Cruel Venecia, Colección Literaria Navarra, Edición y estudio, J.L. Martín Nogales, Pamplona, Fondo de Publicaciones del Gobierno de Navarra, 1994.
José Luis Martín Nogales, responsable de la edición, fue catedrático
de Literatura Española en la UNED, director de la revista de cuentos Lucanor
y director del Centro Asociado de la UNED
Carmela Saint Martín, autora de los cuentos, es el nombre
literario, de María del Carmen Navaz Sanz, nacida en Pamplona en 1895. Hija de
la directora de la Escuela Normal Ana María Sanz Huarte y de Teodoro Navaz
Huici, funcionario de la Diputación de Navarra, Navaz Sanz perteneció a una
familia de ilustrados (1) Dada la condición de directora de la Escuela Normal
de su madre, nació en el piso alto de la Escuela de Magisterio de la Plaza de
San José donde su familia vivía. Desde la infancia estuvo arropada por una
intensa vida cultural, pues la Escuela de Magisterio era la casi única
institución intelectual de Navarra. Bajo el nombre de Carmela Saint Martín, se
incorporó tardíamente a la vida literaria, pero, pese hacerlo ya sexagenaria, su
obra alcanzó premios y reconocimientos dignos de resaltar, desarrollando una
carrera de altura.
El estudio previo de Martín Nogales recoge la biografía de la
autora y organiza los materiales de la edición, tomando de la obra literaria exclusivamente
su faceta de cuentista de la que recoge doce cuentos de los 200 publicados. Es esta una antología en cuyo estudio previo Martín Nogales nos informa de la obra
completa a la que ha tenido acceso, y de las aportaciones de la prosista navarra
al género del cuento. Por no haber tenido en mis manos otra obra que la que hoy
comento, me remitiré a hablar de los cuentos que incluye ésta. Localizada en la Biblioteca General de Navarra, este estudio vio la luz en 1994. Es posible que los libros publicados en vida de la
autora no estén abiertos al préstamo, o también que, al desarrollar la autora
toda su obra literaria fuera de Navarra, en Euzkadi y Madrid, no se haya podido
en su momento contar con ejemplares de su obra completa, hoy cuidada por sus
sucesores. Este texto está en deuda con el autor de la publicación José Luis
Martín Nogales. Dicho queda mi agradecimiento.
Al margen del texto, constato que tres de las mujeres navarras
con presencia pública a caballo entre dos siglos estuvieron emparentadas: Ana
María Sanz Huarte, Carmela Navaz Sanz (Carmela Saint Martín) y Matilde Huici Navaz Igualmente constato que las dos escritoras navarras que rebasaron el
ámbito local de esta época– Carmela Saint Martín y Carmen Baroja - tuvieron más
presencia pública en el País Vasco o Madrid que en Navarra, aunque, aparte de cierta
recreación de la mitología vasca, entiendo que nada hay de común en ambas
escritoras.
Fue Carmen Navaz Sanz, una de los once hijos del matrimonio. Lectora precoz y muy arropada, tuvo a su disposición los libros
infantiles de la Biblioteca de la Escuela de Magisterio y vivió la cducación desde la infancia sin desigualdad. Estudió Magisterio, como su madre y como
Matilde Huici, y terminó la carrera en 1914 con premio extraordinario y titulación
de Maestra de Primera Enseñanza. No ejerció la docencia como Sanz Huarte ni se
matriculó en la Universidad de Derecho y ni amplió conocimientos en el
extranjero como Huici Navaz. Carmen contrajo matrimonio en 1916, dos años
después de acabado Magisterio, con el abogado Rufino San Martín Larraz y cambió
el domicilió de Pamplona a Madrid donde su marido trabajaba para el periódico El
Sol que dirigía Manuel Aznar, periódico que posteriormente dirigirá San
Martín en Barcelona a donde el matrimonio trasladará su residencia, para, por
temas de salud, terminar recalando en San Sebastián donde Rufino San Martín
ejerció la abogacía.
Nada reseñable parece haber intelectual en vida de la futura
Carmela Saint- Martín, ayudar a su marido como secretaria, atender sus labores
del hogar y a sus tres hijos. En 1936 la coyuntura de la guerra civil parece
determinar que los San Martín fueron afines a las ideas del nacionalismo vasco,
aunque antes el abogado militara en el Partido Republicano Federal, ya que fue
el PNV quien rescató al abogado de la cárcel y le ocultó, teniendo que exilarse
a Francia porque también era buscado por los nacionales. Volvieron posteriormente
a San Sebastián donde continuó Rufino San Martín como abogado hasta su fallecimiento
en 1950.
Es a la muerte de su
marido cuando nace la escritora Carmela-o Karmela- Saint Martín. De su marido
toma el apellido, afrancesándolo “Saint Martín”; de su voluntad vasca el nombre
Karmela, o Carmela V (viuda) de Saint Martín. En mi opinión, optar por la
utilización del apellido del marido como nombre literario, aunque sea
afrancesándolo, sigue cierta tradición femenina decimonónica y su postura oscila
en un inicio entre la modernidad independiente y la convencionalidad de ocultación
personal
La voluntad de escribir fue firme. En 1955 va a optar por presentarse a premios públicos para poder publicar, y lo hizo concursando al recién creado premio de cuentos Leopoldo Alas, Clarín. Desde ese año hasta 1989 en que falleció su presencia en certámenes, premios y entrevistas la convirtieron en una escritora reconocida. Además de ganar el Premio Clarín y el Doncel, colaboró en La Estafeta literaria, Cuadernos Hispanoamericanos dos de las revistas literarias más prestigiosas de la época y en los periódicos Triunfo, Blanco y negro, de ABC, La Gaceta ; Arriba; Ya e Informaciones.
LOS CUENTOS
ANTOLOGADOS
El responsable de la edición, José Luis Martín Nogales afirma
que ha sido su intención recoger los diversos tonos de la autora, por lo que
los cuentos son diversos aunque mantengan, por una parte, unidad de estilo y preocupaciones
formales dentro de una concepción tradicional no experimental. Y por otra parte,
aunque sean diversos en la temática, son cuentos del género negro. Recalca
Martín Nogales que el prólogo de Esteban Padrós de Palacios en su primera obra apuntaba
la originalidad de la autora en no seguir la moda del momento, que era de la
literatura social o de denuncia y compromiso- tan abundante tanto en la novela
como en la poesía- y retomar la tradición de la novela naturalista del S. XIX.
Desde mi punto de vista, algunos de los cuentos enlazan más bien con la
literatura tremendista del Pascual Duarte de Camilo José Cela, publicada
en 1942
La estructura narrativa es lineal, narrada por un narrador
omnisciente, aunque alguno se cuente en primera persona. No hay lugar para el juego
ni experimentación, que también empiezan a ser frecuentes en la Literatura de los
años 50- 60. Observamos que los cuentos publicados frecuentemente se reputen en
otros textos posteriores, tal vez sea fruto de cambios y retoques.
Ligeramente negro fue el primer libro publicado y “Naufragio” el cuento
con que concursa al Clarín en 1955, que no ganó pero la situó en el mundo
literario. El título adelanta ese matiz de narraciones dentro del género de la
novela con desenlace fatal. La Cremá” y “Naufragio”
y “La Juana”, fueron incluidos en esta primera
obra. “Muestra de ese tremendismo, “La Cremá” y
la narración más tardía, “Montaña sobre Montaña” son narraciones con un
final dramático, ambiente cerrado y rural y tosquedad propios de una naturaleza
maligna que desemboca ineludiblemente en tragedia. Los cuentos no son
policiacos, pero si negros ya que, como apunta Martín Morales, casi todos
acaban en muerte o asesinato. “La Juana”,
sin desenlace mortal, sigue la tradición de la novela picaresca, en
la que un pícaro codicioso acaba burlando a otro pícaro, aunque en este caso las
pícaras sean femeninas: la dueña y la criada. Hay implícita en alguna de las
narraciones una cierta condena moral en la burla a la codicia, que acaba siendo
inútil ante lo más valioso: la vida. Ejemplos de ello son tanto en La Juana
como Naufragio, donde el protagonista muere rodeado de perlas siendo
éste, como dijimos, el relato que presentó en 1955 al premio Leopoldo Alas,
cuando su nombre era desconocido en el mundo literario
El segundo libro de
cuentos publicado, Con suave horror, fue Premio
Leopoldo Alas en 1963. Consta de 13 cuentos a los cuales pertenecen “Montaña
sobre montaña”, “Dos navajazos”, “Verboten” y “El testamento”. “Dos
navajazos” se sitúa en tiempos de la guerra Carlistas; y del diálogo entre
un carlista y un liberal se deduce la inutilidad y el sin sentido de las
contiendas bélicas, tema también apuntado en “Verboten” (peligro en
alemán) título de un cuento interesante en el que da cabida por primera vez a la
compasión: Los guerreros desnudos convertidos en jóvenes sin sus uniformes
bélicos son casi niños y no merecen no morir, porque son iguales que “los
nuestros”. También por primera vez introduce cierto lirismo al hablar de los
cascos guerreros vacíos y abandonados como juguetes en la playa. En “El
testamento” incluye cierto tema mágico tétrico e introduce lo sombrío inexplicable.
El tema bélico será retomado en “Tablas” que es un relato
igualmente pacifista y cuenta el encuentro de dos partidas, una de carlista y
otra de liberales que se despiden sin luchar. Los Rayos paralelos, situando
la trama en la segunda guerra mundial, y sugiere la venganza del destino
en forma de rayos que van a destruir a los alemanes que destruyeron a los
judíos. Los relatos están incluidos en Con
suave horror. Una nueva publicación de la autora que fue presentada y ganó
el Premio Doncel con el título Después
de los milagros, y salió a la luz bajo el título Los demonios mudos Narraciones
crueles. “Cruel Venecia, contiene el cuento que da el título a esta
publicación y, desde mi punto de vista, no es el mejor aunque sea el más
extenso. Hay en él cierto culturalismo recreando la crueldad veneciana, el
puente de los suspiros y las mazmorras donde los condenados se ahogaban al
subir la marea.
Carmela Saint Martín continuó escribiendo y retocando lo
escrito en 1967, 1968 y 1971 y publicó dos novelas cortas Señoras de Piso
y Ternura infinita, además de tres libros de narraciones para niños.
La Transición española de 1975 puso el acento en lo local y
autonómico. Esta vez la escritora apuesta por lo que está en auge y recopila y publica
Nosotras las brujas vascas, con prólogo de Julio Caro Baroja, recreando
la mitología vasca y la tradición oral. El Cardo, repite con otro título
el ya publicado Mi ama Demetria, quizá algo modificado. Es recreación de
la mitología vasca de tradición popular que cree que el cardo que se pone en
las puertas de los caseríos sirve de protector de los malos espíritus de las sorguiñas
y que no hacerlo trae mal agüero. No es una narración simbólica idealizada y no
hay lirismo sino sordidez, ya que el niño protagonista que narra en primera
persona su vida en el caserío pierde los dedos del pie devorado por un cerdo.
Continua la autora adscrita a la literatura negra y prosigue su
carrera literaria con Los Rayos paralelos, publicado en 1977, que
conforman 19 cuentos, algunas antiguos– “Dos navajazos” - y otras nuevas
narraciones- De Nosotros los vascos, esta antología recoge un cuento
de nueva creación El puerto de San Sebastián. Por los títulos entendemos
que se preocupa la escritora en más trabajo de recopilación que de creación
y, aunque va a continuar afín a la literatura negra, pone en orden sus
cuentos.
En una antología de 12 cuentos habrá por fuerza muchos temas
que se nos escapen y no podemos trazar un seguimiento riguroso de su
trayectoria literaria. Tampoco recoge esta antología ninguna muestra de sus
cuentos para niños. J.L. Martín Nogales, que ha tenido acceso a la obra
completa, afirma que hay una evolución en las estructuras narrativas, e historias
contadas por distintos personajes sobre un mismo tema similares al Decamerón; que
en otras narraciones el personaje cuenta su historia en primera persona y que la
autora siempre sigue siendo fiel al género negro. Muestra de ello es, pienso, “El
Puerto de San Sebastián,” uno de los últimos cuentos publicados donde no
hay idealización, sino la historia de la desaparición en el puerto de un
borracho.
Como conclusión : Sería de desear que el Gobierno de Navarra
se decidiera a reeditar la totalidad de sus cuentos y de su obra narrativa,
pues bien merece la figura de Carmela
Saint Martín ocupar un lugar literario en Navarra, ahora que la literatura
femenina, por fin, va ocupando el espacio que le corresponde.
1 Remito a la biografía de Ana María Sanz Huarte escrita la catedrática Amelia Guibert Navaz, María Ana Sanz Huarte (1868-1936). En primer término, mujer, Eirene editorial, 2012.La autora, nieta de Sanz Huarte, da una amplia información sobre los orígenes familiares y la genealogía
Bibliografía
Cuentos: Ligeramente negro, Barcelona, Editorial Rocas, 1959; Con suave horror: Barcelona, Roca, 1965
Premio Leopoldo Alas, 1963; Los demonios mudos Narraciones crueles,
Presentado al Premio Doncel con el
título “Después de los milagros”, Madrid, AZ 1967; EL Servicio, Madrid,
Azur, 1968; Nosotras las brujas vascas, San Sebastián, Txertoa, 1975; Las
Seroras Vascas, San Sebastián, Txertoa, 1976; Los Rayos Paralelos,
Madrid, Doncel, 1977; Nosotros los Vascos, San Sebastián, EV, 1978; Ene
Doña Benigna, San Sebastián, LUR, 1979 Novelas :Señoras de piso, Alfaguara, 1967; Ternura
infinita, Madrid, 1968. Libros infantiles Después de los
milagros, Madrid, doncel, 1967; Animalitos de Dios, Madrid, alameda,
1967. El perro Milord, Madrid, 1971Otros textos, Diputación
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