sábado, 24 de agosto de 2019

Concepción Arenal, la caminante y su sombra. Ana Caballé. Fundación Juan March .




La prestigiosa Ana Caballé, profesora titular de Literatura Española de la Universidad de Barcelona y responsable de la Unidad de Estudios Biográficos de la misma universidad, por encargo de la Fundación Juan March se hace cargo de la biografía y de la interpretación de la obra, el contexto y la personalidad de la reformista social y escritora Concepción Arenal: Concepción Arenal, la caminante y su sombra. editada por Taurus, Barcelona, 2018.  La biografía forma parte de la colección Españoles Eminentes que, bajo el consejo asesor de Juan Pablo Fusi y Ricardo García Cárcel,  está ocupándose del estudio de destacadas personalidades españolas que por su obra humanística, o también por su ejemplaridad moral o ética, forman parte de la alta cultura histórica y siguen teniendo vigencia en nuestro presente. Rigurosos y amenos especialistas han escrito las biografías del Cardenal Cisneros, Bartolomé de las Casas, Mariano José de larra, Benito Pérez Galdós, Pío Baroja, Ignacio de Loyola y Miguel de Unamuno. Dos mujeres forman parte de la colección, Emilia Pardo Bazán, de la que me preocupé en mi anterior entrada, y Concepción Arenal, que hoy traigo al blog. Española eminente, pero no fácil de comentar. Arenal, pensadora, crea su propio sistema filosófico aplicado al dolor y la marginalidad, desde la abstracción del origen hasta la concreción máxima de los modos de aminorarlo o atajarlo, en una sociedad en que la delincuencia iba aparejada a la pobreza y la falta de conocimiento. Hoy sigue vigente su pensamiento humanitario entre los nuevos humanistas en la obligación moral de la protección del débil y de la conmiseración ante el delincuente y el menesteroso, por más que, entiendo, en poco se parezca la situación social del siglo XXI occidental al hacinamiento y desprotección del miserable del siglo XIX. ¿Se parece? No cantemos victoria todavía, las llegadas de desfavorecidos de otros continentes ponen de relieve que es necesaria la compasión y el parecer con “el otro” para poder continuar avanzando en derechos humanos. Esa es la vigencia de Concepcion Arenal. Su patria, dice Caballé en uno de los capítulos, llegó a ser el mundo.
Caballé investiga minuciosamente la vida y obra de la pensadora, desde su nacimiento en 1820 hasta su muerte en 1893 La obra iniciada con poemas juveniles íntimos expresando el dolor por la muerte de su padre o de su propia extrañeza ante el mundo que le tocó vivir, al que no se adaptó, fue abarcando en sus preocupaciones el dolor de toda la humanidad. Grandeza moral la de la pensadora que se adentró en el camino del conocimiento del dolor, experimentado por ella misma con la destitución política y la muerte de su padre, militar liberal, de  su pequeña hija y de  su marido, con el que tuvo identidad intelectual y afectiva, y llegó a abarcar la preocupación por todos los desclasados y miserables de la humanidad. La meditación sobre el dolor humano como fuente de madurez, iniciado en sus paseos, solitaria y excéntrica, por la Cordillera Cantábrica, acabó siendo su gran aportación como la gran reformista social del siglo. Modificaron las leyes sus ideas humanitarias plasmadas en ensayos, en el deseo de integrar a las capas sociales más desvalidas: Los delicuentes, hombres y mujeres hacinados en las cárceles; en el caso de las mujeres con niños pequeños a los que no se les prestaba ninguna atención; los obreros- en el momento más penoso del abuso del obrero por la incipiente industrialización; y las mujeres, tanto de las prostitutas como de las burguesas. Censuró los ajusticiamientos con espectadores, como espectáculo indigno.
Fue la primera mujer española en ostentar un cargo público, punto de inicio en la participación en la vida pública de las mujeres. Fue Visitadora General de prisiones. Conoció en vida la escritora premios y reconocimientos nacionales e internacionales, aunque su difícil personalidad le hizo rehuir los focos. Quizá ese es la idea de Caballé cuando titula “y su sombra”. Porque Ana Caballé, como responsable de a Unidad de estudios biográficos de la Universidad de Barcelona y experta en la literatura del yo, no se conforma con investigar su biografía, dar datos nuevos o aclarar confusiones de otros biógrafos precedentes; aventura su propia interpretación de los por qués de su más honda personalidad, lo que a mi me resulta muy interesante.,
Mi interpretación se basa en la interpretación psicológica de Caballé a la que añado mis interrogantes. Me detengo en el origen social de Arenal, pertenecía su madre a una clase entre la burguesía y la aristocracia gallega y era su padre padre militar liberal, represaliado, a pesar de su participación en la Guerra de la Independencia, y alejado del ejército por la política absolutista de Fernando VII. La rebeldía a aceptar las normas por las que la sociedad se regía se inicia en Arenal desde muy temprano, y es también un rechazo a su propia condición femenina y a las convenciones de la familia materna y una cierta aversión a la propia madre, tal vez como negativa a asumir el papel impuesto por ella que la pensadora no quiere desempeñar: Ser mujer . Comparto los criterios de Caballé e ignoro si, como Freud con respecto a los niños, hay estudios psicológicos en las conflictivas relaciones materno filiales, nada dice Caballé al respecto. El rechazo ante la madre – matar a la madre, suplantar a la madre- es similar en la niña, entiendo al del niño con respecto al padre.
De familia económicamente pudiente pese al fracaso paterno, Arenal no necesitó el dinero para vivir sobriamente, ya que era poco dada a la ostentación. Recibió la educación que se daba a las mujeres, nada científica, que ella suplió con lecturas, asistencia de incógnito a clases y la búsqueda de amistades ilustradas. Casó con el abogado Fernando García Carrasco con el que colaboró en la revista progresista Iberia, frecuentando relaciones con ateneistas y progresistas como Olózaga o Pedro Calvo Asensio, fundador de La Iberia. Las cartas cruzadas con su esposo muestran una Arenal enamorada y femenina, dato interesante ya que la reformista fue acusada de mujer viril, e incluso ella misma se considera cabeza viril en corazón femenino. A la muerte de su esposo, con sus dos hijos Fernando y Ramón, abandona Madrid y se refugia en Asturias y Galicia. La aspereza inconformista de su carácter acusa cierta bisexualidad que Caballé tacha de emasculación, ya que intentó de todas las formas posibles disimular su femineidad con aspecto y ropajes masculinos. Esa lucha entre la condición femenina, que intentó ocultar, y su capacidad mental, considerada como atributo varonil, entiendo, puedo causar la sombra personal de su carácter que desdice de la luminosidad de sus hallazgos sobre la condición del mal en el mundo y su entrega a las causa más justas para combatirlo. Quizá cada ser humano atrae o intenta atraer por lo que considera más valioso de su persona y Arenal consideraba que su poder de atracción era mental y no físico, por tanto las cartas cruzadas con amigos y admiradores acusan ese juego intelectual, así como el sentido del humor propio de la inteligencia, humor que luego no parecía tener, pues se mostraba muy dada a la queja en su vida diaria. Entiendo yo que hay en las personas que van de víctimas una cierta necesidad de manipulación, de llamar la atención, pese a que dice quería pasar desapercibida y no se prestaba a actuaciones públicas. Era progresista, como lo había sido su padre; en sus planteamientos y en sus relaciones establecía contactos con personas de intereses afines, tanto amigos creyentes como el cura de Colloto o Jesús de Monasterio, con el que colaboró en las Conferencias de San Vicente de Paul, como con amigos institucionistas agnósticos como Francisco Giner de los Ríos con quien existió amistad cordial, admiración y afecto. Pero su amistad más íntima y su compañera de fundaciones, y obras de beneficencia fue su amiga la liberal y progresista condesa de Espoz y Mina, Juana de Vega. Su amistad y los intereses filantrópicos comunes fue muy positiva para Arenal, que se refugió en casa de la condesa en los momentos más desasosegantes de sus frecuentes crisis, que somatizaba en forma de dolores de cabeza. Arenal era, como la condesa, monárquica , aunque ambas rechazaban la corrupción de la corte pues Juana de Vega, que había sido durante la regencia de Espartero tutora de Isabel II, achacaba la falta de preparación intelectual de la Reina a la mezquindad con que había sido educada por su madre Cristina de Borbón, las intrigas cortesanas y la ambición materna. Pero la caída de Isabel II no aminoró la actividad de Arenal. Ambas Damas emprendieron una labor humanitaria laica muy premiada por los gobiernos progresistas de la época, por los desvalidos y enfermos a quien llegó su ayuda eficaz y compasiva.
Quizá la obra de los “ españoles eminentes no pueda ser explicada por su biografía. En el caso de Arenal sus ensayos llenos de aportaciones humanitarias, rebasaron el interés nacional y conocieron la admiración de los mejores penalistas y juristas internacionales. A la viuda de Mina va a dedicar su ensayo La Beneficencia, la filantropía y la Caridad, obra premiada en la Real Academia de Ciencias Sociales. Es su primer ensayo publicado y su segunda publicación tras Fábulas poéticas de contenido didáctico en 1851. La pensadora supo articular en su ensayo los deberes del Estado, la beneficencia, la filantropía propia de fundaciones cívicas, y la caridad, actitud personal ante el dolor ajeno. La actividad filantrópica en el caso de Arenal se tradujo en una planificación lúcida de como trasformar la sociedad actuando dando forma a fundaciones filantrópicas y benéficas. Su mérito consistió en la sistematización y el estudio que la pensadora iba planificando y dando a la luz en forma de ensayos , tratando en ellos  las causas , los efectos y la forma de combatirlos
Aunque Arenal huyó de la política, sin embargo me planteo si hubiera podido publicar y ganar  concursos- se presentaba a todos y los ganaba- si su pensamiento, brillantísimo, no hubiera estado en consonancia con el liberalismo político dominante. Salustiano Olózaga, fue en este caso quien firmó el premio. Su obra se prolongó con títulos imprescindibles, El visitador del pobre; Carta a los delincuentes; El reo, el pueblo y el verdugo y o la ejecución de la pena de muerte. El derecho de gracia ante la justicia. Cartas a un obrero;Ensayo sobre el derecho de gentes . En 1870 crea la revista La voz de la caridad . Sus ensayos y artículos configuran una filosofía sobre el mal, el dolor, la redención de penas, la compasión, la dignidad humana. Consiguió la admiración de Francisco Giner de los Ríos y de sus amigos institucionistas, la fuerza educativa más influyente a partir de 1868 tras el exilio de la reina, durante la Monarquía de Amadeo I, la Primera República y
, la Monarquía de Alfonso XII y la II República.

Muy notable defensora de los derechos de la mujer, en primer lugar al derecho educativo. Colaborará con el krausista Fernando de Castro en Las conferencias dominicales para la educación de la mujer, celebradas en el paraninfo de la Universidad de Madrid, escribiendo reseñas que abogaban por la capacidad femenina para ejercer tareas como el sacerdocio femenino, que aventura Caballé, hubiera deseado ser. Formó parte de Ateneo de Señoras El mismo año , 1869 dará a la luz La mujer del porvenir. A la mujer dedicará otro ensayo, La mujer de su casa. Protofeminista Arenal considera que la mujer es superior al hombre por su capacidad de dar en vida, lo que la hace más empática. Se sorprende que quien considera a una mujer capaz de ser madre de Dios, le niegue la capacidad, por ejemplo, de ser funcionaria. Afirma su capacidad para ser admirada y valorada, como lo es María. Y es que en esa preocupación por los desfavorecidos, en los que incluye a la mujer, había, entiendo, un origen religiosos en el inicio, aunque luego se convierta en amor a la humanidad sin credos. Cree en la humanidad por la humanidad misma. Heterodoxa, en su ensayo sobre Feijoo afirma que los credos son opuestos a la verdad y al racionalismo. No recibió a su muerte los sacramentos.
Un gran trabajo el de Ana Caballé que recomiendo vivamente.
¿Podemos considerara a Arenal Romántica? Entiendo que una de las características del romanticismo es la preocupación por los marginados, cualidad esencial de la ensayista. Pero es su amor, su sentimiento empático hacia todos los que sufren, y por encima de ello su capacidad de llevar ese amor más allá de un sentimiento racionalizándolo, haciéndolo carne de su carne, lucha de su lucha y poniendo toda su inteligencia y su voluntad en entenderlo y remediarlo, lo que hace que hoy Concepción Arenal sea considerada como la más lúcida pensadora del siglo XIX y que su obra deje abierto un camino de ética humana que tiene el nombre de compasión y de misericordia.

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