jueves, 15 de marzo de 2018

Mujeres que la historia no nombró, Ayuntamiento de Pamplona (II)



En la publicación que reseñábamos Mujeres que la Historia no nombró (Ayuntamiento de Pamplona 2005) esta nueva subida al blog corresponde a la edad casi contemporánea (XIX y XX). Y, aunque entiendo que la publicación no pretende hacer una historia continua y exhaustiva de las mujeres, me queda la sensación de que me he perdido algo importante que no se nombró en Las Mujeres en la Historia de Pamplona, (Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona 1998) Nº 1º de la colección, ni en esta publicación que hace el N 2º. Si la Historia de los navarros del siglo XVIII mereció que D Julio Caro Baroja dedicara un interesante estudió a los navarros en la Corte -  sus obras, sus alianzas, sus cofradías, sus industrias, sus bancas y sus revistas -  a la que esto escribe le intriga saber de sus mujeres: Si las desposadas con aquellos industriosos navarros que protagonizaron La hora Navarra del XVIII (Pamplona, Institución Príncipe de Viana 1969) fueron o no navarras; tuvieron o no actuaciones públicas; frecuentaron  o no las sociedades de Amigos del País o las instituciones laicas de beneficencia. Si eran navarras de Pamplona, del Baztán o de la Ribera y si tuvieron algún protagonismo en la sociedad cortesana de la época. Época ilustrada ésta, muy interesante en el inicio del debate de la educación femenina.

Esta sección que recoge mi entrada, se refiere fundamentalmente al la época de finales del siglo XIX y principios del XX, poco habla del XVIII.

El periodista de Diario de Navarra, Fernando Pérez Ollo completa la ficha de Remigia Echarren Aranguren, de finales del siglo XIX, que fue funambulista, según leímos en la publicación anterior. Del mismo, la biografía de Rosa Oteiza Armona, modelo del Monumento a los Fueros, símbolo de las libertades navarras.

Se continúa en esta publicación el rescate de mujeres que los autores consideran ilustres que estructuran en 5 apartados: Las educadoras. Las Escritoras. Las mujeres en la medicina y asistencia social. Las Mujeres en la música y las Mujeres en el compromiso político

Entre las educadoras, Visitación Viñes Ibarrola, maestra pamplonesa en La Laguna; había cursado en la Escuela Superior de Magisterio de Pamplona y estudios superiores en Madrid. Es aportación Hortensia Viñes Rueda, profesora de la Complutense. Sor Cecilia Taboada Laborra, religiosa de San Vicente de Paul, fervorosa, con métodos didácticos “sui géneris” pero afectivos e ingenuos, que tras diversos destinos llegó a “la casita” de la calle Dormitalería. Se habla de que era limpia de corazón y de su trayectoria vital de religiosa en varios destinos como profesora de párvulos. La ficha es de José Félix Mendía Braco, licenciado en Teología y sacerdote diocesano. Amparo Toro, que convalidó y amplió estudios con la República y fue maestra en varias plazas, profesora de las colonias escolares y una de las fundadoras en 1967 de la Asociación de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios Santa María la Real, la primera asociación en España para la promoción de la mujer en el papel de ama de casa. Educadoras, aunque figuren en el apartado de compromiso político, las maestras Pepita y Elisa Uriz Pi que estudiaron en Madrid la carrera de Magisterio Superior y que establecen en sus destinos métodos innovadores pedagógicos afines al método de Montessori. Josefa, becada en Bélgica, ejerce después en Cataluña, en Barcelona y Gerona; fue expedientada en la Escuela normal de Lérida y repuesta como directora en la II República. Elisa estuvo junto con la Pasionaria en la dirección de la Federación Democrática Internacional de Mujeres y fundó en Tarragona la Federación Española de Trabajadores de la Enseñanza. Desde 1934 figuraban como afiliadas al Partido Comunista. Acabada la guerra se exilian a Francia y posteriormente a Berlín Oriental. Las fichas de ambas, muy cuidadas y completas son responsabilidad del periodista Manuel Martorel. Ana Sanz Huarte, de Pamplona, una personalidad de importantes ideales renovadores, pedagoga insigne y reconocida, aplicó los ideales de la Institución Libre de Enseñanza en Pamplona. La biografía es obra de MºJosé Aldaz Sóla, Doctora en Filología Hispánica. Carmen Villanueva Unzu, era maestra y carlista abanderada de la “Agrupación Tradicionalista de Pamplona”, protagandista y activista y participante en mítines carlistas en Guipuzcoa, Álava, Cataluña, y Madrid. Algunas de las maestras escribieron libros pedagógicos o relativos a sus enseñanzas.
Parece que ninguna de ellas accedió a la universidad a través del magisterio, como si ocurrió con otras maestras españolas que desde el magisterio convalidaron expediente. Cierto es que había dificultades para  hacerlo, pues como se sabe Navarra no tuvo universidad propia. Algunas navarras cursaron estudios universitarios fuera de Navarra, pero no regresaron. Hablaremos de tres de ellas en el apartado sanitario. En 1952 se creó El Estudio General de Navarra, futura Universidad de Navarra, pero esta época y sus mujeres universitarias debería merecer estudio propio, pienso.

Escritoras: Se agrupan en este apartado como escritoras Carmen Baroja Nessi, cuya cuidada biografía se debe al periodista de Diario de Navarra Fernando Pérez Ollo: Nacida en Pamplona, es mujer en la estela del lyceun club, orfebre y escritora, hermana de Pío, el escritor, y de Ricardo, el pintor casada con el editor Caro Raggio cuya vida transcurrió en Madrid y más tarde con estancias en Bera del Bidasoa; fue ya incluida en la primera publicación. Francisca Sarasate y Navascués, escribe novelas, cuentos y poesías religiosas casi místicas, en juicio del profesor de la Universidad de Navarra Carlos Mata Induráin. Carmen Navaz Sanz, hija de Ana Mº Sanz, que publicó su obra con el seudónimo de Carmela Saint Martín, mujer progresista y culta, escritora tardía de novelas y cuentos; vivió fuera de Pamplona; participó de la vida intelectual frecuentando tertulias de San Sebastián y Madrid. Capitolina Bustince y Larrondo, cuya ficha escribe el profesor Mata, de ella se recogen los pocos dados biográficos conocidos y las citas bibliográficas existentes. También de Carlos Mata es la ficha de la pamplonesa Mª Jesús Fernández de Arcaya, que recoge su biografía y su bibliografía. Al lado de las biografías consta el juicio crítico que merecen las obras.

Compromiso político: En Navarra quizá la tradición trabucaire sigue viva, pues que algunas mujeres fueron activas defensoras de una parte y otra de los contendientes en la guerra civil, participaron en mítines y hasta llevaron a cabo misiones secretas. Algunos de los nombres, que habían sido incluidos como escritoras, ahora lo hacen como políticas, así la carlista Lola Baleztena Ascárate, colaboradora de revistas como Pregón, El Pensamiento Navarro, Oye, Estampa tradicionalista; autora de la novela “La Casa(Graficas Gurrea 1955) También su hermana Isabel Baleztena Ascárate. Fueron militantes del Tradicionalismo y activistas en la guerra civil a favor de la Comunión Tradicionalista. Sus fichas son muy extensas, su activismo cultural y político a favor del requeté y culturalmente activas en la recuperación del vascuence. Las fichas políticas son responsabilidad del periodista Manuel Martorell.

Carlistas: además de las Baleztenas y Carmen Villanueva Unzu, Isabel López Baquedano. Nacionales: Las Bomberas del Parque de Artillería, un buen número de mujeres de Acción Católica que nada más y nada menos, fabricaban bombas.

Comunistas: En el otro lado de la balanza carlista y de Acción Católica, la comunista: Ángeles Ibañez Sarriguren, pamplonesa que colaboró con Alianza de Socorros; exiliada luego, se casa con el comunista Germán Izco Setoáin. Aurora Gómez Urrutia frecuentaba los círculos de Izquierda Republicana de cuyas juventudes que llegó a ser vicepresidenta; casó con Jesús Monzón, importante dirigente comunista navarro; se exilió a Orán con su hijo, mientras Jesús Monzón lo hacía como guardaespaldas de la Pasionaria a París. Fue la suya una vida llena de aventuras marcadas por la política, alguna de ellas dramática, como la muerte de su único hijo al que habían mandado cono otros niños de la guerra a Rusia. Monzón jugó un importante papel en el Partido Comunista durante y después de la Guerra Civil y la Guerra Mundial. Dora Serrano Serrano, procesada en un Consejo de Guerra en 1944 por el intento de reconstruir el Partido comunista, que fue encarcelada en la prisión de Ventas, una de las que posteriormente, como Monzón, fueron disidentes y se enfrentaron a Santiago Carrillo. Añadimos a estas, las citadas Josefa y Elisa Uriz Pi.

Falangistas: Esa toma de postura política también conoce en Navarra, aunque minoritaria, a alguna persona relacionada con la Falange: Amelia Azaola, que había cursado la carrera de Medicina en Madrid, era la esposa de Julio Ruiz de Alda, compañero de José Antonio Primo de Ribera y cofundador de Falange española. Hecho prisionero su marido, Azaola le visita en la cárcel y lleva y trae misivas y consignas. Muerto aquel, ella sufrirá cárcel.

Mujeres y Beneficencia: Es Navarra tierra muy solidaria de signo cristiano con los que sufren. Fueron notables las mujeres relacionadas con la beneficencia y la asistencia social impulsoras de asilos y obras benéficas. Recoge este apartado algunas De ellas fue pionera en el siglo XVII Adriana del Bayo que instituye una obra asistencial en ayuda de los reclusos o sin medios económicos de Pamplona. El siglo XIX abunda en obras de tipo religioso social. Sor Martina de Goicoechea y Ataun, superiora de las hijas de San Vicente de Paul, dejó en testamento una casa en la calle Dormitalería para establecer un asilo donde morasen huérfanas pobres y sirvientas y se educara a niños pobres. Isabel Garbayo fundó en 1914 el Asilo del Santísimo Redentor, o de las Oblatas, para encauzar a las doncellas a por el camino de la virtuda, biografiada por Gema Piérola, Universidad Pública  de Navarra y Catalina Irigoyen Echegaray, sierva de María, estudio de Ana Urmeneta

Con respecto al mundo de la sanitario, la primera mujer matriculada en la Universidad para cursar estudios universitarios antes de 1910, época de la admisión de las mujeres oficialmente en la universidad es Juana María Echevarría Madoz, de Vera, matriculada en la Universidad de Valladolid en  Farmacia, título de licenciatura en 1907, pero no figura en este texto. Sí figura la primera mujer médico navarra, Juana García Orcoyen, cuyo título de doctora en Medicina es de 1925. Médico por Madrid la ya citada Amelia Azaola. Ejerció de médico en Pamplona Ascensión Ariz Elcarte (1935) La publicación recoge las tradición de curanderas y herboristas María Périz de Artiga (XV) y Martija de Jaúregui (XVI). Apunta la labor hospitalaria de algunas órdenes religiosas, y de las enfermeras Damas de la Cruz Roja desde 1919. MºDolores Martinez Arce, licenciada en Historia, cita con nombres propios las comadronas: Elía García tiene ficha biográfica y Antonia Aldave (S XVIII) es biografía de  Ana Urmeneta . Añado a sus nombres el de mi abuela materna Romero Iráizoz Clemente (principios del XX) con título expedido por la Universidad de Zaragoza.

Es en la Música una de las bellas artes donde las mujeres navarras más han desacado: Felisa Munarriz Armendáriz, soprano; Emiliana Zubeldía Inda cursó estudios musicales en la Academia Municipal de Pamplona y los siguió en el conservatorio de Madrid; fue pianista, profesora de música y compositora, emigró a México y allí lleva si nombre la biblioteca de Soroa. Son estudiadas por Fernando Pérez Ollo. Isabel Hualde Redín, autora de la letra del “riau-riau”; Josefa Sanz Batista, soprano llamada La Gayarre femenina; Manuela Santa María, primera violinista de la escuela Santa Cecilia de Pamplona, Mari Luz Polo López, primera organista de Pamplona, cuyas biografías traza Elena Leache, folklorista.

Mis conclusiones:

Pocos son los estudios relativos al papel de la mujer del XVIII, pese a la importancia del siglo para Navarra. No figuran en ninguna de las dos publicaciones sobre el tema. Nada se sabe de si, como era frecuente en la época, la mujer participaba en tertulias literarias o había alguna navarra socia femenina de los Amigos de País. Nada sobre si pueden encontrarse firmas de mujer en la prensa de la época, como ya las había en otras provincias, a partir de 1812. Sabemos que las mujeres que aceden a la educación estudian magisterio y lo ejercen con altura; que hay varias escritoras, las más conocidas viven y crean fuera de navarra; que llegan a tener importancia las mujeres dedicadas profesionalmente a la Música, alguna internacional; que una vez aprobado oficialmente  después de 1910 dos navarras estudian Medicina, una en Valladolid y otra en Madrid. Participan las mujeres, también las religiosas, en obras benéficas de filantropía. Ejercen como enfermeras y parteras, también algunas como curanderas. La mujer navarra no se amedranta ante los conflictos bélicos, milita en partidos y ayuda en la retaguardia.La publicación anterior las citaba ¿hubo  comerciantes o empresarias?

Sería interesante estudiar los temas pendientes del XVIII , así como las fundaciones benéficas que en toda Navarra se establecen en los siglos XVIII, XIX y XX y cuantas mujeres se comprometieron en ellas. Recordar aquí la labor de Vicenta María López de Vicuña, de Cascante, fundadora de la orden de Hijas de María Inmaculada, dedicada a la enseñanza de las chicas de servicio. Apuntamos a mi tía bisabuela paterna Leandra Sánchez Serrano, a cuyas expensas y inscrito en testamento se instituyó el Asilo de San Leandro de Cascante para ancianos pobres; A Concepción  Ximénez de Cascante y Escrivá de Romaní, baronesa de La Torre, que donó el Asilo de la Purísima Concepción. A las navarras que en el siglo XIX escriben en prensa; a la que fue Académica de San Fernando y San Luis. A la que a principios de siglo, antes de que se apruebe el acceso oficial a la Universidad,  estudia Farmacia en Valladolid, A la que fue tercera abogada de la República. Y a aquellas las mujeres que apostaron por hacer un mundo más justo, mas bello, o más luminoso.
Es muy interesante este trabajo que  firma Juncal Campo Guinea y sus  colaboradores. Sabe a poco.

2 comentarios:

  1. Buenos días, me parece muy interesante el artículo y todo el repaso de mujeres valientes, comprometidas y pioneras. Mi madre es de Pamplona y también fue, a su manera, una mujer libre y valiente. Escribí sobre ella en: https://wsimag.com/es/trama/29389-guadalupe

    Gracias, un saludo

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  2. He leído tu referencia y me ha parecido muy interesante, Yo no sabía que los primeros ordenadores eran de los años 50. Dejar de trabajar al casarse, como tu madre, no era opción, era casi siempre obligado si no se trabajaba en empresa propia, y aún así, mujeres listísimas pasaron a un segundo plano. En fín, lo importante es si querían o no querían , también si lo necesitaban personalmente o económicamente y no eran libres de hacerlo, siempre es malo que te fuercen. Mi saludos para ti y mi reconocimiento a esa estupenda madre

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