lunes, 27 de febrero de 2017

100 VOCES DE EUROPA Y AMERICA



... Y Vamos Abriendo Camino.  En 1993 las publicaciones sobre Literatura y mujer continuaban su desembarco en el mundo cultural. Estudios, recuperaciones y antologías iban apareciendo sin pausa en una España donde las mujeres parecían requerir presencia y apoyo. A las figuras españolas de la preguerra, y los estudios académicos, se iban uniendo voces nuevas que empezaban a desarrollar su propia carrera literaria o que la continuaban. La Editorial Torremozas, que inició su andadura al cuidado de su directora, Luz María Jiménez Faro, había publicado desde 1982 hasta 1993 un centenar de voces de mujer en la colección, unas nacientes y otras consagradas; a la colección tendríamos que añadir otras colecciones de la propia editorial entre ellas de Prímula , Antologías, Ensayos y Documentos, El Nº 100 de la Editorial, publicado en Diciembre de 1993, quiso ser un número conmemorativo y hacer repaso de lo hecho : Y Vamos Haciendo Camino
En la introducción Jiménez F- habla de su apuesta lograda por crear una editorial destinada especialmente a la poesía escrita por mujeres, necesaria a su juicio ya que algunas publicaciones estaban descatalogadas o los catálogos dedicados a ellas eran insuficientes, reconociendo, además, las muchas dificultades con que las mujeres de la década de los 40 y 50 se habían encontrado. Quiso abrir un nuevo camino lírico a las voces que estaban apareciendo en esa nueva etapa de tiempos nuevo. La publicación de este número 100 incorporaba estudios de prestigiosos críticos y poetas, es el caso de Leopoldo de Luis, Florencio Martinez Ruiz , Pilar Palomo y Manuel Quiroga Clérigo 
 
Florencio Martinez Ruiz, periodista y reconocido crítico en ABC y la Gaceta Literaria, entre otras, hablaba en su estudio no muy extenso de “la importancia de la poesía para calibrar la calidad existencial y moral de una etapa como la que vive hoy el mundo de occidente”; y de la revolución cultural pendiente y silenciosa de la poesía escrita por mujeres, que, no es lo mismo que poesía femenina, matiza, intentando huir del encasillamiento y de la guerra de los sexos. Cen su estudio cita, entre las poetas publicadas de mérito a las españolas asentadas: Carmen Conde, Concha Zardoya, Concha de Albornoz, Pilar de Valderrama , Ernestina de Champourcin y Gloria Fuertes; tras ellas sigue citando a las ya aparecidas durante la dictadura y publicadas en Torremozas: Josefina Soria, Pino Ojeda, Elena Andrés, Ana Mª Navales y Carmen García Bellver; y , entre las de aparición más reciente, de distintas edades y generaciones : Elsa López, Juana  Marín; Encarna Pisonero, Isabel Abad, María Sanz; Mª del Mar Alférez, Ana Rosseti, Mªª Victoria Reyzabal; Julia Otxoa, Rosana Acquaroni, Carmen Arcas, y M Luisa Mora. Pero como Torremozas, dato importante, atiende y publica voces de Latino América, añade a las las citadas los nombres de la cubana Dulce Mº Loynaz; de las uruguayas Delmira Agustini, Elena Suarez, Verónica Suelves y Viviane Nathan; de las argentinas Luisa Futuransky y Elvira Levy; de las chilenas Mirian Díaz Diocaretz y Majorie Agosin; de las costarricenses Ana Istarú y Unice Odio; la paraguaya René Ferrer. Esta relación será luego ampliada por el estudio de Manuel Quiroga Clérico, como también otro apartado para las traducciones de poetas extranjeras que tratará Pilar Palomo.
Leopoldo de Luis, Premio Nacional de Poesía, implicado desde el inicio en la aventura, escribe sobre los premios Carmen Conde. De Luis añade a su conocida faceta de antólogo de poesía, su calidad de poeta y su ampliamente demostrada capacidad crítica. Leopoldo piensa que se escribe la poesía con todo, también con el cuerpo, así afirma : “Lamento- quizá no- ir contra corriente. Creo en la diferencia de los sexos, también en poesía. Involucrado en la editorial desde el principio, de Luis formó parte desde el 83 de los distintos jurados de Torremozas con la profesora Pilar Palomo y los escritores Concha Zardoya, Ana Mª Navales y Antonio Porpetta, a los que más adelante se añadirán en distintos certámenes las escritoras Julia Castillo, Amparo Amorós y la también catedrática Mª Dolores de Asis. Hace el balance de los libros y autoras premiadas
El divan de la puerta dorada de Luisa Futuransky , 1884
Dios y otros sueños de Isabel Abad, 1885
Aquí quema la niebla de María Sanz, 1986
Los dioese y el Anfora de Julie Sopetran, 1987
Os dije que existía de Carmen Albert1988
Un Signo de los tiempos, de Marta Pérez Novales, 1989
La Tierra indiferente de Mª Luisa Mora, 1990
Un instante infinito de Rosa Martinez Guarinos, 1991
Al Margen del Deseo de Carmen González Marín, 1992
Penunbra de cuaresma, Carmen Gómez Ojea
Pilar Palomo, Catedrática de Literatura Española de la Universidad Complutense, esboza en tres páginas la obra de las poetas traducidas de lenguas extranjeras incluidas y da el nombre de sus traductoras, así de Emily Dikinso: Obra escogida versión de Ernestina de Champourcin y Juan José Domenchin; de Emily Bronte: Poemas, versión de Rosa Castillo; de Edithe Södergran, el corazón desmedido versión de Carmen Díaz de Alda Heikkilä ; Florbella Espanca quimera y saudade versión de Mª Tecla Porterla Carreiro 
 
Manuel Quiroga Clérigo, poeta y crítico, versado en la poesía de allende los mares, añade el seguimiento de los nombres de las poetas de América latinas ya citadas y añade las incluidas en la Antlogía de Poetisas del Paragüay (Voces de hoy) al cuidado de Renée Ferre en colaboración con Miguel Angel Fernández, que publicó Torremozas y que incluye a Josefina Pla, Ida Talavera, Mª Luisa Artecona de Thomson , Ester de Izaguirre; Elsa Wiezell; Raquel Chaves; Gladys Carmagnola; Nolsa Casariego; MºEugenia Garay; Susi Delgado; Nila López; Lourdes Espínola; Amanda Pedrozo, Alicia Campos; Delfina Acosta Mª Elina Pereira y Mabel Pedrozo. 
 
El cuarto y final apartado incluye los poemas manuscritos y de escritoras célebres, tanto españolas como Hipano- americanas.. He aquí sus nombres : Enma de Cartosio de Argentina; Yolanda Bedregal de Bolivia ; Dora Castellanos de Colombia; Carmen Naranjo de Costa Rica; Dulce Mª Loynaz de Cuba; Delia Dominguez de Chile; Violeta Luna de El  Ecuador; Clarivel Alegría de El Salvador; Margarita Carrera de Guatemala; Clementina Suarez de Honduras; Guadalupe Amor de Méjico; Vidaluz Meneses de Nicaragua; Stella Sierra de Panamá; Josefina Pla de Paraguay; Blanca Varela de Perú; Violeta López Suria de Puerto Rico; Ylonka Nacidit-Perdomo de República Dominicana; Dora Isella Russell de Urugüay; Ida Gramcko de Venezuela ; y Carmen Conde, Ernestina de Champourcin y Concha Zardoya de España.

Diré en mi balance que entiendo que Jiménez Faro consiguió lo propuesto. Tenía voluntad de incluir en su catálogo de mujeres poetas- poetisas , donde se pudieran encontrar las voces más significativas, y las nuevas, de la poesía de mujer y los 100 títulos publicados así lo demostraban. Voces nuevas, recuperaciones y, antologías la hacen imbatible. Figuran en este volumen 100 los nombres de las mujeres editadas y la bibliografía actualizada hasta el momento. La editorial y sus colecciones, aunque divulgativas, habían ido añadiendo más aparato crítico e implicando a especialistas, aunque entiendo más se pretendía la divulgación que la erudición.. Además de fuente de conocimiento, ofrecía y ofrece hoy una oportunidad a aquellas que quieren y tienen calidad suficiente para arriesgarse a publicar. Muchas de las editadas debemos a ella y su colección el primer libro, el primer escalón. La que esto escribe publicó en Torremozas ( Nº29 )  Uvas Torrenciales. Vaya pues, junto con la reseña , mi agradecimiento. Añade a nuestros a los nombres los antólogos : Aurora de Albornoz, José Luis Cano, Miguel Fernández; Gloria Fuertes; Pablo García Baena; José García Nieto; José Hierro, Luis Jiménez Martos, Leopoldo de Luis, Carlos Murciano, M ª Pilar Palomo, Antonio Porpetta y Octavio Uña, entre otros. Que que la colección se sustente en suscripciones asegura la divulgación, la distribución y la venta. Tenía en este número incluido el nombre de 280 suscriptoras. El libro conmemorativo es una demostración de lo conseguido
La inclusión de mujeres de ambas orillas del océano, siempre me ha parecido tentador y sugestivo, nos falta acercamiento. Conocimiento. Estrechar lazos. Una, además, se podía entretener aventurándose a la grafología en los 22 poemas manuscricos , sobre todo si, como es mi caso, siente cierto fetichismo por los rasgos gráficos. O imaginar la mano tras el temblor lírico, su edad, sus circunstancias.  Quizá hubiera sido mejor no tener que imaginarlo, sino encontrar las biografías al lado de los textos. Una de ellas- Loynaz, era ya premio Cervantes. Eran una forma de iniciar caminos que aún en 1993 tendrían que seguir abriéndose


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