domingo, 19 de mayo de 2019

Hugo Liaño: Una vida en Verso. España, Circulo rojo, 2017


Me llega en el correo un poemario de Hugo Liaño, amigo de juventud cascantina. Hugo apareció en el Cascante de nuestra adolescencia desde Zaragoza. Su inclusión en la pandilla venía precedida por la recomendación de Manuel de San Cristobal y del tafallés José Cabezuso Astráin, amigo de Faustino Corella y pregonero. Siempre el grupo navarro en Aragón fue numeroso, en aquella época los catedráticos Francisco Indurán y José María Lacarra, y otros muchos, alguno de ellos cascantinos, como el bibliófilo Alfonso Fernández, el pintor Jesús Lapuerta y Manuel de San Cristobal, militar y padre de nuestros amigos Mª Dolores y Tomás, y los Ayala los Lamarque, los Duplá  y los Ximénez de Embúm, también de la pandilla. Sirva este inciso para explicar que la venida de Hugo en una tierra donde las pandillas se forman en la infancia, traía en su haber, además de la recomendación del grupo navarro, su condición de “poeta”, cosa entonces a nuestra edad juvenil algo insólito y meritorio. La revista Pregón, dirigida por el turiasonense Faustino Corella casado con cascantina y director de Pregón, acababa de publicar un poema suyo. La revista era prestigiosa y no incluía a cualquiera. El poema estaba dedicado a Juan Ramón Jiménez, debió ser escrito en el momento de su muerte, así que fecho el poema en 1958 .Tal conmoción causó eso de codearse con “poeta” aunque han pasado tantísimos años recuerdo al menos textualmente el final: Es que no veo nada/ he debido olvidar los ojos en la tierra.
  Como vino se fue algún verano. Lo reencontré por los a los años 80 en la calle Doménico Escarlatti, cerca de Julián Romea donde yo tenía mi casa. Vivía en Madrid y era neurólogo Se había casado con una chica de Tarazona muy guapa.
Lo vi en Cascante al cabo del tiempo mirando a lo que fue la casa con terraza de la amiga de la que en su juventud estuvo enamorado. Me dijo que volvió para recordar, sus paseos en bicicleta, lo que quedaba de nuestra pandilla, su paraíso perdido. Estaba jubilado y daba vueltas sin rumbo fijo con aire de despiste. Hugo no ejerció, me dijo, como oficio el ser poeta, había ejercido durante treinta años como jefe de neurología del H.U Puerta de Hierro de Madrid y como profesor de Neurología en la Universidad Autónoma de Madrid. Se hizo neurólogo, pero tampoco perdió la poesía: “En definitiva el neurólogo y el poeta apasionado no son sino el haz y el envés de una misma hoja”le pedí que me mandara sus poemas

Volví , tan sólo por ver
el tiempo que ya pasó.

Por el camino de polvo
estaba acostado el sol.

Belfos labios, los ribazos
contaban vieja pasión.

Entre las cañas doradas
mi tristeza se cortó.

Volvió tan solo por ver
el tiemo que ya pasó.

Menos fogosa la sangre
y algo más ronca la voz.
(Nostalgia, pg 67)

Editó el poemario en el 2017. Leo en su currículum que es académico de la Real Academia de Medicina, que preside o ha presidido sociedades científicas de España, Europa y América y que ha sido profesor en las universidades de Londres, Oxfort, La Habana, Roma, Córdoba (Argentina) San José de Costa Rica, Burdeos y Rabat y ha sido representante de España en la UNESCO y en la Unión Europea de médicos. Medalla de Honor del Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Gran Cruz de Honor de Oro de la comunidad de Madrid. Me sorprende de que en su intensa vida profesional pudiera respirar en el libro de poemas que recibo:Una vida en Verso.
Esa otra parte de la ciencia que es el su envés, como dijo Hugo, me ha intrigado. Sus reflexiones científicas revelan la otra realidad, la del cerebro humano "Neurología y poesía, razón y corazón, ciencia y conciencia son tres binomios en una rima consonante", leo.
Los hallazgos de la reflexión científica serían la explicación de la inaprensible actividad artística que solo se muestra cuando la emoción se hace objeto artístico. Antes de ponerme a leer los poemas me he detenido en dos de sus argumentos:

"La Neurociencia enseña que solo cuando un hecho emociona queda bien grabado en la memoria remota."

Si la emoción es la materia de lo que queda grabado, el arte, y en él la poesía, es el objeto artístico conseguido a causa de ese temblor inteligente que se trasmite, aunque el que la escriba no busque más que retener la emoción que un día sintió o la que está sintiendo, inteligencia o dolor, amor o temporalidad. Cada poema, pintura, o canto es un intento de fijar en la memoria lo que no queremos que pase - o lo que no quiere pasar-  y retenerlo en nuestro disco duro. Así . Este libro de poemas de mi amigo sería una recopilación de los momentos que le emocionaron y que no quiso olvidar. Es este poemario, con sus poemas dispersos, la memoria escueta de toda una vida. Una vida, parte de la cual yo pude conocer, como quizá el mismo olmo, o los chopos, o el reloj, o el tictac o el tren escachamatas.

"La emoción estimula y sostiene la atención, y mejora el aprendizaje"

Emocionarse es aprender. Sí la emoción vivida consigue dar respuesta a una pregunta, y cada respuesta un avance conseguido en el aprendizaje; si la ciencia neurológica admite que emocionarse cientificamente es algo que debe de buscarse y no negarse, cerrarse a la emoción es cerrar la puerta al crecimiento de la inteligencia humana. ¿Es entonces el arte creado tras una emoción una respuesta válida, en primer lugar para uno mismo y, en segundo lugar, para responder a los que, viéndolo o leyendolo, se emocionan? Me gustaría que mi amigo ampliase sus reflexiones.  
Una Vida en Verso : 
Se ocupa el poemario de un centenar largo de poemas de toda una vida, así el título, desde los primeros, fechados en 1956 hasta los más actuales en 1997 y los sin fecha La extensión del tiempo transcurrido confiere a los poemas formas poéticas de distinto corte e influencias. El poemario se compone de 7 apartados: Amores y desamores; Otras emociones; Poemas de la palabra; Escenas; Escenas taurinas; Escenas Festivas y Jocosas; Poemas de conciencia religiosa. La temática responde fielmente a los apartados, aunque dentro de ellos haya poemas de muy distintas fechas. Desde el punto de vista formal hay multiplicidad versal: extensos versos libres, versos de rimas y métrica tradicionales con inclusión de sonetos; versos arromanzados con rimas asonantes; y versos  heterométricos con libertad de rimas. En sus ritmos y factura encontramos ecos que acusan lecturas de de Machado, como el dialogado: La Torre triste y sola (pg 69) y de la generación del 27 : Lorca: En esa curva del río (pg 68) Diego (Anochecer en Silos) Salinas (Amor no correspondido). Modernismo y malditismo en temas decadentes de Beaudelaire o de Manuel Machado o Verlain: Bohemia (pg 199) Fiesta (pg197) En la juerga flamenca (pg 195) o los símbólicos de Antonio Machado (La fuente seca ) o los ritmos modernistas de Rubén:

Hoy tiene la noche un color extraño

por entre el plumero de aquel largo chopo,

que al temblar sacude, cual pagano hisopo

las gotas de luna por el verde paño.



Hoy no se asemeja a un murmullo huraño

el roer del río, incansable topo,

y aún esta congoja que en mi pecho arropo,

parece que sabe a optimista engaño.



Entonan los grillos un cántico nuevo,

su música es menos estridente y vana,

y hasta el cementerio está menos yerto.



Quizá es que huye la pena que llevo

porque oigo a lo lejos latir la campana

y no me doy cuenta que repica a muerto.



Enfrente me observan los ojos del monte

candiles lejanos de aldea que vigila
o tal vez centellas de feroces lobas.



Y yo, la mirada fija al horizonte,

voy viendo que pasan mis horas en fila,

como brujas negras sobre sus escobas.


(Serenidad, 1956, pg 66)

Una vida da para mucho y los hombres y mujeres vamos evolucionando y completando nuestra biografía, como demuestra Hugo Liaño en su versos. De aquellos de 1956 en un chico de 15 años al de un madurez así el amor y el desamor de ese primer apartado: Desde la distancia ( pg129) o la hija: A mi hija la que está llorando (pg 119). El cansancio: Stand Clear and the door:

Tengo frío por dentro
no me duermo en la noche y siento miedo.
¿Qué me queda por ver en el espejo?
la arruga y el cansancio,
el dolor y la ausencia de esperanza,
honores y medallas que no quiero,
ambiciosas personas que me hieran
y un memorable entierro...

Se van alejando aquellos poemas juveniles de despedida de colegio, aunque siguen enraizados en una fe religiosa que la vida no le ha hecho perder en las que cabían las oraciones Desahogo místico ( pg 212) y El ángelus (pg 216). La heterogeneidad del tiempo y de los temas prestan al poemario un carácter no unitario y sin embargo rico en matices, en cambios de estilo. Se suceden poemas a la naturaleza y el paisaje Por la orilla del lago ( pg 89 ) Chopos en enero y de las ciudades Nostalgia Tafallesa (pg 175) Medina de Fez (pg 111) Barrio de Santa Cruz (pg 113). La búsqueda filosófica inspirada en Wittgenstein (pp 101-103) donde se ha llegado tanto a la total libertad versal como literaria. Se preocupa del tema social: Estampas del suburbio (pg137) Huérfano (pg142) El mendigo ciego (pg143). Como  Bergamín y Manuel Machado lleva al poema la música y los toros, Banderillas (pg87) Tarde de toros (pp185-86)  poemas misceláneos en los que predomina la voluntad de hacer de los recuerdos una emoción: literatura;y que logra con facilidad, pese a que el autor se haya dedicado  a otras tareas científicas, que no tanto creativas. 
Muestra Liaño su espíritu humanista y su necesidad de reflexión en este apuntalamiento de las emociones. Y nos abre la necesidad de un cuarto ensayo sobre la emoción y la memoria. Círculo vital todavía abierto, yo quisiera acabar este encuentro poético con el poema que le publicó Pregón, allá por 1958, a sus 17 años y que le abrió nuestra admiración de adolescentes:

A JUAN RAMÓN JIMÉNEZ que murió ayer:



Llega la noche brincando sobre tejados marrones

De la opaca hoja del cielo yo solo veo el envés,

la estación de mis canciones

-precoces hojas de escarcha

una

más blanca y grande la luna-

y aún así ¡qué hermosa es!



Tú que has tomado el tren de la eterna marcha,

tú que tienes el haz de mi cielo a los pies,

dime ¿qué es lo que ves?

¡cuéntame tu mirada!



¿Por qué enmudeces?

¿Hay algo arriba que te aterra?

……….



¡Es que no veo nada!

He debido olvidar mis ojos en la tierra!