María Victoria López Cordón Cortezo: Josefa Amar y Borbón: Condición
Femenina y Razón Ilustrada, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005
El texto es un riguroso ensayo sobre la ilustrada aragonesa,
Josefa Amar y Borbón escrito por la catedrática de Historia Moderna y profesora
honorífica de la Universidad Complutense de Madrid María Victoria López Codón
Cortezo[1].
López Cordón publicó en 1994 la
edición crítica del Discurso sobre la Educación Física y Moral de las Mujeres
de Josefa Amar y Borbón y es considerada una especialista en la erudita
aragonesa. Incluye esta nueva edición crítica, encargada por el Instituto
de la Mujer de la Comunidad Aragonesa, un texto riguroso y académico ( con notas
al pie de página, aparato crítico) y al mismo tiempo ameno, las fuentes,
una bibliografía selecta y 15 apéndice con los textos de todas las
publicaciones de la Amar y Borbón, traducciones, obra propia,
prólogos y documentos relativos a la Sociedad de Amigos del País.
Afirma López Cordón que es su propósito insertar a la escritora
en su contexto temporal, pero no[2]
“dándole una dimensión de desagravio personal o relieve social que nunca tuvo”
El propósito, cumplido en su exactitud, es acorde con la serenidad de juicio de
una catedrática que fija al personaje en su contexto histórico. Considera que Josefa Amar y Borbón nunca se planteó la visión de lo que hoy se
entiende por “feminismo”, ya que ella creía en el mérito y la igualdad del género,
tal y como ella misma había sido educada. No obstante- en mi opinión- pese a la discreción , la escritora aragonesa, cuenta entre sus méritos no solamente sus escritos, sino la capacidad intelectual y erudita y la claridad de juicio demostrada en
ellos; así como el hito de haber sido capaz de abrir por primera vez a una mujer las
puertas de la Sociedad de Amigos del País Zaragozana como socia de mérito, e intervenido
con altura en el debate sobre la inclusión o exclusión de la mujer a las Reales Sociedades de Amigos del País con ilustrados como Jovellanos o Cabarrús que dio
como resultado la instauración de la Junta de Damas de la Sociedad de Amigos
del País de la Matritense.
Las sociedades de amigos del País fueron una de las instituciones más originales y activas del movimiento ilustrado en la segunda mitad del siglo XVIII en el desarrollo de las ciencias modernas y el fomento de la industria, la agricultura y el comercio, dice López Cordón Informa de las ideas ilustradas que rigieron el siglo XVIII, en las que ocupaban un puesto relevante los debates sobre la educación y sobre la condición femenina y su papel social. El ensayo investiga y refleja la sociedad del XVIII, las leyes por las que se regían, el sistema económico, el educativo, las ideas ilustradas de una élite de la población.
En el Siglo de las Luces, la condición femenina recibía trato dispar de la condición masculina. Se adiestraba a la mujer en función de lo que se requería de ella: que hiciese un buen papel social de promoción familiar. Se la preparaba para ser esposa y madre. La sociedad del siglo XVIII no facilitaba la singularidad de las mujeres sino en función de su familia, aunque sí aceptaba cierta educación convencional en atención a lo que podían aportar como educadoras de sus hijos. Existía una delimitación de espacios y de funciones, públicos para el varón, privados para la mujer. La capacidad femenina y su derecho a ser ilustrada se había avivado a partir de las publicaciones de fray Benito Feijoo, defensor de ilustrar a las mujeres para conseguir beneficios en la sociedad y en la propia familia.
Josefa Amar y Borbón defendió la educación a la
mujer con argumentos sólidos, creía en la igualdad de inteligencia de mujeres y
varones, por lo que consideraba que debían ser admitidas en la Sociedad de
Amigos del País en igual condición que los varones; basándose en la idea de igualdad en talento. Lo argumentó con el ejemplo de
las mujeres preclaras que la tradición aportaba desde la antigüedad histórica hasta el momento y lo hizo con conocimiento y citas exhaustivas. Josefa Amar y Borbón
intervino, aunque lo hiciera discretamente, en el espacio público.
Damos importancia a sus datos biográficos y sus estudios
porque, como dice la profesora López Cordón- Cortezo:
Aunque el nacer sea fruto del azar, la trayectoria vital de
cualquier hombre o mujer, por conformidad o por rebeldía, está siempre marcada
por el entorno en que trascurre, de manera que incluso los individuos que
parecen adelantarse a su tiempo resultan incomprensibles sin los lazos que los
hacen hijos de un lugar determinado y de una época concreta, que delimitan y de
alguna manera conforman la evolución de su personalidad”(p.13)
Quinta hija del matrimonio, Josefa Amar y Borbón nació en Zaragoza en
1749. Su familia pertenecía por ambas ramas a una saga de médicos de la burguesía ilustrada. Su padre, José Amar y Arguedas,
oriundo de Borja, estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Zaragoza*en la que fue catedrático de Anatomía y aforismos y estuvo vinculado a las más
prestigiosas instituciones de su tiempo. Se casó en Zaragoza trasladándose en
1754 a Madrid donde ejerció como médico de Cámara de Fernando VI y Carlos III;
fue académico de la Real Academia de Medicina Matritense, de la Hispalense y
otras academias. Su madre Ignacia de Borbón y Vallejo era hija de cirujano y
catedrático de Medicina Miguel Borbón y Berna, también lo había sido su
bisabuelo materno Felipe Borbón. Fueron
padres de Antonio[3], Rafael,
Tomás, José María, Vicenta,[4]
María del Pilar, María Paula, Tadeo, Petrona, Francisco y María de los Dolores.
Su preocupación de hombre ilustrado buscó que toda su descendencia tuviera
acceso a la ciencia y a las humanidades con paridad entre varones y mujeres. Los
Borbón Amar buscaron para su hijos e hijas preceptores que fueran profesores
eruditos como Rafael Casalbón, un helenista de gran prestigio vinculado a la
Biblioteca -Real y el presbítero Antonio Berdejo, un experto en lenguas clásicas.
Además de asignaturas científicas, estudiaron en familia Literatura, Historia,
Filosofía, Latín, Griego, Francés, Italiano e inglés. (p.13) En la casa se
respiraba un ambiente intelectual.[5]
Tenían una importante biblioteca. De lo
que se demuestra, pienso, que bastaba que unos padres de buena posición
económica e ilustrados desearan romper el círculo vicioso de la no ilustración
de las hijas para que el talento femenino se demostrase ampliamente, como fue
el ejemplo de Josefa Amar y Borbón.
López Cordón hace un
seguimiento de la trayectoria privada y pública de la ilustrada. Su vida privada no parece
haber impedido la pública, siempre apoyada por si marido y su círculo de amigos,
como él ilustrados. Había Josefa celebrado un matrimonio conveniente en 1772
con el aragonés Joaquín Fuertes Piquer, ministro civil de la Real audiencia de
Aragón, miembro de la Sociedad de Amigos del País de la Aragonesa y alcalde del
crimen de la Real audiencia de Zaragoza, que alcanzó, en 1785, la plaza de
oidor. El matrimonio vivió en Zaragoza y tuvo un único hijo, Felipe[6]
La relación vida privada- pública fue paralela, cuando el marido enferma (1787) o
muere (1798) la vida pública disminuye o se acaba.
Volvió a vivir tras su matrimonio en Zaragoza. Conocedora de idiomas clásicos y modernos, se inició en vida intelectual de Zaragoza inicialmente como traductora. Entre los amigos del País de Zaragoza se encontraba su antiguo profesor Antonio Berdejo y tuvo otros apoyos que pudieron facilitarle el acceso a las bibliotecas para consultar textos. Su primera traducción en 1782 al español del italiano fue la defensa de la Literatura Española del ex jesuita catalán Javier Lampillas: Ensayo histórico apologético deña Literatura española contra las opiniones preocupadas de algunos. Afirma López Cordó que la traducción mostraba su capacidad de organización, así como juicio propio sobre el texto, Josefa Amar y Borbón sabía moverse y remitió la obra al director de la Sociedad Económica Aragonesa afirmando que podía ser útil para la Sociedad. La Sociedad Económica Aragonesa se había constituido en Zaragoza desde 1776 promovida por los hombres más significativos de la ciudad a instancias del Consejo de Castilla. La Junta General de la Económica consideró la obra útil para sus propósitos, trasmitió su reconocimiento a la paisana, y le franqueó las puertas de la Sociedad de Amigos del País de Aragón como socia de mérito. D io la ilustrada las gracias a la Económica con una carta sin asomo de falsa humildad e intervino en 1782 en la Junta General de noviembre. La Junta General que la acoge como socia de mérito y que designa al canónigo Ramón Pignatelli como director. No existía en esa fecha ningún precedente femenino. Tomos los datos del trabajo de López Cordón.
Su segunda traducción fue un encargo de la Sociedad de amigos
del País de la aragonesa, el texto italiano de Grisellini: Discurso sobre si
corresponde a los párrocos y curas de aldea instruir a los labradores en los
buenos elementos de la economía campestre. La sociedad de amigos del País
de Aragón confió en la capacidad y práctica de la nueva socia.
El trato que debería darse a la mujer por su condición femenina
seguía provocando dudas, apoyos y rechazos. Se habían abierto para ellas las Academias,
así en la de Bellas Artes eran académicas de mérito Doña Agustina Azcona y
Balanza (1781) y Juana Regis Armendáriz y Samaniego (1791). También en la de la
Real Academia de la Lengua, a instancias de Carlos III había ingresado doña
Isidra de Guzmán y la Cerda, la doctora de Alcalá en (1784) Socia de Mérito desde 1782, Amar y Borbón participó en el
debate a favor de la igualdad de trato en las Sociedades Económicas y escribió
su primer trabajo original, que fue presentado en forma de Memoria defendiendo
la inclusión de las mujeres en las Reales Sociedades de Amigos del País. El debate
ya se había abierto en la Matritense con acalorados discursos de apoyo de
Jovellanos y la oposición de Cabarrus. Redactada en Zaragoza con argumentos
sólidos y erudición Amar y Borbón escribe en 1786: Defensa del talento de
las mujeres y de su actitud para el gobierno y otros cargos en que se emplean
los hombres[7]
La memoria fue publicada en Madrid. El texto merece leerse por su
tono reivindicativo en la defensa de la mujer, por lo que se la considera “mujer
del feminismo ilustrado”. La publicación incluye el texto.
No consiguió en Madrid igualdad de trato, pero es mérito haber continuado el debate de la inclusión y conseguido la participación femenina, aunque
como Junta de Damas, al margen del resto de los socios[8]. La ilustrada agradece a la Matritense su inclusión en un texto
de “Oración gratulatoria, publicado en 1786. La creación de la Junta de
Damas de la Sociedad de Amigos del País tuvo acción pública muy meritoria tanto
por su labor filantrópica como por su sentido práctico por la creación de
industrias artesanales para mujeres y fomentar así su inclusión en el mundo
laboral.
López Cordón en su trabajo académico aporta su conocimiento de
las ideas de la ilustración y en particular de la ilustrada aragonesa, y afirma
que su texto más valioso y que más aporta al avance educativo del
siglo XVIII es un nuevo ensayo escrito en 1790 Discurso sobre la educación
física y moral de las mujeres[9]. Incorpora su propio juicio crítico sobre las ideas pedagógicas de Amar y Borbón comparándolas con las ideas
de otros pedagogos de la época. No es mi afán plagiar el texto de López Cordón
y recomiendo su lectura. En el pensamiento higienista de su discurso de la importancia de la “educación física”
encuentro las aportaciones médicas de sus predecesores y sus preocupaciónes sanitarias, que también poseerá la posterior ILE. En sus ideas sobre la educación”
moral”, la paridad, la ilustración, la austeridad, la razón más que la
emoción, hallo algunos de los argumentos que
manejarán en el siglo XIX la ILE y sus pedagogos. Y la exigencia educativa paritaria en la mujer y su defensa en la participación social será continuada,
aunque con menos rigor, capacidad argumental y vigor, por aquellas mujeres
románticas que se asomaban timidamente en prensa, reclamando igualdad e
ilustración.
El ensayo reúne todos los textos y los comenta.
[1] López Cordón tiene entre sus líneas de
investigación la historia del as mujeres y su inserción en el contexto
familiar; la escritura femenina, la crítica textual, así como también las
relaciones internacionales, las élites gobernantes y del poder en los siglos
XVII y XIX. Ha sido profesora invitada del Centre de Recherches Historiques de
L´École del autes Estudes en Sciences Sociales de Paris y de la universidad de
Roma.
[2] Madrid,
Cátedra, 1994
[3] Fue militar,
alcanzando en 1802 virrey de Nueva Granada hasta la revolución de Quito en
1809(
[4] Vicenta
casó en Madrid en 1768 con Francisco de Paula Ximénez de Leorin y Barazábal.
Vivieron en Cascante. Tuvo dos hijos, Francisco, nacido en 1770 y Manuel 1777. Vicenta
murió en 1780 y está enterrada en la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria
de Cascante.
[5] En el caso de los Amar y Borbón, los
datos facilitados por este trabajo de López Cordón nos ayudan a documentar a su
hermana Vicenta, que no se le conoce actividad intelectual ninguna. Pensamos
que recibiría la misma educación de Josefa pero que a aquella pudo ayudarle
vivir en una ciudad de talante liberal como era Zaragoza y tuvo además el apoyo
social de su marido. Ignoramos la profesión del marido de Vicenta, muchos de
los Barazábal, familia prestigiosa, hicieron la carrera de Leyes o en el
Ejército.
[6] Informa López
Cordón (p.73) que Felipe Fuentes Amar sigue la carrera del padre en la
magistratura y fue oidor en la audiencia de Quito. Nacido en zaragoza en 1775, Magistrado en Quito, muriendo a manos de los
insurgente secesionistas en 1810.
[7] Memorial
Literario, t.VIII., 1786, pp.400. 430.
[8] Carlos
III nombró a las dos primeras socias de la matritense, doña Isidra Quintana de
Guzmán y la condesa duquesa de Benavente.
[9] Madrid, imprenta
de Benito Cano, 1790
*Naturalizaciones . Semanario ANTZINA, diciembre 2007,p 23. afirma que José Amar y Arguedas se naturaliza como navarro procedente de Borja en 1757 con residencia en Corella
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