viernes, 8 de marzo de 2019

Día de la mujer Caperucita ilustrada

A su vuelta, poco había cambiado, como si lo anterior no hubiera muerto. Creía que el panorama sería más complicado de definir de lo que parecía a simple vista, pero era obvio que lo que siempre existía era la capacidad de manipulación y el arte del trepe. Eran mafiosos

domingo, 3 de marzo de 2019

Con voz propia: Carmen Baroja II




Segunda entrada de Carmen Baroja Nessi. Me quedé con las ganas de alargar la primera entrada de Memorias.
Quizá en mi ficha breve de la primera entrada no me detuve en dos cosas que lo merecían. La primera que fueron Carmen Baroja y su cuñada Carmen Monné las que viajaron a Londres para saber cómo se organizaba un Lyceum femenino y montarlo igual en España, no fue una socia más sino una de las emprendedoras que hicieron posible en España una Asociación de Mujeres con habitación propia. Dice en sus memorias que, cuando pensó que se había politizado, se borró. Si fue la activa organizadora ¿por qué se fue? ¿por qué no se fueron las otras? Seguramente porque consideró que ya no tenía como fin lo propuesto, sino que estaba siendo mediatizado para hacer algo que no compartía, hacer política. Quizá, como dije en mi primera entrada, no era gregaria, tenía su propia forma de mirar las cosas. Pero ¿dejó de ser feminista? ¿era feminista Carmen Baroja? Creo que si. Su feminismo no acabó cuando se dio de baja en el Lyceum club porque se hubiera politizado, ni con la clausura después de la guerra del Lyceum club y el exilio de sus compañeras de actividades, Maeztu, Kent, Huici, Aragoneses. Ciertamente que hubiera sido difícil ejercer de “feminista” después de la guerra, organizando conferencias y apoyando la liberación femenina. Sabemos que cuando el Lyceum club se abrió, recibieron las mujeres liceistas todo tipo de críticas de los medios eclesiásticos y sus allegados. Cambió el signo, cambió la orientación; de ser feministas a que el espacio fuera del Círculo Cultural Medina de la Falange, que, si hacemos caso a Carmen de Zulueta, las que llegaron arramplaron con todo. 
Pero  ¿Es que Carmen no buscaba su crecimiento personal, como ser ella misma, y nunca se abandonó a frente los avatares, nunca se supeditó sino que luchó para sacar a todos a flote como madre, como hija, como esposa de un hombre moralmente derrotado? ¿No es luchar por la propia dignidad y la de todos ser feminista?¿No trataba con igual dignidad a las mujeres que frecuentaron la casa de Vera durante la guerra, a las que nunca llama muchachas de servicio, sino que las cita por su nombre con toda deferencia? Sus compañeras se exiliaron. ¿hubieran seguido la amistad después de la guerra? ¿Quizá con María de Maeztu, la desilusionada de la República y también de Franco? Sin más, se borró, pero no dice cuando ¿en el año 31?
Debí recalcar en segundo lugar su obra como mujer humanitaria que atendía a los heridos de la guerra en el hospital de Vera. Y no lo dije quizá porque ella no le daba importancia, pero la tuvo. Ser humanitario, también es ser feminista, es sentir piedad por los seres humanos y ayudarlos. Debió ser muy fuerte y compasiva para hacer de enfermera, en unas condiciones terribles y precarias. Es un rasgo de su carácter: no se da ninguna importancia, aunque la tuviera.
Los artículos que ésta publicación recogen parte de la obra intelectual de Carmen Baroja demuestran sus capacidades: tenía agilidad en la narración y curiosidad intelectual como para amenamente contar con rigor el tema tratado, también demuestra que fue de obra escasa, lo que no quita un ápice de su capacidad, sí de las circunstancias en las que vivió y que ella intentó superar, leyendo, oyendo música, viendo exposiciones, documentándose. Y es que escribir, también era una forma de ganarse el pan. Todavía hay gente que piensa que la mujer es un florero y que su trabajo no merece sustento. ¡Que los zurzan!.
Continuó en la necesidad de mujer dispuesta a saber y a entender el mundo y la cultura con su propia visión y a ser útil en la vida. Aprender más allá del método educativo con que se la educara y del que se quejaba; su obra demuestra que ese aprendizaje por su cuenta la hizo sabia, exigente, rigurosa y sencilla. Somos, al leer sus artículos, muy conscientes del gran campo de sus intereses intelectuales Casi erudición, diríamos, si no fuera porque en su caso es preferible llamarla amenidad versada.

Con voz Propia. Colaboraciones en prensa de Carmen Baroja, es publicación de Carmen Caro, nieta de Carmen Baroja Nessi que recoge la obra como articulista de su abuela. Es publicación de la editorial Caro Raggio, Madrid 2018. La publicación se presentó en el Casino Principal de Pamplona el 10 de Octubre de 2018 . Carmen Caro Jaureguialzo es licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y pertenece al Cuerpo Facultativo del Estado de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Coordinadora de los Planes Nacionales de Patrimonio Cultural y escritora. En una familia que tuvo y tiene como norma la discreción, nada dice la autora respecto a su capacitación y a su propio currículum, se presenta como nieta de Carmen. A Carmen Baroja le hubiera gustado este cambio de signo. Decía en sus “Memorias”:

Yo creía que si las mujeres, empezando por mí a quienes veía en mi propia casa, a muchas con magníficas cualidades, no éramos más inteligentes, es por nuestra falta de preparación, nuestra falta de conocimiento 
 
Objetivo cumplido El prólogo de Carmen Caro  Jaureguialzo escrito desde el conocimiento de los lazos familiares y desde la visión profesional de una estudiosa, sitúa a Baroja en el contexto donde se inscriben tanto las relaciones  de una familia excepcional como la urdimbre social donde Carmen Baroja Nessi se sitúa y confirma la excepcionalidad de una pionera en pasar a la acción feminista en la defensa del derecho de las mujeres a la educación y al desarrollo intelectual de sus facultades. En el seguimiento de las colaboraciones de su abuela, tanto en España como en Argentina existe el amor familiar y el método de la profesional contemporánea

Esta recopilación de artículos recoge los publicados en la Nación de Buenos Aires, El Español de Madrid, Destino de Barcelona, Fantasía de Madrid, artículos inéditos y cuentos y una obra de teatro. Como rasgo central, totalmente exento de petulancia, el dominio sobre el tema tratado sea histórico, artístico, etnográfico, de bibliofilia o de modas, que nunca es moda al uso sino el arte de la moda, del tejido o del hilado o los encajes. Cada artículo es un trabajo de divulgación, escrito con la amenidad y, al mismo tiempo la gran precisión de lenguaje y muestra la agilidad de una gran narradora que convierte a los personajes historicos o pictóricos o literarios de los que habla en protagonistas de una historia narrativa. Se documenta sobre la época en que se inscriben con un conocimiento enciclopédico hecho a pinceladas con lo que nunca resulta pura erudición sino que tiene la amenidad de una historia real que puede ser mítica o recreada. Se trasluce en la narración el amor a lo que cuenta, sea artístico o histórico, de España o del País Vasco, siempre muy presente en sus narraciones. Imagen de una mujer que escribía de lo que amaba, así de esmaltes, lacas, telas, encajes, música, pintura, literatura, o historias de personajes franceses, los mosqueteros, España, las tradiciones, la música. Los temas tratados en el periódico argentino La Nación de Buenos Aires imaginamos sería seguido con expectación, dado la altura del tratamiento y su amenidad. En publica Amuletos naturales, sobre el sentido mágico de los amuletos, La dama de Elche, Talismanes, El árbol sagrado Su felicidad La Reina de Palmira, Ollas y pucheros, Tadeo Gadi, Mujeres guerreras, Un asunto policiaco de hace más de cien años, Una obsesión de Goya, El gabinete verde y Los modernistas. En el Mercurio, de Barcelona Crónicas femeninas por Vera de alzate, en agosto de 1917 Las primeras crónicas de Carmen Baroja son  del año 17, tendría 19 años. Demuestran que su afán de salir del círculo cerrado empieza pronto. Son acontecimientos sociales los que cuenta, muy de la época, mostrando un interés especial por las exposiciones artísticas y por la moda, ya que siempre fue una persona preocupada por la elegancia, muy de San Sebastian y Pamplona. Utiliza seudónimo, todavía frecuente en las mujeres escritoras de principios de siglo: Vera de Alzate. Carmen escribe sobre uno de sus grandes hitos “Memorias íntimas de un teatro de cámara”, El mirlo blanco, publicado en la prestigiosa revista La Gaceta Literaria” de Giménez Caballero en 1927- fecha a destacar, cuando los poetas del 27 están preparándose para su presentación pública en el Ateneo de Sevilla. Su época más recordada, con una actividad muy interesante, también por los interesantes personajes que actuaron de faranduleros, entre otros, Azaña. Por la misma época estaba Pilar de Valderrama con su “Fantasio” y García Lorca pronto con su Barraca. Hoy quien cultiva el teatro en casa es Antonio Garrigues Walker, heredero de aquel espíritu liberal de la burguesía ilustrada y sobrino de Emilio Garrigues Diaz Cañabate, barraco. Debió ser preciosa una actividad social que nada tenía de frívola y si de creativa, dentro de una sociedad burguesa y culta. En “Ahora, Diario Gráfico” , en 1932 “Hacia una escuela de bordadoras y encajeras ( con motivo de una exposición de lenceria)” Carmen dió ideas prácticas para hacer de la artesanía una industria, en eso sigue las ideas ilustradas de “Los Amigos del País del siglo XVIII. Podríamos considerarla una precursora del “Museo del Traje”, pero un con sentido práctico, muy suyo. Escribe en una revista de su tierra, en “Mujer San Sebastian (creo yo que siempre se debió encontrar en San Sebastian más a gusto que en Pamplona) sobre modas españolas relacionadas con el arte de la artesanía popular, ensoñaciones sobre un carnet de baile encontrado, sobre la historias del romancero, sobre las novelas ejemplares de doña María de Zayas. Me sería largo y quizá excesivo hablar de cada uno de los preciosos relatos, editados e inéditos de Camen Baroja. entre los inéditos cuentos para sus hijos, historias que merecieron salir al ser escritas. Y, no me considero erudita en el tema, pero entiendo que de la literatura que yo puedo haber leído de esas mujeres de su generación, y aún en las siguientes, nadie como Carmen habla con tanto conocimiento de temas relacionados con lo más llamativo de la cultura popular y culta, aunque sean la excusa las santas Justa y Rufina cuya imagen encuentra en una taza de loza en Sevilla. Consigue así una obra divulgativa extraordinaria del patrimonio artístico español y de la historia de la cultura y el pensamiento. Si es escasa, seguro que es por las dificultades de su condición de mujer. Merece  su lectura, es muy buena.
Hay en algunos relatos de los no publicado,  los de creación, y también en el prisma con que juzga a los históricos, el punto de su vista y el carácter y la escala de valores con que vive su visión de mujer. Así lo entiendo. Acabo con una cita que   lo demuestra:

Alrededor del pilón de mármol de la fuente monumental, las flores de salvia bermeja, sobre su follaje gris, forman el dibujo de una alfombra decorativa. Encima, erguida en el alto bastón derecho de su tallo injertado, queda una rosa desafiando al viento y a los goterones de agua que envía una nube sombría.
Th´is the last of Summer left blooming alone”, canta la señora a media voz recordando la vieja y romántica canción de la Marta de Flotow.
Las hojas secas en loca carrera forman rondas y remolinos sobre la arena del camino.
- Es la vegetación que muere para volver a nacer – y piensa en ella y en sus dos espléndidos hijos”.

(Vera de Alzate : Es la última rosa del estío, “Mujer”, octubre de 1946, Nº26