Tercera parte Despertar de España 1931-1836
Declara en Doble esplendor Constancia de la Mora que despertó
a los problemas de España al mismo tiempo que España hacía lo mismo. La
biografía de Constanza de la Mora se va a convertir en un ensayo que intenta
explicar la política española desde un punto de vista marcadamente de
izquierdas en el que incluye su propia vida. El pensamiento de Connie tiñe de
política todos sus juicios, incluso previamente a esa República, al enjuiciar
la Dictadura de Primo de Rivera, el Mussolini del Rey (p 152) o al
propio Rey. La posición política que
mantiene, poco acorde con su clase social, hace que pierda todos los amigos aristócratas
y se le vayan cerrando las puertas por las que antes entraba, así la Marquesa
de Ariluce, con cuya hija había tenido casi una relación de hermana. Por el
contrario, en el trabajo tanto Zenobia como Inés Muñoz deseaban con
esperanza que llegara la República. Tampoco sus padres aprueban su conducta, ni
que viva independientemente de su familia con su hija Luli, ni que trabaje para
mantenerse. aunque su padre siga pasándole mensualmente una cantidad como dote.
Cierto que no todos los Mauras eran monárquicos y Miguel Maura, hermano de la
madre, que había formado parte del Pacto de San Sebastián, ahora estaba en la
cárcel e iba a ser juzgado por conjura contra el Rey, juicio al que Connie
asiste como espectadora en un claro desafío familiar y social. En otro extremo,
su tío, el duque de Maura, era ministro de Trabajo e intentaba salvar la
Monarquía. Esa pluralidad política afectaba a la paz familiar de los padres de
Connie y sus parientes. El Comité Republicano del Pacto de San Sebastian había
iniciado en agosto una fallida sublevación, secundada por la aviación de Cuatro
Vientos, y entre los aviadores Ramón Franco y Ignacio Hidalgo de Cisneros. Conocerá más adelante a Ignacio Hidalgo de
Cisneros, que será su segundo marido cuando la República legisle la Ley de Divorcio.
Pero la evolución, pienso, de Constancia de la Mora hacia posiciones
republicanas y de izquierda fue antes de conocer a Ignacio y no una
consecuencia de haberlo conocido. Desde mi punto de
vista, aunque mis argumentos escapen claramente de una crítica al uso y sean
una interpretación mía, por tanto, subjetiva, el desarrollo de su crisis
matrimonial agudiza su enfrentamiento social por la falta de salidas a los
problemas derivados de una ruptura que desembocará en una abierta oposición al sistema que sustenta a esa sociedad controladora, llámese Iglesia,
Monarquía o clase económica dominante. Es similar al que sufrieron Carmen de
Burgos o María Teresa León.
La República (1931) Como es sabido, las elecciones municipales del 14 de abril
confirmaron la victoria de la coalición Republicano Socialista, la renuncia del Gobierno y la”huída”, dice Constancia, del Rey, fue recibida por euforia por Connie
y sus nuevas amigas. Connie no dudó en llegar a Rafael Sánchez Guerra,
secretario del presidente Alcalá Zamora, a quien conocía por la relación con su
familia y consiguió por su recomendación un trabajo en el Patronato Nacional de
Turismo. Algo incoherente nos parecen sus comentarios, porque se desilusiona de
que sus compañeros de trabajo no tuvieran interés en hacer nada:” junto con
los empleados administrativos, llevados allí por la dictadura, también a base
de recomendaciones y favoritismo y que habían permanecido casi en su totalidad,
después del cambio de régimen, su única ambición consistía en percibir buenos
sueldos y hacer el menor trabajo posible “(p.174)
No podemos acusar a Connie de no tener entusiasmo ante los
trabajos que emprende, pero sí pensamos que consiguió el trabajo gracias a una
recomendación, lo mismo que achaca a sus compañeros. Connie comulga con todas
las ideas de la República de una manera más extrema, así juzga negativos que los
puestos de trabajo de la Administración del Estado sigan a cargo de la misma
gente que había servido a la Monarquía, que el espíritu de la República no
penetre en á Administración del Estado y que se respete demasiado la legalidad,
por lo que acusa de estupidez a los primeros gobernantes republicanos. También
acusa a la Iglesia de estar abiertamente al lado de la Monarquía y de la
reacción (p.175) y a los sacerdotes de incitar desde el púlpito a los fieles en
contra de la coalición Republicano-Socialista amenazándolos con la condenación
eterna (p.177) Juicio muy adverso también contra los monárquicos a los que
acusa de no haber perdido ningún poder, de seguir siendo los dueños de la
prensa, de estar en connivencia con la Compañía de Jesús y de oponerse a las
reformas.Los culpa de arrogancia y justifica la quema de ABC por el pueblo:” A
quemar el ABC, pero ya habían acudido allí numerosas parejas de la Guardia
Civil, habituada a su misión de proteger la propiedad de los ricos” (p. 181) Justifica
también la quema de la Iglesia de los jesuitas en la calle de la Flor. Tampoco
es favorable su opinión sobre los profesores e intelectuales “elegidos para
cargos y puestos que difícilmente podrían desempeñar”. Acusa a Azaña, ministro
de la Guerra de temblar ante la oposición que algunas medidas necesarias provocarían
entre la “casta “militar A lo largo de la obra, muestra más de una vez su
desprecio por Besteiro” y considera a sus partidarios intelectuales demoledores
y soberbios. Esta dureza radical parece estar presente en todos sus juicios,
sea la Reforma Agraria, la política religiosa o la cuestión del Ejército. Su
postura muy de izquierdas va a determinar perdidas de amistades posteriormente con
algunos de sus amigos republicanos como Indalecio Prieto o Zenobia Camprubí.
Pero no traigo en el blog a Constancia de la Mora por su
postura política, ni tan siquiera con este Doble Esplendor que no
sabemos si escribió íntegramente, sino por sus hechos de avance como mujer, aunque
esos hechos no hubieran sido tales si no fuera por las ideas que la movían a la
acción, estemos o no de acuerdo con ellas.
En esta biografía o autobiografía, es la de una mujer de
izquierdas, entiendo, que hace una reflexión sobre sí misma y es al mismo
tiempo una justificación de la política republicana. Su reivindicación es la
forma de pedir la ayuda de las democracias y de -Estados Unidos para los ya
exiliados españoles perdedores de la contienda.
Segunda boda (1932) El Fervor político republicano de Constancia de la Mora va a
encontrar respaldo en Ignacio Hidalgo de Cisneros y López Montenegro,
aristócrata de Vitoria, de familia tradicionalista noble, prestigiosa coronel
de Aviación que se exilió a Portugal por la acción antimonárquica de Cuatro Vientos
y que había vuelto a España con la República. Ignacio era muy popular, un
hombre alto, elegante y guapo, amigo de Ramón Franco. Poseía formas amables y
pensamiento crítico, conocía bien a todo el estamento militar, era liberal y
progresista. Se enamoraron y pretendieron casarse por lo civil, por lo que
esperaban la Ley de Divorcio prometida por la República para poder hacerlo,
rechazando Connie conseguir la nulidad eclesiástica. Ante la oposición de su
marido Bolín a concederle la separación y a declarar nulo el documento previo
firmado accediendo a que viviera en régimen de separación con la custodia de
Luli, Constancia actuó aconsejada por “una abogado mujer” (tal vez Victoria
Kent amiga de Zenobia en el Lyceum club,) y consiguió, tras el proceso judicial,
la custodia de Luli y el divorcio de Bolín. Ignacio y Constancia se casaron por lo civil en
Alcalá de Henares, teniendo como testigos a los ministros Indalencio Prieto y
Marcelino Domingo. Fue el primer divorcio y casamiento civil tras la Ley del Divorcio
de la República (1932). Muchos de sus amigos antiguos consideraron que vivía en
pecado. Pese a la disconformidad paterna con este nuevo matrimonio, nunca se
interrumpieron las relaciones padres e hija, sí con sus hermnos. El dinero que le siguen enviando
sus padres es integrado en una cuenta abierta para Luli. Costea el matrimonio sus
gastos con el sueldo de coronel de Aviación de Ignacio y de lo que ella aporta
con su trabajo. Los padres no conocen al nuevo marido ni han asistido a la boda
y resultaba incómoda para Connie esa falta de relación, pues creaba preguntas
en su hija Luli difíciles de contestar, por lo que deciden poner distancia y
marchar fuera de España.
Roma (1933) Hidalgo de Cisneros mostró a Marcelino Domingo el deseo de
salir de España y el Gobierno creó para él la plaza de agregado aeronáutico en
Roma y Berlín, con la misión de emprender relaciones e informar de la situación
de las fuerzas aéreas de ambos países. El matrimonio se estableció con Luli en
Roma. El compromiso político en común se avivó, era la Italia del régimen
fascista de Musolini que rechazaban. No les gustaba la sociedad bajo el
fascismo ni los camisas negras; también desconfiaban del cuerpo diplomático
español con el que no comulgaban, ya que hubieran preferido que fueran leales republicanos
puestos por el gobierno mejor que diplomáticos de carrera. Tampoco les gustó el
nazismo de Berlín, aunque Hidalgo de Cisneros se asombre ante su poder
aeronáutica. Saben también que los monárquicos conspiran en Roma con Alfonso
XIII. Querrían volver a España, pero el triunfo en las elecciones de la
coalición de la CEDA y Lerroux lo dificultaba, pensaban que era el triunfo de
la reacción porque iba a paralizar las tímidas reformas iniciadas por la
República. Cuando el quince de octubre en España se declara la huelga general obrera,
de la que formaba parte La Revolución de Asturias contra el Gobierno, instigada
entre otros por Largo Caballero e Indalencio Prieto, fracasa , sabiendo que el
Gobierno busca a los cabecillas de la sublevación, Hidalgo de Cisneros vuela de incógnito a Madrid en auxilio de Indalecio
Prieto y le conduce metido en el maletero hasta la frontera francesa, desde
donde un nuevo chofer le conduce a Francia.
Mientras, Constancia en Roma atiende con Valle Inclán a
Alberti y María Teresa León que vuelven de Rusia. No parece que en esta etapa
Constancia de la Mora trabaje en otra cosa que no sea acompañar a su marido,
utiliza siempre el plural: Ignacio y yo.
España 1935 Cuando Hidalgo al fin consigue regresar, su destino es
Sevilla, Constancia prefiere residir con Luli en Madrid y matricularla en el
Colegio Estudio. Se reincorporó a la tienda de Zenobia Camprubí. En 1935 Nuñez
de Prado el nuevo director general de Aeronaútica lleva a Hidalgo de Cisneros
destinado a Madrid.
En 1936 las elecciones dieron la victoria al Frente Popular,
opción preferida por Contancia y su marido. Esa toma de postura la aleja de
Zenobia Camprubí que prefiere no votar. E l triunfo alegra a Constancia, pero
no la tranquiliza, pues opina que Azaña, presidente ahora de República, no toma
en consideración el peligro que supone un más que probable alzamiento militar,
por dar culto a la legalidad (p.266) demasiado legalista y débil. La desconfianza
que Constancia e Hidalgo de Cisneros sentían ante la situación y un más que
probable alzamiento militar se hizo realidad el 17 de julio de 1936. Desde el
primer momento hasta el último ambos mantienen la lealtad a la República.
Inicio de la Guerra
civil 1936 A pesar del interés de los datos que
aporta este texto, creo que juzgar la Guerra Civil excede a lo propuesto en mi
blog, pues quiero limitarme a la aportación personal de Constancia de la Mora
en ella. No obstante, su valiosa información ha sido citada por historiadores
tan prestigiosos como Hugh Thomas
La defensa de la República mueve a la acción política de esta
mujer en plenitud de sus treinta años, dispuesta a dar todo lo que pudiera para
ser útil y combatir el “fascismo”. Tras un primer intento ofreciéndose al Hospital
General de Carabanchel, desestimado porque no era enfermera, y un segundo intento
acudiendo con Isabel de Palencia, conocida militante socialista, a la Casa del
Pueblo, pero que aceptan a Isabel y no a
Constancia argumentando que ésta no pertenecía a ningún sindicato, decidió en
un tercer intento agruparse con otras cuatro mujeres conocidas, entre ellas
Concha, la hija mayor de Indalecio Prieto; se pusieron a disposición de la Junta de
Proteción de Menores, dependiente del Ministerio de Justicia y consiguieron que
las responsabilizaran de atender un colegio en la travesía del Júcar. Iniciaron
el trabajo con 50 niñas La labor efectuada fue decidida, muy positiva; señoras que
siempre habrían tenido “domésticas” y no debían estar acostumbradas a hacerlo, se
pusieron a fregar cacharros y suelos, tirar basuras, despiojar a las niñas y
bañarlas, buscar maestros y médicos que las atendieran, conseguir comida y
enseñarles a comer. Tan implicada estaba que hasta llevó a su hija a vivir al
hospicio. En otoño de 1936 se afilia al Partido Comunista.
No puedo yo obviar por injusta su crítica a las Hermanas de
la Caridad que cuidaban anteriormente a esas niñas porque, independientemente
de que las instituciones de caridad funcionaran mal y poco profesionalmente (también
lo había denunciado Clara Campoamor y Matilde Huici) las acusaba de haber
abandonado a las niñas, pero nada dice de la persecución religiosa que sufrían las
religiosas a causa de la cual tuvieron que marcharse (p.312 -316). Connie no va
a hablar de la persecución religiosa y cuando habla de la quema de iglesias lo
justifica porque podía haber armas en ellas.
Levante 1937 . En noviembre de 1936 el Gobierno se había trasladado a Valencia
Cuando situación en Madrid se complicó, Constancia de la Mora expuso en el
Consejo Superior de Menores la necesidad de evacuar a los niños a Levante o
Cataluña. L. a Junta le responsabiliza de trasladar y acomodar a trescientos o
cuatrocientos niños a Alicante. Asumió la responsabilidad y se trasladó con un
médico y los niños a Alicante buscando instalarlos en casas con jardines. Encontró
entre los vecinos generosidad y ayuda. Todo ello, entiendo, demostró la
capacidad de organización de Constancia de la Mora que no regresó a Madrid, pues
la Junta decidió evacuar a todos los niños de Madrid a Levante. Con ellos llega
Luli y Concha Prieto. Al principio los víveres no escasean, pero cuando la
guerra está perdiéndose, el alimento empieza a escasear, la Unión Soviética envió
un cargamento de comida y Constancia elogia a Rusia y se avergüenza de que
Inglaterra no ayude a España. Ante la
situación peligrosa, Indalecio Prieto obliga su hija a marcharse. También
Zenobia y Juan Ramón se han marchado de España causando decepción en Constancia.
Constancia decide mandar a Luli a Rusia. Cuando ya la situación de los niños está
organizada, por sugerencia de Hidalgo de Cisneros instala y organiza un hospital
para heridos convalecientes de Aviación.
A sugerencia de la mujer del ministro de Estado, Julio
Álvarez de Vayo, y también de Rafael Alberti y el corresponsal norteamericano
Jay Allen, acudió en Valencia a la Oficina de Prensa Extranjera, dependiente
del Ministerio de Estado bajo la presidencia de Largo Caballero. Era muy útil
el dominio de idiomas para hablar con los corresponsales extranjeros en su
lengua, controlar que las informaciones que mandaban a su país fueran las
adecuadas, no hubiera noticias que pudieran afectar al prestigio de la República
ni se mandasen datos en clave que sirvieran de información al enemigo. y
Constancia dominaba el francés, inglés y alemán. Se la destinó a la oficina de
Censura, tenía entre sus colaboradores a Arturo Barea. Se inició corrigiendo
los artículos escritos por los corresponsales, tachando lo no conveniente y
confrontando los textos que los corresponsales mandaban a su país por teléfono
con al texto escrito. Dirigía la oficina Luis Rubio Hidalgo, las relaciones con
los corresponsales y la dirección eran, cuando llegó, inexistentes. Constancia
de la Mora trasformó la oficina; las relaciones con los corresponsales no se
limitaron a censurar sus escritos, sino que consideraba que del buen trato y la
veracidad dependería la información que escribieran y se publicaran en sus
países- Londres, Parí, Zurich o Nueva York. Que la mejor manera de
contrarrestar la propaganda derechista era “dar a los corresponsales todos
las oportunidades posibles para que conozcan la verdad y procurarles todos los
medios disponibles para que la puedan escribir y mandar fuera de España.” Les
procuraba entrevistas con los políticos, y ministros del Gobierno visitas a las
fuentes la noticia, alojamientos, trasporte, combustible, salvoconductos,
incluso los acompañaba al frente de guerra. El trato fue muy valorado por los
corresponsales que la apreciaban porque conocía su mentalidad y por su tacto, amabilidad
y eficacia. Despertó los recelos de su jefe, pero en muy poco tiempo fue
nombrada directora de la Oficina de Prensa y Propaganda en Valencia. Su intento
fue demostrar la participación de Italia y Alemania en la contienda. Conoció a
periodistas de todo el mundo, manteniendo unas relaciones excelentes con los
corresponsales de prensa extranjera. Ganó gran prestigio internacional. Se daba
la circunstancia de que su ex cuñado Luis Botín, que había sido responsable del
alquiler del Dragón Rapide con el que Franco se había trasladado en 1936 desde
Canarias a Marruecos para iniciar la Guerra civil, era responsable de la
Oficina de Prensa y Propaganda nacional.
Entre las declaraciones de Constancia de la Mora quiero
detenerme en su extraña declaración sobre Barcelona, pues opinaba que no
ayudaba al resto de España y, lo que es más sorprendente que las organizaciones
anarquistas pertenecían a la Quinta columna de Franco:
Pero los agentes de Franco que actuaban en España bajo el disfraz
de organizaciones políticas tales como el Partido Obrero de Unificación
Marxista (POUM) o escudándose en la FAI, consiguieron infiltrarse en puestos
importantes del Gobierno, del Ejército y del Orden Público en Barcelona
(p.407-409)
Las declaraciones me parecen inquietantes, ya que apoyan lo
que la crítica histórica posterior ha documentado como la persecución y muerte
de los anarquistas a manos de los comunistas. En esa época Constancia viaja con
la prensa por los diversos frentes en Levante, Andalucía y Barcelona y cuenta
los triunfos y las derrotas del ejército republicano, imaginamos que, aunque
seguía estando al frente de la Oficina de Prensa controlaría los artículos
desde el mismo lugar en el que se encontraba con los corresponsales
En otoño de 1937, se trasladó el Gobierno a Barcelona,
Constancia siguió llevando la dirección de la Oficina de Prensa Extranjera,
pero tuvo que compartir las oficinas con el departamento de Propaganda,
dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores. Presidía la oficina de
Censura el yerno de Unamuno José María Quiroga. En diciembre de 1937 Constancia
acompaña a su marido enfermo a La Unión Soviética para reponerse. Su opinión es
totalmente positiva e idílica, pinta un paraíso socialista de una sociedad sin
clases, con atención médica inmejorable, gente feliz y bien vestida y donde los
niños eran el centro de la atención y los niños españoles, y entre ellos Luli,
eran tratados con generosidad y con una calidad de vida inmejorable. Se
sintieron agasajados y satisfechos. En febrero de 1938 regresaron a Barcelona.
La situación había cambiado a peor. Teruel se ha vuelto a perder El gobierno
francés controlaba las fronteras y no permitía que entrasen las ametralladoras
compradas por la República a la Unión Soviética. Se plantea negociar con el
enemigo, pero no todos están dispuestos a capitular y confían en poder revertir
la situación. Hay una manifestación a la que cunde Constancia pidiendo que la República
no se rinda ante el fascismo. Los bombardeos a la ciudad son continuos.
Álvarez del Vayo, en mayo 1938 pide a Constancia
que le acompañe a Ginebra para encargarse de la prensa en la Sociedad de
Naciones donde va a presentar la cuestión de la intervención extranjera, pero
asegura Constancia, que a pesar que les asiste la justicia, y que era sabido la
intervención de Musolini mandaba tropas a España, la votación resultó negativa,
pues estados Unidos e Inglaterra, Francia, Polonia y Rumanía votaron en contra.
Solo Rusia y España votaron a favor, hubo seis abstenciones. Se rehusó levantar
el embargo de arma a la república española. Connie escribe entre la indignación
y la ironía sobre la democracia del representante en la Sociedad de las Naciones
inglés. En Barcelona los bombardeos se suceden sin tregua, la guerra sigue
perdiéndose. La oficina de Prensa se llena de periodistas. Constancia dirige a
cincuenta y cuatro personas, con todo el entusiasmo de ganar la guerra. Nunca
perdió su entusiasmo y su fe en la victoria, aunque todo indicaba que la guerra
estaba perdida.
En enero de 1939 dan orden de empezar a destruir archivos,
empaquetar material sensible y prepararse para evacuar Barcelona, De la Mora
organiza la salida de trescientos funcionarios y material, archivos y ficheros,
cine y fotografías en tren. Constancia se trasladará en coche a Gerona y más
tarde a Francia pero todavía piensa que se puede luchar, incluso ya en Francia
intenta que la gente vuelva a España y luche, ella lo hace y reencuentra a
Ignacio. Pero todo está a punto de perderse. Ignacio se queda combatiendo y
ella va a emprender rumbo a Estados Unidos, intentando en un último esfuerzo que
ayude a España.
Epílogo
Cuando llega allí todo ha acabado y Franco ha ganado la
guerra. Describe las últimas actuaciones de la República, traicionada, piensa,
por el presidente del consejo Julián Besteiro y el coronel Casado, jefe del
ejército del Centro, mientras el pueblo seguía luchando contra el “fascismo”.
Afirma “Después de la primera impresión de la entrega de Madrid, volví
a mi trabajo en Estados Unidos” (p. 549)
Imagino que volvería a su labor informativa con los periodistas
de Estados Unidos que ha conocido en España. Podría referirse, quizá, a la
redacción de el texto que hoy traemos y que va a publicar, posiblemente con
colaboración y ayuda de periodistas afines en Estados Unidos porque volvió su
trabajo ¿qué trabajo? No puede ser otro que el de la información, en este caso
hablar de la Guerra de España en Estados Unidos. Quizá el apelativo de
“impostor” que di a quien afirma escribir lo que no ha escrito debería matizarlo. Puede que, si lo hizo, debió ser pro de la eficacia,
porque el relato fuera más convincente y moviera a la acción en defensa de
todos los españoles republicanos presos en campos de concentración.
Acaba el texto con una exclamación: ¡VIVA LA REPÚBLICA!
(p.551)
Doble esplendor, está muy bien estructurado, escrito con una escritura rica y
clara. Dentro de la visión de izquierdas, es valiente, sincero y creíble.
Como dije al inicio del blog, habla de lo que quiere y oculta lo que quiere,
que es lo que suelen hacer las personas fuertemente politizadas. O mejor, ven
lo que quieren ver y no ven lo que no les gusta. Es coherente con su ideología.
Sorprende la claridad de ideas, la continuidad del relato y la capacidad de
reflexión mostrada y puede considerarse uno de los textos más tempranos
escritos sobre la Guerra civil. Está fechado en Julio de 1939
Constancia de la Mora rompe los esquemas y no
juega al rol al que estaba destinada como mujer. Desde una posición de
privilegio, que a pesar de todo no la hace feliz, busca una salida vital, rompe
con lo que piensa que le impide crecer, busca nuevamente un compañero acorde al
que admira, se gana el sustento, se compromete con unos valores en los que cree
y da con generosidad lo mejor de sí por la República como ideal. Era patriota y
amaba a España. Su pensamiento era de muy de izquierdas, una opción que hay que tener en cuenta al leerla. Empleó su capacidad organizativa inicialmente en responsabilidades consideradas femeninas, como es el cuidado de niños y enfermos, pero
dio un paso de gigante al ser capaz de llevar a cabo una labor profesional al
mando de la Oficina de Prensa de la República, consiguiendo el respeto de los
corresponsales de prensa, porque fue, además de amfble, eficaz.
Murió en Guatemala en 1955. Está enterrada en el cementerio
de Acapatzingo, Méjico
Bibliografía
In place of Splendor: the autobiography of a Spanish woman, New York, Harcourt, Brace and Co., 1939 (London, Michael Joseph, 1940;
1.ª Doble esplendor. Autobiografía de una mujer española, México, Atlante, 1944
[Cuba, Venceremos, 1966;
Barcelona, Crítica, 1977;
Madrid, Gadir, 2004
pról. de J. Semprún, Madrid, Marcial Pons, 2017]);
con A. Seghers, Tell the story of the Joint Anti-fascist Refugee Committee, New York, Alba (Archivos de la Brigada Abraham Lincoln); Mexico is theirs (iné