martes, 29 de junio de 2021

Zéjeles de Alborada, Paloma Fernández Gomá.

 


La autora, Paloma Fernández Góma, es fundadora y directora de la revista “Dos Orillas", una publicación que mantiene, estimula y divulga la creación literaria de las “dos orillas” España y el Marruecos,; es escritora, poeta y crítica literaria, con un amplio currículum de obra escrita de la que dejaré constancia, licenciada en Geografía e Historia, maestra, y miembro de honor de la Asociación de Escritores Marroquíes en Lengua española y pertenece al Club de Amigos de Marruecos en España

La tradición cultural entre España y el Magreb dio origen a una edad de oro de la Literatura española, ( es opinión que me trasmitió el arabista Juan Marsá) previa a la que los críticos llaman así, ya que fue la aportación de textos de otras culturas a través de Al Ándalus que abrieron una nueva fuente de creación temática en la nuestra. Todo amante de la poesía sabe la importancia de este género literario en la cultura árabe. Los zéjeles de Fernández Gomà recuerdan el género zejelesco, las moaxajas y las jarchas y nos retrotraen al nacimiento de la lírica castellana y, en este caso, de la hibridación de la cultura y la lengua castellana con la árabe. El zéjel andalucí está escrito en árabe coloquial, también en hebreo, que, junto con el romance, son los idiomas que se hablaban en Al Ándalus. Se considera hoy una composición estrófica en la literatura española de origen árabe. Se compone de un preludio, o estribillo, que marca el tema, seguido por cuatro versos, tres de ellos monorrimos y un cuarto de vuelta que enlaza con la rima del tema inicial o estribillo y da entrada a éste. Suelen ser versos octosílabos.  Quizá la lejanía en el tiempo nos ha hecho olvidar no solo su origen sino la capacidad para escribirlo, aunque todos recordemos el más conocido de nuestra literatura, el zéjel de las tres moricas “Tres moricas/ me enamoran en Jaén”. Los zéjeles estaban hechos para ser cantados con violas laudes e otros instrumentos musicales, de ahí su nombre zéjel, voz.

Si su origen es árabe, es latino o es castellano ha sido debatido por estudiosos como Manuel Menéndez Pidal, Emilio García Gómezo Federico Corriente Córdoba. Lo que no se discute es que es híbrido, dos culturas o, como la revista que dirige Fernández Gomá, producto de dos orillas que en un momento de la historia confluyeron. De este tipo de estrofas hispano andalucíes son las más conocidas Diwan o  Cancionero de Iben Guzman y los de Al-Acma al-Tutili o el Ciego de Tudela (S XI).

 

ZÉJELES DE ALBORADA  Paloma Fernández Gomá

 Editorial ImagenTa, Tarifa, 2019.

Es una publicación bilingüe, castellano y árabe. La traducción al árabe es responsabilidad de Chakib Chairi, licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Tetuán, miembro de la Asociación Marroquí de Estudios andalucíes, miembro de la Asociación de la Memoria andalucí y de la Asociación Tetuán, secretario general del Club de Estudios y Relaciones Culturales entre Marruecos y España, ASMIR.

A modo de primer prólogo, abren el poemario unas palabras previas de Aziz Amahjoou., profesor de la Universidad Mohamed I de Nador, Recuerda la historia de los zéjeles y sus cancioneros y se congratula de la continuidad de Fernández Gomá en las tradiciones comunes. Resalta la calidad poética de la luminosidad en los poemas de la autora y señala el simbolismo utilizado para marcar los lazos de unión entre dos pueblos y dos tradiciones literarias, la marroquí o árabe y la española.

El segundo prólogo se debe al crítico y ensayista malagueño José Sarriá que  explica como el zéjel forma parte de muchas cantigas galáico portuguesas, villancicos castellanos, rondeles franceses y otros poemas italianos y mediterráneos. Recalca la labor de Paloma en fomentar la interculturalidad y entiende que el conseguido poemario forma parte intrínseca de su labor de entendimiento poético y cultural.

Tradición y modernidad en este poemario de zéjeles

Tradición : El poemario consta de XVII zéjeles. Yo entiendo que es un culto de lujo a la tradición la utilización de la estrofa que le da nombre. Poco empleada hoy, dado la marcada tendencia al verso- librismo, precisamente este poemario por su empleo estrófico es original y sorprendente, dado que Fernández Gomá lo utiliza magistralmente. Al menos para mí es placentero, ya que soy admiradora de la perfección formal de los zéjeles y de la sorprendente capacidad metafórica de la poesía hispano árabe. Tengo un arabista en la familia que me inició a degustarlos. En segundo lugar es tradicional en cuanto al empleo como tema poético de la alborada, ya que las albadas son frecuentes tanto en la poesía hispanoárabe como en la castellana siempre en contextos de separación de los amante, que aquí no se da.

Modernidad: Es el cambio de contexto de ambas tradiciones. Veamos: Los zéjeles, precisamente por su uso para el canto y para el juego, solían ser de temática erótica, e incluso desenfadadamente pícara e insinuante, así son muchos de los incluidos en los diwanes, tanto de Abn Guzman como del Ciego de Tudela. En otros casos sirven para hacer crítica política o social, elogio del vino o de la irreverencia. Pero estos Zéjeles de la Alborada están hechos con la sutiliza del Haiku oriental, un oriente más allá del Magreb, Japón. Nada hay de crítica y mucho de contemplación y éxtasis. Son un canto a la finura, la trasparencia, la naturaleza. No hay un protagonista humano, si acaso la mirada extasiada, hay un protagonismo del entorno muy sutil en el que la paz y la sintonía existe y se nos rebela. El canto del ruiseñor, el alba, la espuma, la jara, el monte, la tarde, la rama, los trinos, los pájaros el mar, las rosas, la sintonía. Así es el primer poema que abre este texto:

En la alborada veía / Que en la brisa desprendía 

 De mi zéjel leve bruma/ calma densa de espuma/en el arco de la pluma/ que el ruiseñor sostenía                                                                                               

En la alborada veía/que la brisa desprendía " (p.18)                                                                                                                                                                                                                                        Todo el campo semántico del poemario se refiere a la naturaleza. La alborada es naturaleza, pero también es tiempo concreto, el tiempo que media entre la noche y el día que aparece. ¿Hay como dice el prologuista simbolismo en la historia del ruiseñor que mudó de trino – lenguaje - Berbería- Andalucía? (p11) no me atrevería a afirmarlo. El lenguaje poético de Fernández Gomá es simbólico, no es puramente comunicativo sino semántico y abierto. Entiendo esta lectura como el breve espacio que media en un amanecer, una alborada en la que cabe la melancolía de lo de más allá y el canto que unifica los espacios donde el pájaro – el ruiseñor- canta. Aunque la escritora nos da pistas de los espacios ¿es la ilusión de la “cobardía” un recuerdo de Boabdil? ¿Es el ruiseñor que huye los musulmanes expulsados? Todo da cabida a la sugerencia que nunca es explícita sin poética, pura sugerencia. Queda el lenguaje poético, mucho más poético que la historia real.

El canto es un canto único y esa idea de continuidad está conseguida porque los diecisiete céjeles tienen idéntica rima en el estribillo inicial- ía – con lo que el poemario se continúa con una melodía que sigue a la original hasta el desenlace apoyado en idéntica rima de estribillo: Cité el primer poema, vamos con el segundo

"En su pico melodía  / por la noche y el día "(p. 20)   segundo zéjel                          

"Se hace azul la bahía / y en rumor oscurecía" (p.60) penúltimo zéjel 

"En el canto sintonía/ que el ruiseñor sostenía" (p.64 )  último zéjel                             

Otro signo de modernidad en distinto contexto al que me refería es “la alborada”, que da también nombre al poemario. En los poemas hispano- marroquíes y castellanos el alba marca la separación de los amantes, por tanto, se utiliza en contexto erótico y aquí no hay erotismo, aunque si haya encuentro- ya que habla por primera vez de doncella desposada- puede referirse a esa unión simbólica de cantos – pueblos- juntos en uno que entona el ruiseñor.

En definitiva, mi criterio es que merece la pena recrearse en sus zéjeles de Paloma Fernández Gomá y que siento alegría de que los continúe. Un poemario sabio que une las tradiciones pero las lleva más allá, en un contexto del siglo XXI donde la naturaleza ha ocupado el mejor sueño y el deseo de plenitud y paz de los hombres y las mujeres que la contemplamos y que sin embargo arrastran en su sintonía hasta el hoy lo mejor de la poesía medieval.

Bibliografía de Fernández Gomá

Poesía: El Ocaso del Girasol. Ed. Fundación José Luís Cano, Algeciras, 1991Calendas. Editorial Torremozas, Madrid, 1993; Senderos de Sirio. Ed. Ayuntamiento de Bornos, Cádiz, 1999; Sonata floral. 1999; Umbral de vigilias.; Paisajes íntimos. Ed. Corona del Sur, Colección Biblioteca General, Málaga, 2000; Lucernas para Jericó. 2003; Tamiz del desasosiego. 2003; Cáliz amaranto. Editorial Torremozas, Madrid, 2005; Ángeles del desierto. Ed. Ayuntamiento de Málaga, 2006Desde el alféizar. 2008; Acercando orillas. Fundación Dos Orillas, Diputación de Cádiz, 2008; Zéjeles de alborada. 2010, versión bilingüe español-árabe, editorial ImagenTa, Tarifa, 2019 Espacios oblicuos. Ed. Devenir, Madrid, 2015; Interpretación de Dulcinea. Ed. Corona del Sur, Málaga, 2015 (poesía visual); Las edades del alma. Editorial Torremozas, Madrid, 2016; Iris. Editorial Ánfora Nova, Córdoba, 2017Narrativa: Veinticuatro retratos de mujer. Ed. Fundación Municipal de Cultura José Luis Cano, Algeciras, 2007