miércoles, 7 de marzo de 2018

Mujeres que la Historia no nombró ( I ). Ayuntamiento de Pamplona




Mujeres que la Historia no nombró, editado por el Ayuntamiento de Pamplona por iniciativa de la Concejalía del Área de Servicios Sociales y Mujer vio la luz en el año 2005. Es el número 2º de las publicaciones que el Ayuntamiento ha dedicado a la Mujer pamplonesa. Comentamos en una entrada anterior de este blog el que fue número 1º: La mujer en la Historia de Pamplona.

Este número segundo, de autoría plural, agrupa trabajos de investigación académica de profesores e investigadores de también plurales universidades: Pública y Privada de Navarra; País Vasco; Alcalá ; Complutense de Madrid; se suman pedagogos, periodistas, archiveros, un teólogo y una folklorista. Coordinados por la doctora en Historia Juncal Campo Guinea, responsable del Archivo Diocesano de Navarra, incluye colaboraciones de: MªJosé Aldaz Sóla; Rocío García Bourrellier; Iñaki Garrido Yerobi; Mª Rosario Gárriz Yagüe; Francisco Javier Gaspistegui Gorasurreta; Elena Leache Echalecu; Mª Dolores Martínez Árce; Manuel Martorel Pérez; Carlos Mata Induráin; José Felix Mendía Braco: María Narbona Cárceles; Fernando Pérez Ollo; Gemma Piérola Narbarte; Felix Segura Urra; Fernando Serrano Larrayoz; Gloria Solé Romero; Ana Urmeneta Marín y Hortensia Viñes Rueda.

Dice en en su introducción Campo Guinea que éste trabajo es un estudio de método biográfico, y yo así lo creo. Frente al sociológico de la publicación anterior, reconstruye las biografías desde las fuentes; aporta datos contrastados de nombres, algunos aparecidos en la publicación anterior, otros nuevos; investiga biografías; corrige los posibles errores y explica el contexto. Las fichas son extensas, con numerosas notas a pie de páginas y bibliografía

Como dijimos en la entrada en el Nº 1º de la publicación previa a ésta, los navarros muestran pasión por la Historia propia, eso hace que sean numerosos los catedráticos e historiadores ilustres; que se preste atención a la organización y cuidado de los numerosos archivos y bibliotecas tanto públicas como de Instituciones o Fundaciones privadas; que las fuentes documentales sean consultadas por investigadores y curiosos; que los trabajos de documentación sean recogidos en revistas institucionales. Y que incluso hoy día, las discusiones académicas o populares sobre los Sanchos, las Blancas o los límites medievales del “Reyno”, que pasó en Roncesvalles o qué en las Navas de Tolosa, sean no sean solamente tema de sesudos profesores, sino que formen parte de a conversaciones y discusiones familiares, de ronda de amigos de bares o de redes informáticas. Y pueden acabar como el rosario de la aurora.

Pido disculpas por no repetir lo ya dicho con respecto al nombre de sus historiadores, los archivos, los Congresos y las revistas de las que hablamos en La mujer en la historia de Pamplona, pero quisiera que lo ya dicho estuviera presente para mejor entender el trabajo del que hoy hablamos . Me basta decir que ambas publicaciones demuestran el riguroso uso de las fuentes. Decíamos que “Mujeres en la Historia de Pamplona” era la primera publicación en que se trataba de forma académica el tema de género. Esta segunda publicación, distinta en enfoque, añade las fichas biográficas de una cincuentena de mujeres.

Quisiera decir que el título elegido me pareció querer contradecir al de Antonina Rodrigo Mujeres en la Historia y la que esto escribe quizá esperaba que estas mujeres citadas hoy tuvieran un distinto sesgo ideológico a aquellas. No es así. Las fichas biográficas son objetivas, recogen nombres de ideas plurales, aunque quizá la no cita en la Historia y su desconocimiento se deba, además de su condición de mujer, a esa menos visibilidad de la ciudad donde nacieron o vivieron, la Pamplona que Angel María Pascual, escritor navarro XX, llamara en un conocido poemario: Capital de tercer orden.

Epoca medieval

Precedidos de un breve estudio de Juncal Campo Guinea que traza el contexto en que las mujeres medievales se movieron, traza los oficios de mujeres de los tres estados cuyos nombres pueden conocerse, al estar citadas en la extensa documentación de la época que contienen los archivos navarros , y las condiciones sociales en que en los tres estados se movían.

Abundando en los oficios, el de nodriza, fue muy cotizada, artículo debido a  María Narbona Cárceles. María de Bayona, fue nodriza del Príncipe Carlos de Viana. Su nombre me evoca a mí a otra “Vayona “ supuestamente una dama de alta alcurnia, aparecida en el Cancionero de Herberays con una canción en defensa de Leonor, princesa hermana del Príncipe, a quien Diego de Sevilla acusaba de virilidad. ¿Sería la misma Vayona?¿ la ya añosa nodriza defendiendo a la princesa? Dice el Cancionero 

“Respuesta que hizo Vayona”
Si mirades más veces, Diego y hermano
aquesta señora tanto excellente
fallares que su real continente
es muy más divino que no humano;
su rostro y sossiego con tanta mesura
su mirar tan honesto de sabia entendida,
todos aquestos con gran fermosura
la tienen velada y no adormida

(Poesía femenina en los cancioneros, Castalia, Madrid 1990, pg 70)

Oficio bien pagado era el relativo a los vestidos , paños y aderezos de la corte: María de Luceta, costurera, Teresa la cordonera y María de Guerndiain, María Perix, tejedora. Artículo de M Narbona
En el estado noble se citan varias damas, y entre ellas con una extensa ficha Juana de Beaumont , Dama de Lasaga y de Gurrea, prima de Carlos III El noble. Ficha para la reina Leonor de Trastámara, esposa de Carlos III El Noble; hija de Enrique de Trastámara y Juana Manuel, nieta del escritor D Juan Manuel. Del trabajo  es autor Fernando Serrano Larrayoz
Las numerosos trabajos sobre la Navarra judía, y los protocolos notariales muy bien conservados dan información sobre la prestamista Dueña Encabe, judía de la aljama de Pamplona y una de las figuras más relevantes de la comunidad. Es tema responsabilidad de Ana Urmeneta.
Las mujeres podían ser, como los hombres ajusticiadas o encarceladas; Felix Segura Urra cita María de Aguiregui, Pascualeta, Elvira de Imarcoáin, María la Messiella, Doña Estefanía. Las nombro, pobrecillas, al fin es una forma de recordar sus sufrimientos. A la primera la ahogaron en el río.

La edad moderna
Nuevamente es Campo Guinea la que trata el contexto. El trabajo de investigación sobre esta época es un exhaustivo estudio debido a M Dolores Martínez Arce, doctora en Historia:

Incorporada Navarra a la Corona de Castilla, era el Virrey desde el siglo XVI al XVIII el alter ego del Rey en Navarra, su representante y el Capitán general de sus ejércitos. El estudio indaga sobre los nombres de las virreinas, las esposas que acompañaban al virrey en sus funciones de representación y que eran un referente de la moda y costumbres de la corte en Navarra Es este un minucioso trabajo de investigación sobre quienes eran las mujeres casadas con los hombres que representaban el poder político o administativo del Rey en Navarra y las fechas en que lo hicieron.
En alguna ocasión , como en el caso de María de Cardona o Leonor Pacheco de Guzmán, dice Martínez Arce no se resignaron a la muerte del esposo de perder protagonismo e interinamente ejercieron el papel de virreinas hasta la llegada del nuevo virrey. Ana de Silva Manrique y la Cerda lo ejerció temporalmente. Otras virreinas fueron. Juana María Zúñiga Sotomayor y Mendoza y Catalina María Pereguina de Giudice y la sierra.

Tras el Virrey en el escalafón se situaban los Tribunales Reales: Martinez Arce configura la forma jurídica con se se establecieron los Tribunales. Existía un Regente o Presidente del consejo Real de Navarra y seis consejeros o oidores, cuatro de origen navarro y dos de ellos castellano. Mujeres principales fueron “las regentas”, esposas del Regente del Consejo Real de Navarra. Esta capa social de la administración se consideraba “nobleza de servicio”, aunque entre los oidores u regentes cuyos nombres se incluyen en el trabajo hay nombres nobles; Era en la administración frecuentes los traslados a otras audienciass, cita a las esposas de los administradores castellanos de justicia Juana de Segura, Ana María de Guasco, Mª Ignacia Mendizabal, Beatriz Astete y Monroy, Petronila María de Larumbe, Joaquina de San Clemente, Mujeres de jueces u oidores de la audiencia, fueron Antonia Quijano; Amarilla Vadilla, Catalina Villegas, Melchora de Herdeia, Mª Alfonsa de Bobadilla ; Antonia Muñatores. María de Chavarri;Lucía de la Redonda y Alvarado;MºVentura Daoiz y Parcero

Lo malo de esto mío, que intenta ser divulgativo, es que no sé si es prescindible citar a todas las esposas, e incluso si es poco respetuoso con los autores, además de plomizo, el hacerlo. Quizá en mi disculpa decir que algunos de los apellidos de nobleza navarra, de la que el “Viejo Reyno” está tan satisfecho, figuran como administradores de Justicia. Aparecen en estas sección prestigiosos hombres de leyes que han estudiado en importantes universidades; algunos constan en páginas de labolengos navarros, así Enriquez de Lacarra o Marichalar. A su vez, las linajudas esposas poseen apellidos como Pasquier, Velazquez de Medrano, Olóiz; Itúrbide; Atondo; Eguaras; Ozcoidi; Vergara; de Álava, Monterde; San Martín; Ladrón de Cegama; de Navascués; de Ibero; de Eugui; Vallejo; Eslava; de Gúrpide; Azcona; San Cristobal; de Álava; Donamaría; Enriquez de Lacarra, Navarra y Ezpeleta; Carrillo o Azcárate.

Las leyes permitían a las mujeres navarras heredar, ser titulares de mayorazgos, poseer un palacio de cabo de armería, testar en libertad de alquilar y arrendar derechos de oficio.

En el extremo opuesto, las condenadas por deudas ,Ana de Miranda; por robos o por muertes, como Isabel Gómez, Catalina de Ágreda y Catalina de Arriba cuyos delitos, dice Martinez Arce, están aportando valiosa información sobre la situación de las “galeras”y las causas de reclusión.

Acaba este estudio con la mención de las mujeres memorables Francisca Erlés Echevarría, de Cabanillas, que escribió al detalle sobre la Guerra de la Independencia y la tudelana Antonia Javier Caparroso y Francés, considerada la Agustina de Aragón de Navarra.
Desde mi punto de vista, el riguroso estudio sobrepasa con mucho la historia de esas mujeres y se comunica y extiende en importantes temas: la Historia de la evolución y desarrollo de la aristocracia navarra, de sus clases dirigentes, de sus leyes y de sus personajes; Es una de las lineas de investigación de la doctora Martinez Arce, como bien demuestra su extenso curriculum bibliográfico. En este trabajo, el aparato crítico, las citas a pie de página y la extensa bibliografía abren caminos a los estudiosos que se aventuren a ampliar las interesantes biografías citadas y la Navarra del Antiguo Régimen.

Otras ensayos biográficos.

Monográficos sobre Ana María de Peralta y Velasco, Marquesa de Falces . Es un Artículo de 8 páginas cuya autoría es de Rocío García Bourrelier, Doctora en Historia por la Universidad de Navarra. De la misma, una biografía de 7 páginas sobre Leonor de Ayanz, Leonor de la Misericordia, noble casada, contemporánea de Santa Teresa a quien conoció, que profesa carmelita y escribe sobre la vida de Catalina de Cristo. Fue protectora de Colegio de San José de Pamplona. Era tía del 1º conde de Guenduláin, Jerónimo de Ayanz. Fichas biográficas  de Doña Beatriz de Beaumont y Navarra, fundadora y primera priora del monasterio de las Descalzas Reales de Pamplona; y ficha biografica deDoña Antonia Gerónima de Navarra y de la Cueva, LIV abadesa de las Huelgas de Burgos de Pamplona de Yñaki Garrido Yerobi, historiador de Irun, hoy académico correspondiente de la Real academia de la Historia.

En estos estudios dedicados a la mujer de Pamplona en la edad Moderna no se incluyen nombres de mujeres dedicadas al comercio, pues se afirma que el trabajo femenino fue hecho casi en clandestinidad,ya que hubo un retroceso en el papel reservado a la mujer comerciante  o artesana en la Edad Moderna, que algunas burlaron. Por otra parte, la mujer campesina siguió con las condiciones de vida anteriores.

En la escala más baja, la mujer siguió siendo reo y condenada
La mujer de alto estatus sigue apareciendo como esposa, seguramente también , como era habitual, con uniones convenidas. Hay una nueva aristoracia “de servicio” Hay aristócratas dedicadas a obras religiosas, religiosas ellas mismas que si merecen ficha propia.
No se aporta si hubo alguna artista de la pintura, la música o la literatura, si exceptuamos a Leonor de Ayanz o a Francisca Erlés Echevarría.

Nada se habla de la Reina Blanca, titular del Reino, a quienes unos historiadores llaman sabia y otros supeditada a su cónjuge. Ni de su hija Leonor, parece ser que envenenedora de su hermana Blanca.

Con respecto a la interesante Corte Literaria de Navarra  y los trovadores y trovadoras, nada se dice aquí. La aparición de un estudio sobre el Cancionero Herberay des Essarts de la segunda mitad del siglo XV, correspondiente a la Corte de Blanca de Navarra, Juan II, el Príncipe de Viana y su hermana Leonor- Cancionero que incluye poemas de Navarra, Castilla y Aragón - estudio que  fue subvencionado por la Institución Príncipe de Viana, pagado con el dinero de los impuestos de todos los navarros, llevado a buen término por el hispanista Carlos Conde Solares en riguroso estudio y presentado en Pamplona por el Consejero, nunca llegó a las librerías. Blanca de Navarra protegió a los poetas, según la documentación de la época. ¿Habría alguna voz de mujer además de la de Vayona?

2 comentarios:

  1. Exhaustivo estudio de mujeres navarras, pero tengo una pequeña objeción, son demasiados nombres para que se queden en la mente y en letra muy pequeña. Tal vez convendría dividirlo incluyendo sólo un par de épocas y con letra más grande. Como es natural me interesa leerlo detalladamente. Coincido en lo que se dice sobre Blanca de Navarra y Leonor, también me extraña que siendo una época de auge literario como demuestra el Cancionero de Herberay que sólo existiera la voz de Vayona, siendo que al otro lado de los Pirineos existían importantes "trobairizs". Un trabajo extraordinario, Charo Un abrazo

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  2. Rosa del aire, gracias por tus aportaciones, como siempre inteligentes.Es complicado, cuando se pretende divulgar y citar , pero a veces los temas son extensos. Con respecto al Cancionero de Herberay, yo supongo que las habría, pero la publicacación debió repartirse entre un supuesto"selecto" grupo

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