FUNDACIÓN
ORTEGA -MARAÑÓN, EXPOSICIÓN MOTOR DE IGUALDAD. LA RESIDENCIA DE SEÑORITAS,
1915-1936
La Fundación Ortega Marañón expone en su sede documentos,
cartas, invitaciones a actos culturales, fotografías y objetos pertenecientes a
la Residencia de Señoritas, La muestra constituye parte del legado de la institución
Residencia de Señoritas. Promovida por la Junta para la Ampliación de
Estudios, se creó en Madrid en 1915 la primera residencia oficial femenina para estudiantes
que cursaran Facultades universitarias, Escuela Superior de Magisterio, Conservatorio Nacional de Música, Escuela Normal, Escuela del hogar aunque abierto otros centros de enseñanza.
La Fundación custodia en depósito el archivo de la Residencia de
Señoritas, propiedad de la Universidad Complutense de Madrid. La
Fundación Ortega Marañón tiene hoy su sede en los edificios históricos que
ocupó la Residencia de Señoritas, situados en la calle Fortuny 53, rehabilitados
y ampliados. Con presencia del rey, Felipe VI, se inauguró el 27, enero de
2023, un nuevo espacio expositivo con dos exposiciones: Ortega -Marañón. Ciencia y Pensamiento; y
la que hoy comento dedicada al legado de la Residencia de Señoritas: Motor
de Igualdad. La Residencia de Señoritas (1915-1936) Las exposiciones se
abrieron al público el 30 de enero de 2023 y permanecerán hasta el 1 de julio
de éste mismo año. La Fundación José
Ortega Gasset– Gregorio Marañón, dice el programa de mano de la muestra “rinde homenaje con esta
muestra a una singular institución pública que asentó los cimientos de la
igualdad en España allanando el camino de las mujeres a los estudios superiores
para permitir el empoderamiento económico, su independencia social y su
realización persona”
El archivo
La muestra no se hubiera podido celebrar sin la existencia del
archivo de la Residencia de Señoritas, que se daba por perdido tras la Guerra
civil. Por una antigua administradora del colegio Mayor Santa Teresa, la estudiante de 5º curso de Filología Hispánica, Alicia Moreno. tuvo noticia de su posible existencia El Colegio Mayor Santa Teresa había ocupado
tras la Guerra civil los edificios antes pertenecientes a la Residencia de
Señoritas para posteriormente trasladarse a la Universidad Complutense de
Madrid. En aquel momento los edificios estaban siendo habilitados para albergar
la sede de la Fundación Ortega y Gasset. Comunicó Alicia Moreno al profesor
Vicente Cacho Viu la
posible existencia del archivo y Cacho Viu se interesó en buscarlo. Las pesquisas dieron resultado positivo a
principios de los años 80. En el edificio Arniches, Fortuni 53, aún sin restaurar, se encontró
el archivo. Pese a las vicisitudes de la guerra, los documentos que su
directora, María de Maeztu, guardó se conservaban en su totalidad. El profesor
Cacho Viu presentó un proyecto de investigación que dirigieron Rosa María Capel
y Alicia Moreno, en los años 1984-1987. El
archivo es hoy imprescindible fuente de documentación, sirve de base de esta
exposición y dio origen a al estudio de investigación sobre la historia de La
Residencia de Señoritas que publicaron Alicia Moreno y la institucionista Carmen
de Zulueta:
Ni convento ni College la Residencia de Señoritas. El trabajo fue editado
por el Consejo Superior de Investigaciones Científicasdel
que tomo alguno de datos para estos comentarios. Comenté la publicación de
Zulueta y Moreno en otra entrada de este blog
Sería interesante, antes o después de ir a ver la exposición, leer la
publicación que finalmente redactó Carmen Zulueta.
Un poco de Historia.
La Residencia de
Señoritas fue obra de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones
Científicas, organismo oficial, aunque independiente del Ministerio de Educación
cuya secretaría ostentaba el institucionista José Castillejo.
Obra de la JAE, la Residencia de Estudiantes, creada en 1910, tenía como modelo
los colleges ingleses. La enseñanza universitaria femenina se había hecho
oficial en las universidades españolas en 1910 y la JAE se preocupaba en la
educación de la mujer. El mismo decreto que sirvió para la creación de la
residencia masculina sirvió para la creación en 1915 de la Residencia de
Señoritas, que ocupó los dos locales en la calle Fortuny n º28 y nº30, edificio
que que dejaron los chicos residentes cuando se trasladaron al Hipódromo. La
Residencia de Fortuny estaba situada al lado del Instituto Internacional
americano, llamado también el Instituto Boston,
un centro educativo para la enseñanza de la mujer, creado en 1892 por
una misionera protestante norteamericana, Alice Gordon Gulic. Con el tiempo
ambas instituciones la americana y la española se unirían en una especie de simbiosis que fue
muy positiva para la internacionalización de las estudiantes españolas. La
Residencia de Señoritas se benefició por el dominio del inglés, el uso de la
biblioteca, los estudios de biblioteconomía, los viajes, las becas y las
estancias en el extranjero y el intercambio de profesoras americanas y
españolas. Los lazos fueron fomentados por ambas instituciones. Los contactos
internacionales sirvieron a las estudiantes para cursar especialidades y
ampliar estudios en Estados Unidos, lo que les sería muy positivo en el exilio
de muchas mujeres intelectuales después de la Guerra civil, entre las que se
encuentra Carmen Zulueta.
La directora
Castillejo eligió como directora a María de Maeztu Whitney. En
mi opinión, quizá la mujer más insigne, junto con Clara Campoamor, de una
generación de mujeres importantes y avanzadas intelectualmente que se
preocuparon de buscar la igualdad entre hombres y mujeres. María llevó a buen
fin el proyecto de la JAE y añadió a su
condición de pedagoga el haber puesto a disposición de las mujeres estudiosas los
medios para la independencia intelectual, económica y social y haber hecho
generosamente todo cuanto estaba a su alcance para que lo consiguieran. Su
expediente personal en 1915 era brillante. Inicialmente maestra en Bilbao, amplió su expediente
de Magisterio, asistiendo a debates sobre pedagogía en Londres con una beca de
la JAE en 1908, impartiendo en 1909 dos conferencias en la Universidad de
Oviedo, una de ellas sobre educación de la mujer en 1909..
Pidió excedencia en la escuela de Bilbao y se trasladó a Madrid para cursar
estudios superiores, se matriculó en la Escuela Superior de Magisterio
compaginando con la matrícula por libre en la Universidad de Salamanca de
Filosofía y Letras en 1908 y 1909. Se licenció en Pedagogía en la primera
promoción de la Escuela en 1912 y volvió a la escuela de Bilbao, pero consiguió
nuevamente una beca de la JAE en Margurgo. A su vuelta, en 1913, pidió la incorporación a
la Escuela de Estudios Históricos que dirigía Ortega y Gasset y es aceptada con
un contrato por un año. Lo hizo
compatible con impartir clases en el Instituto Internacional. En 1915 es
elegida para dirigir la Residencia de Señoritas. Leyendo las declaraciones de
las residentes que pasaron por la Residencia de Señoritas, desde su creación en
1915 hasta el cese de María de Maeztu en 1936,
coinciden en que la obra pedagógica y social, las influencias, amistades,
relaciones políticas, intelectuales y sociales, el exquisito cuidado de las
formas, el refinamiento adquirido, el tono distinguido y la atención al estudio,
la creación de clases de apoyo en la Residencia a las clases que las residentes
recibían en la Universidad de Madrid o en otros centros educativos, fueron obra
de María de Maeztu. María contó desde el primer momento con Rafaela Ortega y
Gasset, hermana del filósofo y Eulalia Lapresta fue la secretaria del grupo. Tomados
de la publicación de Zulueta los datos pueden comprobarse en la exposición de
la fundación Ortega- Marañón.
Las Residentes.
El primer año de la apertura solo hubo tres alumnas que
pasaron a más del centenar en el tercero. Pese a su sofisticado ambiente y que podía
parecer que las alumnas provenían todas de una clase media acomodada, y así lo
eran algunas, eran también habituales las hijas de familia cuyos padres se
esforzaban en que sus hijas tuvieran las mismas posibilidades que sus hermanos;
existían becas para las estudiosas menos pudientes, algunas de ellas trabajaban
además en el Instituto Escuela de niños,
colocadas por María como maestras para sufragar los gastos de la residencia de Señoritas más exigente que la Residencia de Estudiantes, se `preocupaba
por el aprovechamiento de los estudios y
también de la conducta moral, siendo Maeztu estricta y ejerciendo de responsable
junto con los padres de las residentes, padres con los que se comunicaba y de
los que se conservan numerosas cartas.
Se prevenía a las chicas de que entrar en la residencia con llevaba esfuerzo pues
la sociedad todavía no entendía la necesidad de que las mujeres adquirieran
conocimientos que les igualara a los varones y les habilitara para ganarse la
vida ejerciendo una profesión. Se buscaba en la Residencia de Señoritas la igualdad
jurídica y profesional con respecto a los hombres, y se responsabilizaba a las chicas
residentes para actuar con libertad y que cada derecho adquirido repercutiera
en la sociedad.
Clases, Laboratorio y Biblioteca
Las actividades ocupaban todo el día, las mañanas al estudio
reglado en las facultades a las que asistían como alumnas y las tardes al
refuerzo de las materias que impartían profesores en la Residencia. Se respiraba
ambiente de estudio. Era importante el conocimiento de idiomas Francés, e
Inglés, que impartían profesoras del
Instituto Internacional. Las alumnas matriculadas de Ciencias, Física y Química
disponían de un laboratorio en el Instituto Internacional, gracias a la doctora
química María Luisa Foster, profesora del Smith College. Posteriormente se
amplió el laboratorio con otro nuevo laboratorio edificado en el jardín
del Instituto que tomó el nombre de Foster, ya que fue aportación económica de
la doctora Foster. Disponían las alumnas de dos bibliotecas, la del Instituto y
la de la Residencia que luego fueron unificadas. Todos los días recibían
revistas y periódicos nacionales e internacionales.
Terminada ya esta entrada, encuentro un facsímil de lo editado en 1916-1917 que compré en la Feria del Libro del año pasado y lo incorporo a mis comentarios comentarios. Lo editó la Residencia de Estudiantes en el 90 aniversario de su fundación. Incluye los costes de la Residencia de Señoritas:
"Pensión (Comida,luz, servicios, calefación y baños) 80
Habitación, según tamaño, de 10 a 40
Lavado y planchado de ropa interior 8
Asistencia médica 2´50
Biblioteca y Estudios 10 ( Los ya sostenidos de caracter general, sostenidos por la Residencia (Idiomas, prácticas de laboratorio, cursos de filosofía, arte, literatura, ciencias y el consejo y auxilio que presta la dirección de estudios)"
Y afirma
"El grupo de señoritasde la Residencia de estudiantes desea sumarse al movimiento que se advierte en mejor del mejoramiento de la mujer, y sin quebrantar, antes bien cultivando y fomentando en su seno la ejemplaridadde sus virtudes tradicionales, aspira a abrir, poco a poco, nuevoa caucesa la actividad de nuestras jóvenes"(p.51)
La exposición
Documenta la aportación de la Residencia de Señoritas con
textos manuscritos, numerosas cartas de los padres de alumnas o de las alumnas
dirigidas a la directora, cartas a María de Maeztu de intelectuales, invitaciones
a actos culturales, tés sociales, presentaciones y lectura de libros, bailes de
sociedad con trajes de etiqueta que la misma Residencia organizaba en los que
era obligatorio anticipar con que pareja iban a participar y el beneplácito de
la directora. Aporta la exposición pocos libros de lectura, ya que parece que
la biblioteca si sufrió los rigores de la censura y la rapiña después de la
guerra. Nos fue complicado detenernos para leer los textos que la Fundación
expone, imagino que se publicará posteriormente un catálogo más amplio ya que
en la fecha que lo visitamos todavía no estaba editado. Entre las cartas de
invitación a actos, actividades sociales y nombres, leemos cartas de Menéndez
Pidal y María Goyri, María Lejárraga, los de las residentes Victoria Kent,
Matilde Huici, Josefina Carabias. No había mujer intelectual, dice Zulueta, que
no estuviera en contacto con María. Entre lo documentos de la exposición se
recogen las imágenes de la estancia en la Residencia de Madame Curie, premio
Nóbel, y la de la intelectual argentina Silvina Ocampo. Otras visitantes que
pasaron por la Residencia de Señoritas, la pedagoga María Montessori, la
escritora y diplomática Gabriela Mistral, la poeta y ensayista Amelia Agostini,
la cantante Berta Sigerman, las abogadas Clara Campoamor, Matilde Huici, y y Victoria
Kent, la traductora y periodista Isabel Oyarzábal. Invitados al té y
conferenciantes consagrados, José Ortega y Gasset o Gregorio Marañón. Se muestran
invitaciones a actos de presentaron de libros o recitales de Alberti y García
Lorca; fotografías de la sala de música, la biblioteca, el laboratorio Foster, de
las habitaciones individuales con una cama estantería y mesa, de los deportes
en la nieve o en el campo de tenis. Imágenes de grupos de chicas estudiando, leyendo
o conversando. En la muestra esquíes y raquetas de tenis, unas preciosas tazas
de te sobre una mantelería de hilo bordada, el pupitre de estudio. Había normas.
Las residentes debían llevar colchones, ropa de cama y cubiertos de plata,
propios o alquilados.
Todos los objetos de
la muestra apuntan a un selectivo buen gusto. Fuera cual fuera la extracción
social de las residentes, además de su desarrollo intelectual, aprendían las
buenas formas y los hábitos sociales que les iban a facilitar en trato con las
élites, élites entre las que ellas iban a desarrollar su profesión.
De la Residencia salió la iniciativa del Lyceum club en 1926,
en defensa de los intereses de la mujer, que presidió María de Maeztu y que
tuvo su primera sede en la Residencia de Señoritas. Entiendo, es opinión mía, que
las lyceistas, algunas de ellas llamadas “las maridas” por sus relevantes
maridos, pertenecían por extracción social a la burguesía y aristocracia liberal
española. La presidenta de honor era la Reina Victoria Eugenia. Entre las
lyceistas Carmen Baroja, Zenobia Camprubí, Isabel Oyarzábal, Victoria Kent,
Matilde Huici, María Lejárraga, Elena Fortún, Pilar de Valderrama y un largo
número de asociadas de mentalidades plurales.
Motor de igualdad
Como afirma la Fundación Ortega- Marañón, la Residencia de
Señoritas fue motor de igualdad, No se podría entender el avance femenino sin
la Residencia de Señoritas y sin María de Maeztu. Alguna de aquellas mujeres, ejerció
cargos diplomáticos en la República, así Isabel oyarzábal; otras, como Kent o
Campoamor, fueron diputadas, aunque de distinto signo Kent, socialista, radical,
Campoamor; María Lejárraga escritora de teatro y de libretos para músicos, o Elena
Fortún, escritora entonces de historias infantiles, luego novelista para mayores
y bibliotecaria. Entiendo que la exposición quiere poner en valor el ambiente
de libertad donde se desarrolló el trabajo colectivo de la generación de “mujeres
estudiosas”, más que detenerse en nombres de famosas residentes, como si hizo
la Residencia de Estudiantes con motivo de su Centenario en 2010 con la
exposición Mujeres en Vanguardia comisariada por José García Velasco. Lo
que es cierto es que las residentes hicieron historia de profesionalidad y de
igualdad. Esta interesante exposición de la Fundación Ortega y Gasset – Marañón
reafirma aquel inicio de emancipación intelectual femenina. Como las hoy ya
numerosas publicaciones sobre la Edad de Plata de la cultura española,
ilumina un retablo liberal de cultura y estudio que se vio interrumpido en 1936
con la Guerra civil y el exilio de muchas de aquellas muchachas estudiosas y de
su directora María de Maeztu. María, al no obtener apoyo de sus amigos
republicanos para salvar de la muerte a su hermano Ramiro, dimitió como
directora de la Residencia de Señoritas en septiembre de 1936
Una exposición muy recomendable. No se la pierdan
Al margen de la muestra
Algunas de aquellas mujeres intelectuales que se exiliaron fueron
regresando a España, algunas no lo hicieron hasta la Transición. Otras
continuaron siempre aquí, como Matilde Marquina, aun cambiando de signo. Otras,
como María Moliner sufrieron el exilio interior. María de Maeztu se exilió a Argentina
y quiso volver y continuar La mujer motor de la Residencia de
Señoritas que tanto había luchado por empoderar a la mujer española, no consiguió,
acabada la Guerra civil, que la dejaran proseguir su obra en España. Murió
en Argentina, Mar de la Plata en 1948. Está enterrada en Estella, Navarra.