martes, 17 de mayo de 2022

2.328 REALES DE VELLÓN. GOYA Y LA COLECCIÓN DEL BANCO DE ESPAÑA ( II )

 


SIGLO XIX

La Guerra de la Independencia contra Francia y las guerras de la Independencia de las provincias de América causaron una fuerte deuda del Estado con el Banco de San Carlos, ya que, aunque tuviera una fuerte conexión con el Estado, los accionistas, como dijimos en la entrada anterior, eran privados. El Estado debía al banco 310 millones de reales. Para solventarla la deuda, en 1829 el ministro de Hacienda de Fernando VII, Luis López Ballesteros, entregó a los accionistas privados del Banco De San Carlos 40 millones de reales en acciones del Banco Español de San Fernando, y el nuevo Banco fusionó al San Carlos. Tenía el Banco de San Fernando el poder para emitir moneda, privilegio que mantuvo como un monopolio hasta 1844 en el que se creó la el Banco de Isabel II que también emitía. Fue la forma de financiar al Estado

Las pinturas y objetos expuestos del siglo XIX en esta muestra pertenecen a ambos bancos, al Banco de San Carlos y al Banco de Isabel II.

Por lo que en esta muestra se expone, no parece haber parece que se hubiera encargado retratos de los directores del nuevo Banco de San Fernando. Cabarrús, responsable de la iniciativa de que un pintor pintase los retratos de los directores del Banco de Carlos III, había muerto en Sevilla en 1810 y sus huesos se habían enterrado en una fosa común en castigo por haber tomado partido por José Bonaparte como ministro de Hacienda. Desconocemos si hay en el Banco de España de la época de Fernando VII retratos ajenos al rey que pudieran   verse en una nueva exposición, lo dudamos dado el feroz retroceso artístico y antiliberal que se dio en su reinado y que manó al exilio a muchos de los intelectuales ilustrados, los afrancesados como Goya y los liberales.

 La muestra del Banco de San Fernando está presidida por el Retrato del Rey Retrato de Fernando VII por Vicente López (1832) La pintura fue entregada un año antes de la muerte del rey, aunque encargado por el Banco en 1828. Afirma en su estudio al respecto Carlos G Navarro, que es el mejor retrato de Vicente López hecho al rey. Muestra a Fernando VII a la edad de 47 años con el uniforme de capitán general, adornado con la real y Distinguida Banda de Carlos III, el Toisón de oro y las grandes cruces de Isabel la Católica y Carlos III. Afirma el comentarista, que Lafuente Ferrari describía como “gordo y cazurro”, al personaje del rey que refleja la pintura.  El personaje está retratado un poco antes de la boda con su cuarta esposa, Cristina de Borbón (que se asustó y lloró al verlo personalmente).  Es efectivamente- opino- poco agraciado, de gordura mórbida y aspecto bobalicón, las manos fofas y sin fuerza, la izquierda sujeta inane la bengala de capitán general y apoya la derecha se en un libro en el que se lee “Real Cédula del Banco de San Fernando”. De ojos bovinos e inexpresivos, nariz trompona, en la boca sensual media sonrisa como una mueca. Pienso que Vicente López en esta muy buena pintura refleja, como hizo Goya, el carácter del retratado.

La Exposición muestra otro anterior Retrato de Fernando VII (1820) DE Zacarías González Velázquez, pintor de la corte, director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. El retrato puede ser ocho años anterior al otro. Igualmente muestra al rey con la real y distinguida Banda de Carlos III, el Toisón de oro y uniforme de capitán general. Afirma el comentarista del retrato, Javier Portú, que pudo ser retratado hacia 1820. Imagino que tuvo que ser pintado entre 1818- 1820 ya que -independientemente de su historia como pintura que desconozco- todos los símbolos que ostenta ratifican el poder real, puesto en cuestión por los liberales, que anteriormente recortaron el poder real por las Cortes. Volverá a regir la Constitución liberal que lo vuelve a recortar en 1820-3. Puede que sea la pintura -pienso-una afirmación del poder absoluto del rey. Su símbolo, la corona real, se muestra en primer plano sobre un cojín rojo, el manto de armiño propio del rey y nuevamente la corona real en el respaldo del sillón. El rey, rodeado de sus símbolos que consagran su poder, lleva espada al cinto y el bastón de mando, propio de los directores del Banco. La imagen del rey algo más joven muestra a un personaje obeso, mirada sin fuerza y labios apretados en un ademán de obstinación. La mesa en que se apoya la corona y el sillón son de estilo Napoleónico. También es de estilo Imperio o Napoleónico, una preciosa mesa de ceremoniales de madera de pino, ébano y caoba con decoración de esfinges expuesta en la muestra.

Bajo el reinado de Fernando VII el Banco de San Fernando adquirió el Retrato de Pedro Sainz de Andino (1831) pintado por Antonio María Esquivel y Suarez de Urbina. El jurisconsulto elaboró el proyecto de decreto para erección de un banco de descuento, cobranzas y pagos que dio origen al Banco de San Fernando. Vestido de toga como jurisconsulto, porta como condecoraciones la Real y Distinguida Medalla de Carlos III, y la Bande de Isabel la Católica. abierto en la mano derecha un libro: Proyecto del Código de Comercio y Criminal. El estudio de la pintura en el catálogo se debe a Carlos G. Navarro. Es retrato de tres cuartos.

Retrato de Ramón de Santillán González, pintado por González de José Gutiérrez de la Vega y Bocanegra. El retratado, que había propiciado la fusión de los Bancos de San Fernando e Isabel II, desde 1849 fue Gobernador del Banco de España. Carlo G Navarro informa de su biografía, primero como guerrillero patriota con el cura Merino, luego como funcionario de Hacienda y ministro que saneó la economía y el Banco de España conoció una era de expansión y crecimiento. El retrato de cuerpo entero lo muestra sentado vestido de gentilhombre de cámara, luce las condecoraciones de Real y Distinguida Banda y Cruces de Carlos III e Isabella la Católica y sostiene un libro en la mano, era polígrafo.

 

Corresponde a la época de regencia de la reina Cristina de Borbón de su hija Isabel II, aunque todavía sigue siendo el Banco de San Fernando. El Retrato de Isabel II niña (1838) pintado por Antonio María Esquivel y Suarez de Urbina, muestra de cuerpo entero a una niña de ocho años bajo palio, que, vestida de blanco y plata con expresión seria, de pie delante del trono extiende la mano izquierda enguantada y señala la corona, corona que le está siendo disputada por su tío Carlos María Isidro de Borbón y sus partidarios. Lleva una peineta en la cabecita. Interesante me parece el comentario de Carlos G Navarro apuntando la vulnerabilidad que inspira esa imagen y la necesidad de protección y, al mismo tiempo, la realeza de la niña. Abunda en los comentarios sobre la moda de su vestido.

Muy distinto es la nueva pintura del Retrato de Isabel II (1864) de Benito Soriano del Banco de España donde la niña vulnerable se ha convertido en una pomposa dama, reina coronada y enjoyada, que, a pesar de que los comentaristas Julián Gallego Martín , Mari José Alonso y Carlos Martín , explican que la reina en la pintura treinta años, la imagen opulenta y poderosa, con el cetro en la mano derecha y una expresión hierática y displicente, la hacen parecer mayor, y , si bien consagran su imagen regia, la alejan del contemplador de la pintura por la nula empatía que inspira. Cuatro años más tarde marcharía al exilio.

Pintura de 1844, adquirida por el Banco de España en 1984 y expuesta es un preciosísimo Retrato del Pedro de Alcántara Téllez Girón, duque de Osuna de Federico del Madrazo y Kuntz. Pintura de cuerpo entero del personaje, traje negro, chaleco a rayas, pañuelo negro sobre el chaleco, al hombro un gabán de martas cibelinas, con el brazo derecho sostiene un sombrero de copa y unos guantes, el izquierdo en jarras -también Goya había pintado al marqués de San adrián con un brazo en jarras subrayando su dandismo- al fondo los arcos góticos del Palacio del Infantado de Guadalajara, pues el duque reunía los títulos de duque de Osuna, duque del Infantado y conde de Benavente. No lleva ninguna distinción que no fuera su propia figura bella y distinguida, pero no altiva.  Su pose es moderna, adopta la postura de un modelo contemporáneo con los pies ligeramente separados, la confiada mirada al frente. Debió ser retratado poco antes de su muerte, a los 34 años. Su comentarista M. G Navarro informa que era un protector de las Artes y los artistas, y que impulsó la hípica en España organizando las primeras carreras de caballos en la Alameda de Osuna. Afirma también que el retrato es una de las obras (1844) maestras de Federico de Madrazo y se reconoce como el más destacado retrato del romanticismo español.

También de Federico de Madrazo el Retrato de Pedro Salaverría (1881) que fue secretario de Estado, ministro de Hacienda y Gobernador entre enero y octubre de 1877. La pintura fue un encargo del Banco de España. El responsable del estudio, afirma que el marqués de Casa Jiménez propuso la creación de una galería de retratos, a partir del de Santillán. Es retrato de cuerpo entero cuando Salaverría tendría sesenta años. Está condecorado con la Gran Cruz y la Banda de la Distinguida Orden de Carlos III, viste uniforma del cuerpo y el bastón de mando de los presidentes del Banco. El Retrato de Juan José García Carrasco Gómez Benítez, I conde de Santa Olalla, pintado por Pedro María Esquivel y Suarez de Urbina Político liberal, partidario de la reina María Cristina frente a los carlistas, ministro de Hacienda en el gabinete de González Bravo, ´dictó la creación del Banco de Isabel II, documento que porta en la mano derecha, Lleva un traje negro sin ninguna condecoración.

Adquiridas por el Banco de Isabel II, en la exposición las urnas de caoba, de papeletas y de bolas de madera y pie de marmol , en la muestra  un reloj de sobremesa el Banco de San Fernando de José de Hoffmeyer, relojero de la reina Isabel II

La exposición que he comentad en el blog es extraordinaria. Lo es por la posibilidad de contemplar directamente unas pinturas extraordinarias, nueve de ellas de Francisco de Goya, dos de Federico de Madrazo, uno de Vicente López y otros valiosos pintores de la colección del Banco de España que de otra manera nos habría sido imposible contemplar. Y lo es por el valioso catálogo con una información rigurosa y esclarecedora hecha por especialistas cualificados que nos invitan a profundizar en los pintores, los personajes retratados y la Historia de la máxima Institución Financiera de España, su poder filantrópico y su mecenazgo.

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