martes, 27 de febrero de 2018

En la Plaza Mayor de Lima


Lima amanece nublada con garúa y en la Plaza de Mayor cambia la guardia en el Palacio del Gobierno y tocan los soldaditos "El condor pasa". Los miradores macizos del arzobispado cierran sus imponentes portezuelas de caoba. La magnificencia y el boato sorprenden y apabullan. Cuando llegaba el virrey se adoquinaba la plaza con adoquines de plata.

 Amarillas, las casas y los taxis relucen; las flores, las palmeras y el aire de la ciudad antigua recuerdan el pasado colonial, aunque ya no esté la magnífica escultura de Pizarro, hoy en proceso revisionista. Y una recuerda además con melancolía aquella canción de Maria Dolores Pradera :"Tú saludas tocando el ala de tu sombrero mejor y yo agito con donaire mi pañuelo". Y lo agito, mientras pongo a Antonio, que no se deja, un sombrero de paja toquilla de jipi y japa que compré en Otavalo. Pero ya no hay cocheros, aunque sí misa mayor hasta los topes en los Dominicos, porque es viernes y -dicen-está dedicada al santo Cristo de los Milagros.
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Renacentista con adornos platerescos, domina la plaza la Catedral con altas torres blancas neoclásicas de techumbre de pizarra y alberga a dos ilustres: El fundador Francisco Pizarro en su sepulcro, y una sorprendente capilla de monseñor San José María Escribá con sotana ¡Sorpresa! no esperabamos encontrar por aquí al Gran Canciller de la Universidad de Navarra. El Sagrado Corazón de Jesús en la hornacina de la fachada, parece hablar de la importancia que tuvieron los jesuitas en el virreinato. Y es que la religión parece sostenida en el tiempo de Perú, y tocan las campanas cuando es la hora de la consagración en las iglesias de Cuzco y hay velas de colores que se venden para poner ofrendas; y colas de mujeres fieles en las tallas de los Manuelitos, vestidos con pelucas y terciopelo. Todavía me dura el susto de las catacumbas en la Iglesia de San Francisco, huesos, calaveras y esqueletos al aire

Pegado a la catedral, frente común a ella en la alargada plaza, neocolonial, barroco, lujoso, el Palacio Arzobispal, cuyas escaleras imperiales subimos, mientras imagino el fru fru de la seda púrpura rozando los suelos de maderas nobles y mármoles; y manos blancas con anillos de ópalo abriendo los cajones de marquetería; o apoyando la jícara de chocolate en las mesas de malaquita y jaspe.

Lima, preciosa y legendaria, cabeza amada del virreinato

Sentados en sillas de mimbre en cualquier terracita porticada, nos gusta su riquísimo el café, y las 5000 clases de papas, hechas fritas, a la huancaína o en causa; y el arroz chaufa de influencia china;y el ají de gallina; y el cebiche y los camarones de mar; y el paiche de los ríos; y abrir, que no cerrar, el almuerzo con un pisco

Unas culturas mueren y otras renacen o perduran. Lima histórica, Patrimonio Cultural de la Humanidad evoca el Sur, pero más a Sevilla que a Extremadura; y más al Pacífico asiático que al Mare Nostrum nuestro.
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El acento español es dulce y preciosísimo, un español color canelita, suavizado




lunes, 19 de febrero de 2018

En la mitad del mundo : Ecuador




Conocer el mundo. En la mitad del mundo, con un pie en cada hemisferio, una se siente apabullada y nimia frente a la grandeza del hombre de ciencia. Sin su sabiduría y su conocimiento matemático, geogràfico, físico,  sin su curiosidad científica, su experimentación, su prospección, su meticulosidad ,su capacidad mental puesta al servicio de la ciencia, los hombres no sabrìamos la realidad. El científico tiene una poderosa inteligencia que pone al servicio de los demás y de su propia ansia de saber. En esa forma de conocimiento no mágico sino racional el hombre no sueña sino realiza; no imagina sino comprueba; no hace metáforas sino ecuaciones y medidas. Y no es literatura, es ilustración, ciencia. Así que en frente de todos los hombres sabios e ilustres que en Ecuador, en las Galápagos, en la selva del Amazonas o en los Andes se plantearon los por qué y definieron las escalas, las latitudes, los hemisferios, las formas de la tierra, los ríos, los volcanes, las corrientes, la botánica, la genética evolutiva, yo rindo homenaje a sus memoria repitiendo alguno de sus nombres : Charles Marie de La Condamine; Pierre Bouguer; Louis Godin; José de Jussieu; Jorge Juan; Antonio de Ulloa; Pedro Maldonado; José Celestino Mutis; Charles Darwin; Alexander von Humboldt .

Museo Oswaldo Guayasamin, Capilla del Hombre en Quito. Como una culebra de 35 kilòmetros, Quito se alarga desde la ciudad vieja y el casco histórico hasta la zona elegante de la cola que da paso a edificios emblemáticos, rascacielos y centros comerciales lujosos donde reinan las joyerìas francesas, la moda española de Zara y los ejecutivos de la OEA con maletines de cuero. Alli , en un edificio singularìsimo rodeado de jardines, la Fundación Guayasamín. Del genial pintor, escultor , grabador y muralista nos regalò Alfonso Fernandez a Cascante unas litografìas magnìficas aun sin exponer, así que mi curiosidad había sido activada, si cabe más, por el regalo. Aunque despedirse o encontrarse con el pintor es habitual ya que es suyo el imponente mural del aeropuerto de Barajas sobre el encuentro de los dos mundos, el hispano y el indio. Historia de un niño que hacía caricaturas a sus profesores y compañeros de pupitre y era amonestado y expulsado por ello. La genialidad exige sin embargo ver como la deformación de los rasgos del caricaturista y la expresividad de los trazos, el agrandar los rasgos distintivos y defectos del retratado, se van a mantener a lo largo de toda su obra de madurez, adquiriendo dentro de su técnica pictórica una fuerza sorprendente. Nada convencional, fue apoyado por Roquefeller cuando todos le consideraban un "desplazado". Hay más allá de los trazos una profundidad expresiva en los personajes que puede parecer atormentados, y al mismo tiempo un indigenismo que nos remonta a Orozco y a Ribera en sus murales épicos. Pacifista y comprometido, producto de una época "de compromiso social" que supera, la grandeza de su visión nos muestra al gran pintor de América latina y también de España, de las maternidades y de Quito y amigo de Neruda al que algunos piensan el Picasso quitense.

Quito, Ecuador, junto a la Plaza de Armas, siempre bulliciosa, protestan taxistas y mujeres con sombrero negro de alas cortas y toquilla de lana. Declarada patrimonio por la UNESCO, Quito conserva su centro y sus iglesias, aunque las casonas buenas de época española de barandillas pintadas son oficinas y los hoteles más lujosos  de la zona histórica tienen patios españoles andaluces. De noche la zona se vacía y los turistas cuidamos recogernos a tiempo. De día las calles se llenan de gente que va y viene y vende y mercadea. Al lado de la plaza la Calle de las Siete Cruces, quiero detenerme en la Iglesia de la Compañía, el mejor ejemplo del barroco hispanoamericano, dicen. Lo es. Nunca vi más oro y más armoniosamente empleado, aun con exceso. Sí, no es oropel ni falso dorado: El oro, el oro de las indias desde un metro a la altura del suelo- para evitar rapiñas- cubre todas las paredes, los suelos, los púlpitos, los altares, las zapatas: Todo. Horror vacui que tapiza el oro y cubre las piedras y las piedras volcánicas ligeras de la cúpula y los techos. Un color oro rojizo, oro real que habla de la importancia, y del poder político, económico y religioso de la orden española y también de su exceso. A la derecha del altar mayor, San Francisco Javier, a la izquierda, San Ignacio. El Dios traído por los españoles, más rico todavía que el dios Sol de los incas, a los que imagino boquiabiertos mirando las lacerías y arabescos, copia de las mudéjares, pero supongo que vacías de texto. Hay algo de representación teatral en ese lujo aureo y podemos casi escuchar textos de dominio, de evangelización o de exilio. A veces, ver nos devuelve la historia más que leer o oir. Eso ocurre en la Iglesia de los Jesuitas- La Compañía de Jesús- en las calle de las Siete Cruces de la España de la Real Audiencia de Quito 

Arriba en el Pichincha, toca un indio la flauta andina. No sé si lo sabe él, pero sólo su flauta es compatible con el silencio de las estremecedoras alturas. La subida por el teleférico  asusta un poco y en lo alto del todo la yerba lacia a nuestros pies contrasta con el azul purísimo cargado de nubes que amenazan caer y cubren grisiblancas la boca de algun volcán lejano. Nacen senderos y los senderistas se cruzan con nosotros, mochillas a la espalda, y provoca envidia  no estar en forma para continuarlos  "Siempre llueve en la tarde, no se demoren" , nos dicen. La avenida de los  volcanes, aquí también bautizo de Alexandre Von Humboldt, vuelve a recordarnos que la naturaleza es siempre mucho más que el hombre, que se impone y nos achica. La Avenida de los  Volcanes .El nombre evocador es una concesión a la mágico y sus leyendas, porque el escalofrío de lo inconmensurable apela al sentimiento más imponente aquí que la visión científica. Volcanes en la avenida de los cielos,  rascancielos. No es el agua de las nubes quien nos nubla los ojos. 

Y, concesión al recuerdo turístico, nos hacemos la foto trucada volando sobre el crater del volcán apagado. Queda la tarde para regresar a comprar  máscaras y muñecas

lunes, 5 de febrero de 2018

Mujeres en Vanguardia III : Las científicas de la Residencia de Señoritas. Las becas y el Laboratorio Foster

ANTECEDENTES
Decía Carmen de Zulueta en ”Ni convento ni college. La Residencia de Señoritas” publicación de la Residencia de Estudiantes como ésta de “Mujeres en Vanguardia”que comenté en su día, que María de Maeztu tuvo desde el inicio interés en que la Residencia de Señoritas se abriera preferentemente a mujeres que estudiaran en la Universidad, y que inicialmente fueron las residentes mujeres que estudiaron carreras consideradas femeninas como pedagogía; que fue a partir de los años 20 cuando las estudiantes residentes empezaron a mostrar interés por las carreras científicas como Medicina o Farmacia.

Sabemos por otras publicaciones, como la de Consuelo Flecha García ( “Las Primeras Universitarias de España, Madrid, Narcea 1996) del pronto interés de las mujeres por carreras científicas; mujeres pioneras de finales del siglo XIX aún antes de abrir oficialmente la Universidad cursaron estudios universitarios en Medicina y Farmacia. Sorteando obstáculos burocráticos y reticencias de la mayor parte del claustro de profesores, consiguieron doctorarse en Medicina en 1882 la barcelonesa María Dolores Aleu Riera y la tarraconense Marina Castel, ambas con título expedido por la Universidad de Barcelona ; y en 1886 la palentina María Luisa Domingo García por la Universidad de Valladolid. En 1886 las hermanas Eloisa y María Dolores Figueroa Martí obtuvieron el doctorado en Farmacia, expedido por la Universidad de la Habana, colonia entonces española.

LAS BECAS Y EL LABORATORIO FOSTER

La ILE desde el inicio había mostrado un interés en la docencia científica, comprometiendo en ello a personalidades como Santiago Ramón y Cajal, primer director de la Junta de Ampliación de Estudios luego continuado por José Castillejo; la JAE otorgó becas a alumnos y a alumnas para cursar ampliar estudios científicos en universidades extranjeras europeas y americanas. En ésta publicación del Centenario de la Residencia de Señoritas y que hoy comento, figuran 35 mujeres que obtuvieron becas en EEUU, entre las cuales un importante número, dice la publicación, eran doctoras o licenciadas de Medicina o Ciencias. Este trabajo publica la lista de las becadas y las universidades a las que asistieron, pero no habla de la titulación. Becadas científicas que esta publicación cita   fueron Margarita Comas Mas; Felisa Martín Bravo, Olimpia Valencia, residentes; María Capdevolla de Oriola, Maria del Carmen Martinez Sancho y María Teresa Toral. Como ya comenté, ésta es una publicación interesada en los avances pedagógicos , no tanto científicos, pero Mujeres en Vanguardia remite a otras específicas de Leila N.Rupp, Carmen Magallón,  MªJosé Iturión y Rosa Mª Merino. No puede faltar una reseña a lo científico en esta entrada mía, ya que las autoras entienden la profesionalidad en lo científico como una de las aportaciones de la Residencia y de Mª de Maeztu. Afirman, y yo comparto, que en el avance fue definitiva la colaboración del feminismo americano docente a través del Instituto Boston. Y lo fue no solamente por las becas otorgadas por el Instituto Internacional para cursar estudios en EEUU, también porque a él se debe el Laboratorio Foster de Química con el que desde 1920 van a contar las mujeres para sus prácticas.

La Universidad de Madrid estaba equipada con laboratorios. La Residencia de Estudiantes , desde su inicio en 1910 , tenía sus propios laboratorios para suplir las deficiencias de los de la Universidad Entre los profesores que dirigían la investigación de los laboratorios de la Residencia de Estudiantes se encontraban médicos y biólogos prestigiosos : Juan Negrín, Pío del Río Ortega; Ignacio Bolivar, entomólogo; Antonio de Zulueta, genetista. Discípulo de ellos el luego premio Nobel Severo Ochoa.

Pero las mujeres científicas no disponían de laboratorios. Los laboratorios de la Universidad eran pequeños y no podían ser utilizado por las estudiantes. En palabras de Carmen de Zulueta:”Se dedicaban enteramente a los hombres, como muchas otras cosas en España” , a pesar de que ya un número de significativo de mujeres matriculadas los iban precisando En 1928 una entrevista a María de Maeztu en el Heraldo de Madrid confirma que de las 200 residente solamente dos cursan estudios de Pedagogía, siendo la carrera de Farmacia la más habitual entre las residentes. La Residencia de Señoritas, al contrario que la de Estudiantes, no tenía laboratorios y las alumnas tenían que aprender el texto sin posibilidades de hacer prácticas, lo que Zulueta achaca a cierto sexismo de la JAE.

La deficiencia iba a ser paliada, como muchos de los grandes aciertos de la Residencia de Señoritas, gracias a la colaboración norteamericana. Recuerda Carmen Magallón, autora del artículo de ésta publicación dedicado a las científicas, que la relación entre Residencia de Señoritas y el International Institute fot Girls en Spain posibilitó la venida de Mary Louise Foster a Madrid. El Internacional Institute for Gils, fundado por Alice Gordón Gulich, también llamado Instituto Boston, - como recogimos en otra entrada establecido en España, en Santander desde 1877 y en Madrid desde 1903- tenía como meta, conforme con los movimientos feministas emancipadores americanos, la educación superior de la mujer española. Mary Louise Foster, era doctora en Química, profesora del Smith College, investigadora en Biología molecular y Bioquímica. Llegó a Madrid mandada por la corporación Bostoniana para hacerse cargo de la dirección del Internacional Institute y para cubrir las deficiencias de la educación española en su formación práctica. En 1920, en una habitación equipada por la JAE comienza la actividad del laboratorio con asistencia de 36 alumnas de 19 provincias españolas, que cursaban estudios 4 de Facultad de Ciencias; 20 de Farmacia; 5 de la escuela superior de Magisterio, 5 de Medicina de Magisterio y 2 de la Escuela Normal. La profesora Foster organizó desde 1920 al 22 clases de Química y, montó el primer laboratorio de Química con pocos medios que le suministró la JAE. Era abierto. Cumplida la tarea, vuelve a Boston.

El laboratorio fue un éxito y necesitó ampliarse en el jardín de Fortuny. María de Maeztu viaja a Boston para pedir ayuda económica y solicita que vuelva a España la Profesora Foster, lo que consigue. En 1927 la profesora Forter se hacía cargo de la dirección de obras de ampliación y ejerce su magisterio con técnicas dirigidas a análisis de química inorgánica, orgánica, análisis de componentes de la orina, acidez, grados alcohólicos, aceites, sulfatos, agua. Las prácticas fueron convalidadas por la Universidad hasta niveles de doctorado. Algunos trabajos de los laboratorios fueron presentados ante la Real Sociedad Española de Física y Química. En enero de 1028, con la ayuda del Instituto Boston, se abrieron los nuevos laboratorios de Química de 32 plazas. Los laboratorios reconocen la labor de la profesora Foster, dándole su nombre: Laboratorios Foster

Dije que quería que mi blog hablara de colectivos y nombres propios de mujeres. No da muchos nombres propios este trabajo que cito, aunque soy casi lega esta materia, y por tanto sin  capacidad de juicio, quiero incluirlos. Creo que es de justicia intelectual citar a esas mujeres que fueron abriendo el camino de las ciencias. Además de Mary Louise Foster, cita como directoras del laboratorio a Vera Colding y a las españolas Rosa Herrera y Carmen Gómez Escolar; como ayudantes a Mary Luz Navarro y Carmen Sánchez; entre las alumnas a Dorotea Barnés, Felisa Martín Bravo; Josefa Gonzalez Aguado y Pilar Martinez Sancho. Tanto la publicación de Zulueta como esta, documentan con fotografías los laboratorios y las mujeres científicas que pudieron hacer prácticas de sus especialidades.

¿Que fue de aquellas pioneras? Poco dice este trabajo. Cita a Josefa González Aguado, plagiada en sus tesis después de la guerra por un compañero adicto al régimen; sabemos que la navarra Dorotea Barnés, química, doctora en Física por Yale,especializada por Massachusser en ténicas de spectroscopia, catedrática de instituto, investigadora en el Instituto nacional de Física y Química,fue expedientada no pudiendo ejercer la docencia en España. Sus hermanas Adela, Ángela y Petra, sufrieron el exilio; otras debieron quedarse en cátedras de instituto; me temo que poco dice en esta publicación su responsable, Carmen Magallón, que si tiene otras publicaciones hablando del tema. Quiero entender que cuando Carmen de Zulueta incluye al Laboratorio Foster como una de las aportaciones culturales de la Residencia de Señoritas y Carmen Magallón lo recoge como “trampolín para la creación de una entusiasta comunidad científica española “ es imprescindible hablar del por qué y el cómo de esa comunidad. Quizá esté, como urdimbre de fondo, la capacidad de decisión y gestión de María de Maeztu, que estrechó hasta converger  e identificar con la Residencia de Señoritas los lazos de las amigas americanas. Aprender con ellas potenció la Residencia, también su internacionalización. Entiendo que la generosidad y participación del Internacional Institute y su altura de miras, fueron decisivas en el desarrollo de la Residencia de Señoritas y su logró en la educación superior de la mujer española y en particular, en este caso citado, a la educación científica.

Lo que si sabemos, al margen de este texto, es que aquel inicio fue continuado por las herederas de aquel institucionismo de corte liberal que algunas añoramos. Así la bioquímica Margarita Salas, hija de residente de la Residencia de Estudiantes compañero de severo Ochoa  que ejerció la medicina y la psquiatría, educó a su hija conforme  a lo aprendido; Salas hizo su tesis doctoral en EEUU con Severo Ochoa y hoy es la más prestigiosa bioquímica de España