viernes, 12 de marzo de 2021

Feminismo

 

 Ser feminista es creer y luchar por alcanzar la igualdad de derechos ante la ley y la libertad personal, la capacitación, y la independencia económica. La libertad personal consiste en actuar y vivir conforme se piensa y se quiere, sabiendo que cada ser humano es singular y único. Como tal, una es libre de pertenecer a colectivos o no hacerlo y es manipulador intentar agruparnos, si nuestra voluntad es no hacerlo. En eso consiste tener criterio propio y demuestra madurez. La capacitación es el derecho a aprender, a saber y a sumar conocimientos durante toda la vida, si se precisa. Y la independencia económica, cobrar por el trabajo hecho y no aceptar un salario menor que el masculino, ni ir de florero.
Una verdadera feminista es humanista, piensa en los derechos de las mujeres del mundo y se solidariza con ellas y no olvida que es responsabilidad de cada mujer pensar en que las mujeres del mundo deben alcanzar unos derechos que como seres humanos les pertenecen. Denuncia la violencia contra las mujeres y pide su acceso a la educación y el trabajo y el respeto a su integridad física y moral

miércoles, 3 de marzo de 2021

CLARA CAMPOAMOR: La Revolución Española vista por una Republicana. (I)

 


Editorial Renacimiento, Espuela de Plata, Sevilla. Septiembre 2005. Edición y traducción y notas Luis Español Bouchée.

El texto de Campoamor fue escrito en Lausana, Suiza, en 1936 en el domicilio de su amiga la sufragista Antoniette Quinche, posiblemente dictado por Campoamor a su amiga que lo tradujo del español al francés, idioma en que se publicó al año siguiente por la editorial Plom. Gran parte del texto está fechado en noviembre de 1936, fecha, octubre, en que Campoamor abandona España para asentarse en Suiza; Es la primera obra escrita que habla de la guerra desde la zona republicana y su visión, se muestra muy crítica con la República que ella ayudó a instaurar y con el Madrid republicano de la retaguardia. La obra le costó enemistades con alguno de sus mejores amigos por su dureza. Retiró Campoamor posteriormente el libro de las librerías al tener constancia de la ferocidad con que los republicanos vencidos eran tratados por las fuerzas nacionales, la incautación de sus bienes y los juicios sumarísimos, el trato de castigo y de represión, la persecución, el fusilamiento y embargo de los bienes. Ella misma sufriría la represión y el obligado exilio durante toda su vida por haber estado afiliada a la masonería y, pese a sus numerosos intentos, nunca pudo regresar a España, pues la condición era que delatara a sus hermanos masones, cosa que nunca lo hizo. Resulta interesante no obstante el distinto trato recibido por Alejandro Lerroux, masón como ella y presidente del Partido Radical, que residió en Madrid desde 1947. Tal vez su condición de mujer masona y de haber conseguido que se promulgara la Ley del divorcio – es opinión mía- fue demasiado para la España que empezaba. Campoamor en su huida de Madrid en 1936 ya sufrió un intento de asesinato y de ser tirarla por la borda del barco por unos jóvenes navarros por el delito de haber sido la autora de la Ley del Divorcio, según dice Campoamor que recoge un texto (p.236) del periódico El Pensamiento Navarro que publica en sus páginas la hazaña.

 Pese a haber retirado los libros de las librerías, de la edición francesa La revolución espagnole vue par une rèpublicaine se salvó algún ejemplar. Uno de ellos, el que regaló a su ahijada, la doctora Pilar Lois, ha hecho posible que no se perdiera el texto, aunque que no lo incluya Campoamor entre sus publicaciones, como si se arrepintiera de haberlo escrito, en mi opinión. El texto tuvo una edición pionera en España de la Universidad de Barcelona.

 El autor de este trabajo, Luis Español Bouché, es escritor, traductor e investigador hispano-francés. Su traducción y comentarios para la edición en España de este texto, tras muchas negativas e indiferencia, fue abordada por editorial Renacimiento en 2005 en la colección Espuela de Plata. Ha ido conociendo muchas reediciones, la que hoy comento pertenece mi ejemplar de una sexta edición, 2018. Esta suya, publicada por Renacimiento está muy cuidada, tiene abundantes notas, una introducción biográfica sobre Clara Campoamor muy completa, explica la historia del encuentro con el texto y las dificultades sufridas hasta la edición; incluye una carta de Blanca Estrella Ruiz Ungo, propietaria de los derechos de edición y presidenta de la Asociación Clara Campoamor; aporta extensa bibliografía y notas biográficas de los personajes citados. Español Bouchée es reconocido autor de numerosas obras de investigación entre las que destacan Nuevos y viejos problemas en la sucesión de la corona española, Madrid 193: del golpe de Casado al final de la guerra civil, Franceses en el camino, por el que recibió el Premio Estatal de Investigación Histórica; en 2007 publicó Leyendas negras. Vida y obra de Julián Juderías. La leyenda negra antiamericana; y en 2014 La Leyenda negra de España.

Sobre mi lectura

Leí el texto de Clara Campomor, aconsejada por mi buena amiga María Antonia Ortega. El texto me produjo confusión y desasosiego, pues no era lo que yo esperaba de una de la más- si no la más- preclara republicana e la Historia de las mujeres. Intenté entenderlo y conocerla mejor buscando otros textos, alguno que luego subí al blogi, como El voto femenino y yo Mi pecado mortal, leí también sus primeros artículos de prensa: La Forja de una feminista. Sus artículos de prensa, recogidos por la misma Editorial Renacimiento, abundan en lo que luego sería su especialidad, la lucha por dignificar a la infancia, el derecho de las mujeres a la equidad y los avances europeos en su asociacionismo, un feminismo militante, aunque no figura en el Lyceum club, pero si en la junta del Ateneo de Madrid. Su honradez intelectual, precisamente por su búsqueda de la verdad equilibrada, exige la mía e intentaré no tergiversar su pensamiento, muy crítico con la República que ayudó a consolidar. Ponente constitucional, hasta ahora nunca igualada, hay en los textos de Campoamor una defensa de la legalidad y la Constitución por encima de los intereses de partido y está en contra de las posturas para mantener el poder burlando la ley o suavizándola, así en contra de la Revolución de Asturias en la que es muy crítica con Indalencio Prieto. Libre de militancia política desde 1934, su pensamiento es siempre el de una republicana convencida y su crítica de la República no es contra el sistema sino al proceso que causó su deterioro y que desembocó en una revolución que condenó y cuyo final anticipó como claramente antidemocrático: Una dictadura militar o una dictadura marxista. Su postura ha sido considerada propia de la tercera España, pues ella, que se define a sí misma como humanista en “El voto femenino y yo"(p.93). en este texto como liberal se afirma tan alejada del fascismo como del marxism:

"ya que estoy tan alejada del fascismo como del comunismo. Soy Liberal" ( p.237)  

Condenó a las dos locuras de las que hace responsables a los dirigentes de los partidos en liza.

No pretendió historiar la guerra, aunque sí lo hace de la República y de los dos bandos en contienda,  sino contar su visión de la revolución que vivió en la zona republicana en la que le tocó estar hasta octubre de 1936 que abandonó España con su madre y una sobrina al ver amenazada su vida, dada la persecución y muerte de miembros del partido Radical por los republicanos ahora en el gobierno del Frente Popular y a los que considera revolucionarios al margen de la ley, armados desde la Casa del Pueblo por un gobierno irresponsable del Frente Popular  de marxistas, socialistas, sindicalistas y republicanos próximos a los socialistas , a los que se añadieron las de los anarquistas armados ya desde la Revolución de Asturias, que destruyeron a los partidos republicanos burgueses y persiguieron a muerte a sus líderes como Melquiades Álvarez, del Partido Republicano Liberal Demócrata, o o Rico Avelló que había sido Ministro de la Gobernación bajo la presidencia de Martínez Barrio y de Lerroux y ministro de Hacienda por Portela Valladares. Defiende su punto de vista crítico por condenar el uso del terror en contra de la Ley, alegando que cuenta lo que ella vivió en la zona que le tocó estar y que igualmente feroz era e la zona nacional, aunque su estancia en el Madrid republicano describa mejor los horrores cometidos en esa retaguardia..

Clara Campoamor no fue reivindicada ni por la derecha ni por la izquierda y murió en Laussane en abril de 1972, tres años antes de que se estableciera la Democracia en España