En
la publicación que reseñábamos Mujeres que la Historia
no nombró (Ayuntamiento
de Pamplona 2005)
esta nueva subida al blog corresponde a la edad casi contemporánea
(XIX y XX). Y, aunque entiendo que la publicación no pretende hacer
una historia continua y exhaustiva de las mujeres, me queda la
sensación de que me he perdido algo importante que no se nombró en Las Mujeres en la Historia de Pamplona, (Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona 1998) Nº 1º de la
colección, ni en esta publicación que hace el N 2º. Si la Historia de los navarros del
siglo XVIII mereció que D Julio Caro Baroja dedicara un interesante
estudió a los navarros en la Corte - sus obras, sus alianzas, sus
cofradías, sus industrias, sus bancas y sus revistas - a la que esto
escribe le intriga saber de sus mujeres: Si las desposadas con
aquellos industriosos navarros que protagonizaron La hora
Navarra del XVIII (Pamplona, Institución Príncipe de Viana 1969) fueron o no navarras; tuvieron o no
actuaciones públicas; frecuentaron o no las sociedades de Amigos
del País o las
instituciones laicas de beneficencia. Si eran navarras de Pamplona, del
Baztán o de la Ribera y si tuvieron algún protagonismo en la
sociedad cortesana de la época. Época ilustrada ésta, muy interesante en
el inicio del debate de la educación femenina.
Esta
sección que recoge mi entrada, se refiere fundamentalmente al
la época de finales del siglo XIX y principios del XX, poco habla
del XVIII.
El
periodista de Diario de Navarra, Fernando Pérez Ollo completa
la ficha de Remigia Echarren Aranguren, de finales del siglo
XIX, que fue funambulista, según leímos en
la publicación anterior. Del mismo, la biografía de Rosa
Oteiza Armona, modelo del Monumento a los Fueros, símbolo de las
libertades navarras.
Se
continúa en esta publicación el rescate de mujeres que los autores consideran
ilustres que estructuran en 5 apartados: Las educadoras. Las
Escritoras. Las mujeres en la medicina y asistencia social. Las
Mujeres en la música y las Mujeres en el compromiso político
Entre
las educadoras, Visitación Viñes Ibarrola, maestra
pamplonesa en La Laguna; había cursado en la Escuela Superior de
Magisterio de Pamplona y estudios superiores en Madrid. Es
aportación Hortensia Viñes Rueda, profesora de la Complutense. Sor
Cecilia Taboada Laborra, religiosa de San Vicente de Paul,
fervorosa, con métodos didácticos “sui géneris” pero
afectivos e ingenuos, que tras diversos destinos llegó a “la
casita” de la calle Dormitalería. Se habla de que era limpia de
corazón y de su trayectoria vital de religiosa en varios destinos
como profesora de párvulos. La ficha es de José Félix Mendía
Braco, licenciado en Teología y sacerdote diocesano. Amparo
Toro, que convalidó y amplió estudios con la República y fue
maestra en varias plazas, profesora de las colonias escolares y una
de las fundadoras en 1967 de la Asociación
de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Santa
María
la Real,
la primera asociación en España para la promoción de la mujer en
el papel de ama de casa. Educadoras, aunque figuren en el apartado de
compromiso político, las maestras Pepita
y Elisa Uriz Pi que
estudiaron en Madrid la carrera de Magisterio
Superior
y
que establecen en
sus destinos métodos
innovadores pedagógicos afines
al método de
Montessori.
Josefa,
becada
en Bélgica, ejerce después
en
Cataluña, en
Barcelona y Gerona;
fue expedientada en
la Escuela
normal de Lérida y repuesta como directora en la II República.
Elisa estuvo junto con la Pasionaria en la dirección de la
Federación
Democrática Internacional
de Mujeres
y
fundó en Tarragona la Federación Española de Trabajadores
de la Enseñanza.
Desde
1934 figuraban
como afiliadas al Partido
Comunista.
Acabada la guerra se exilian a Francia y posteriormente a Berlín
Oriental. Las
fichas de ambas, muy cuidadas y completas son responsabilidad del
periodista Manuel
Martorel.
Mª Ana Sanz Huarte, de Pamplona,
una personalidad de importantes ideales renovadores, pedagoga
insigne y reconocida, aplicó los ideales de la Institución Libre de
Enseñanza en Pamplona. La biografía es obra de MºJosé Aldaz
Sóla, Doctora en Filología Hispánica. Carmen Villanueva Unzu, era
maestra y carlista abanderada de la “Agrupación
Tradicionalista de Pamplona”, protagandista y activista y
participante en mítines carlistas en Guipuzcoa, Álava, Cataluña,
y Madrid. Algunas de las maestras escribieron libros pedagógicos o
relativos a sus enseñanzas.
Parece
que ninguna de ellas accedió a la universidad a través del
magisterio, como si ocurrió con otras maestras españolas que desde
el magisterio convalidaron expediente. Cierto es que había
dificultades para hacerlo, pues como se sabe Navarra no tuvo universidad
propia. Algunas navarras cursaron estudios universitarios fuera de
Navarra, pero no regresaron. Hablaremos de tres de ellas en el
apartado sanitario. En 1952 se creó El Estudio General de Navarra,
futura Universidad de Navarra, pero esta época y sus mujeres
universitarias debería merecer estudio propio, pienso.
Escritoras:
Se agrupan en este apartado como escritoras Carmen
Baroja Nessi, cuya
cuidada biografía se debe al periodista de Diario de Navarra
Fernando Pérez Ollo: Nacida
en Pamplona, es mujer en la estela del lyceun club, orfebre y
escritora, hermana de Pío, el escritor, y de Ricardo, el pintor
casada con el editor Caro Raggio cuya vida transcurrió en Madrid y
más tarde con estancias en Bera del Bidasoa; fue ya incluida en la
primera publicación. Francisca Sarasate y Navascués,
escribe novelas, cuentos y poesías religiosas casi místicas, en
juicio del profesor de la Universidad de Navarra Carlos Mata
Induráin. Carmen Navaz Sanz, hija de Ana Mº Sanz, que
publicó su obra con el seudónimo de Carmela Saint Martín, mujer
progresista y culta, escritora tardía de novelas y cuentos; vivió
fuera de Pamplona; participó de la vida intelectual frecuentando
tertulias de San Sebastián y Madrid. Capitolina
Bustince y Larrondo, cuya ficha escribe el profesor Mata,
de ella se recogen los pocos dados biográficos conocidos y las citas
bibliográficas existentes. También de Carlos Mata es la ficha de la
pamplonesa Mª Jesús Fernández de Arcaya, que recoge su
biografía y su bibliografía. Al lado de las biografías consta el
juicio crítico que merecen las obras.
Compromiso
político: En Navarra quizá la tradición trabucaire sigue viva,
pues que algunas mujeres fueron activas defensoras de una parte y
otra de los contendientes en la guerra civil, participaron en mítines
y hasta llevaron a cabo misiones secretas. Algunos de los nombres, que
habían sido incluidos como escritoras, ahora lo hacen como
políticas, así la carlista
Lola Baleztena Ascárate, colaboradora de revistas como
Pregón, El Pensamiento Navarro, Oye, Estampa
tradicionalista; autora de la novela “La
Casa”
(Graficas Gurrea 1955) También su hermana Isabel
Baleztena Ascárate. Fueron militantes del Tradicionalismo y
activistas en la guerra civil a favor de la Comunión
Tradicionalista. Sus fichas son muy extensas, su activismo cultural
y político a favor del requeté y culturalmente activas en la
recuperación del vascuence. Las fichas políticas son responsabilidad del periodista Manuel Martorell.
Carlistas:
además de las Baleztenas y Carmen Villanueva Unzu, Isabel López
Baquedano. Nacionales: Las Bomberas del Parque de Artillería,
un buen número de mujeres de Acción Católica que nada más y nada
menos, fabricaban bombas.
Comunistas:
En el otro lado de la balanza carlista y de Acción Católica, la
comunista: Ángeles Ibañez Sarriguren, pamplonesa que
colaboró con Alianza de Socorros; exiliada luego, se casa con el
comunista Germán Izco Setoáin. Aurora Gómez Urrutia
frecuentaba los círculos de Izquierda Republicana de cuyas
juventudes que llegó a ser vicepresidenta; casó con Jesús Monzón,
importante dirigente comunista navarro; se exilió a Orán con su
hijo, mientras Jesús Monzón lo hacía como guardaespaldas de la
Pasionaria a París. Fue la suya una vida llena de aventuras marcadas
por la política, alguna de ellas dramática, como la muerte de su
único hijo al que habían mandado cono otros niños de la guerra a
Rusia. Monzón jugó un importante papel en el Partido Comunista
durante y después de la Guerra Civil y la Guerra Mundial. Dora
Serrano Serrano, procesada en un Consejo de Guerra en 1944
por el intento de reconstruir el Partido comunista, que fue
encarcelada en la prisión de Ventas, una de las que posteriormente,
como Monzón, fueron disidentes y se enfrentaron a Santiago Carrillo.
Añadimos a estas, las citadas Josefa y Elisa Uriz Pi.
Falangistas:
Esa toma de postura política también conoce en Navarra, aunque
minoritaria, a alguna persona relacionada con la Falange: Amelia
Azaola, que había cursado la carrera de Medicina en Madrid, era la
esposa de Julio Ruiz de Alda, compañero de José Antonio Primo de
Ribera y cofundador de Falange española. Hecho prisionero su marido,
Azaola le visita en la cárcel y lleva y trae misivas y consignas.
Muerto aquel, ella sufrirá cárcel.
Mujeres
y Beneficencia: Es Navarra tierra muy solidaria de signo cristiano
con los que sufren. Fueron notables las mujeres relacionadas con la
beneficencia y la asistencia social impulsoras de asilos y obras
benéficas. Recoge este apartado algunas De ellas fue pionera en el
siglo XVII Adriana del Bayo que instituye una obra asistencial
en ayuda de los reclusos o sin medios económicos de Pamplona. El
siglo XIX abunda en obras de tipo religioso social. Sor Martina de
Goicoechea y Ataun, superiora de las hijas de San
Vicente de Paul, dejó en testamento una casa en la calle
Dormitalería para establecer un asilo donde morasen huérfanas
pobres y sirvientas y se educara a niños pobres. Isabel
Garbayo fundó en 1914 el Asilo del Santísimo
Redentor, o de las Oblatas, para encauzar a las doncellas a por el
camino de la virtuda, biografiada por Gema Piérola, Universidad Pública de Navarra y Catalina Irigoyen Echegaray, sierva de María, estudio de Ana Urmeneta
Con
respecto al mundo de la sanitario, la primera mujer matriculada en la
Universidad para cursar estudios universitarios antes de 1910, época
de la admisión de las mujeres oficialmente en la universidad es
Juana María Echevarría Madoz, de Vera, matriculada en la
Universidad de Valladolid en Farmacia, título de licenciatura en
1907, pero no figura en este texto. Sí figura la primera mujer
médico navarra, Juana García Orcoyen,
cuyo título de doctora en Medicina
es
de 1925.
Médico por
Madrid la ya citada Amelia
Azaola. Ejerció de médico en Pamplona Ascensión Ariz Elcarte (1935) La publicación recoge las tradición
de curanderas y
herboristas María Périz de Artiga (XV) y
Martija de Jaúregui (XVI).
Apunta
la labor hospitalaria de algunas órdenes religiosas, y de
las enfermeras
Damas
de la Cruz
Roja
desde 1919. MºDolores Martinez Arce, licenciada en Historia, cita con
nombres propios las
comadronas: Elía García tiene
ficha biográfica y Antonia Aldave (S XVIII) es biografía de Ana Urmeneta . Añado
a sus nombres el de mi
abuela materna Romero Iráizoz Clemente (principios del XX)
con título expedido por
la Universidad de Zaragoza.
Es
en la Música una de las bellas artes donde las mujeres navarras más
han desacado: Felisa Munarriz Armendáriz,
soprano; Emiliana Zubeldía Inda cursó estudios
musicales en la Academia Municipal de Pamplona y los siguió en el
conservatorio de Madrid; fue pianista, profesora de música y
compositora, emigró a México y allí lleva si nombre la biblioteca
de Soroa. Son estudiadas por Fernando Pérez Ollo. Isabel Hualde Redín, autora de la letra del
“riau-riau”; Josefa Sanz Batista, soprano
llamada La Gayarre femenina; Manuela Santa María, primera violinista
de la escuela Santa Cecilia de Pamplona, Mari Luz Polo
López, primera organista de Pamplona, cuyas biografías traza Elena Leache, folklorista.
Mis
conclusiones:
Pocos
son los estudios relativos al papel de la mujer del XVIII, pese a la
importancia del siglo para Navarra. No figuran en ninguna de las dos publicaciones sobre el tema. Nada se sabe de si, como era
frecuente en la época, la mujer participaba en tertulias literarias
o había alguna navarra socia femenina de los Amigos de País.
Nada sobre si pueden encontrarse firmas de mujer en la prensa de
la época, como ya las había en otras provincias, a partir de 1812.
Sabemos que las mujeres que aceden a la educación estudian
magisterio y lo ejercen con altura; que hay varias escritoras, las más
conocidas viven y crean fuera de navarra; que llegan a tener importancia
las mujeres dedicadas profesionalmente a la Música, alguna internacional; que una vez aprobado oficialmente
después de 1910 dos navarras estudian Medicina, una en Valladolid y
otra en Madrid. Participan las mujeres, también las religiosas, en obras benéficas de filantropía.
Ejercen como enfermeras y parteras, también algunas como curanderas.
La mujer navarra no se amedranta ante los conflictos bélicos, milita
en partidos y ayuda en la retaguardia.La publicación anterior las citaba ¿hubo comerciantes o empresarias?
Sería interesante estudiar los temas pendientes del XVIII , así
como las fundaciones benéficas que en toda Navarra se establecen en
los siglos XVIII, XIX y XX y cuantas mujeres se comprometieron en
ellas. Recordar aquí la labor de Vicenta María López de Vicuña,
de Cascante, fundadora de la orden de Hijas de María Inmaculada,
dedicada a la enseñanza de las chicas de servicio. Apuntamos a mi tía
bisabuela paterna Leandra Sánchez Serrano, a cuyas expensas y inscrito en
testamento se instituyó el Asilo de San Leandro de Cascante para
ancianos pobres; A Concepción Ximénez de Cascante y Escrivá de Romaní, baronesa de La Torre, que
donó el Asilo de la Purísima Concepción. A las navarras que en el siglo XIX
escriben en prensa; a la que fue Académica de San Fernando y San
Luis. A la que a principios de
siglo, antes de que se apruebe el acceso oficial a la Universidad, estudia Farmacia en Valladolid, A la que fue tercera abogada de la República. Y a aquellas las mujeres que apostaron por hacer un mundo más
justo, mas bello, o más luminoso.
Es muy interesante este trabajo que firma Juncal Campo Guinea y sus colaboradores. Sabe a poco.
Buenos días, me parece muy interesante el artículo y todo el repaso de mujeres valientes, comprometidas y pioneras. Mi madre es de Pamplona y también fue, a su manera, una mujer libre y valiente. Escribí sobre ella en: https://wsimag.com/es/trama/29389-guadalupe
ResponderEliminarGracias, un saludo
He leído tu referencia y me ha parecido muy interesante, Yo no sabía que los primeros ordenadores eran de los años 50. Dejar de trabajar al casarse, como tu madre, no era opción, era casi siempre obligado si no se trabajaba en empresa propia, y aún así, mujeres listísimas pasaron a un segundo plano. En fín, lo importante es si querían o no querían , también si lo necesitaban personalmente o económicamente y no eran libres de hacerlo, siempre es malo que te fuercen. Mi saludos para ti y mi reconocimiento a esa estupenda madre
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