava ni de Navarra . Posiblemente si la
antología se hiciese ahora, la muestra en euskera sería más
extensa.
Mas
abundante es la cita de poetas que escriben en castellano, algunas de
ellas muy afamadas; 11 son de Euskadi y tres de Navarra. Entre las
nombradas y prestigiosas pero no incluidas en la muestra : Ernestina
de Champourcín; Concha Mendez; Ángela Figueras. Muy conocidas e
incluidas con poemas, la donostiarra_Amparo Gastón y la vizcaína
Sabina de la Cruz compañeras de vida y versos de Gabriel Celaya y
Blas de Otero.
En
castellan hay muestra de cinco poetas guipuzcoanas: Teresa Arocena ;
Blanca Calpasoro; la ya citada Amparo Gastón ; Virginia Imaz ; y
Julia Otxoa , responsable de la antología. Y las hay de las cinco
poetas vizcaínas Estíbaliz Bedialauneta; Inmaculada Corcuera ;
Sabina de la Cruz ; Teresa Merino y Marifeli Maizcurrena, nacida en
Londres aunque residente en Bilbao. Entre las poetas recogidas
una,Laia Martinez, nacida en Barcelona pero residente en Euskadi. No
hay incluida ninguna poeta alavesa. Nos incluye a las navarras Julia
Guerra, Maite Pérez Larumbe y yo misma, Charo Fuentes.
La
Antología llegó en un momento oportuno y demostró tanto la
voluntad de trascender los propios límites y darse a conocer del
Instituto Navarro de la Mujer del Gobierno Vasco, cuanto del interés
de Torremozas en cubrir los territorios fuera de la capitalidad
madrileña; y tanto del afán de las mujeres escritoras por darse a
conocer cuanto por tejer redes de comunicación entre ellas.
El
estudio previo era muy interesante. Si algo puedo apostillar es que
esa tradición de escritura de las mujeres, al menos las navarras y
las alavesas, se entrecruza con la tradición castellana que no se
refleja. Como navarra, echo en falta la inclusión de las costumbres
y los nombres de las mujeres que, una vez anexionada Navarra a
Castilla, desarrollan una tradición propia más acorde con la
española. Podíamos hablar, ya que se habló de la francesa, de que
existirá una literatura conventual, similar a la española que, caso
de la Ribera de Navarra, estará influenciada por la castellana y
también por la aragonesa. Pasará lo mismo en el XVIII, Y XIX y
también en el XX.
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