Decía
Carmen de Zulueta en ”Ni convento ni college. La Residencia de
Señoritas” publicación de la Residencia de Estudiantes como ésta
de “Mujeres en Vanguardia”que comenté en su día, que María de
Maeztu tuvo desde el inicio interés en que la Residencia de
Señoritas se abriera preferentemente a mujeres que estudiaran en la
Universidad, y que inicialmente fueron las residentes mujeres que
estudiaron carreras consideradas femeninas como pedagogía; que fue
a partir de los años 20 cuando las estudiantes residentes empezaron
a mostrar interés por las carreras científicas como Medicina o
Farmacia.
Sabemos
por otras publicaciones, como la de Consuelo Flecha García ( “Las
Primeras Universitarias de España, Madrid, Narcea 1996) del pronto
interés de las mujeres por carreras científicas; mujeres pioneras
de finales del siglo XIX aún antes de abrir oficialmente la
Universidad cursaron estudios universitarios en Medicina y Farmacia.
Sorteando obstáculos burocráticos y reticencias de la mayor parte
del claustro de profesores, consiguieron doctorarse en Medicina en
1882 la barcelonesa María Dolores Aleu Riera y la tarraconense
Marina Castel, ambas con título expedido por la Universidad de
Barcelona ; y en 1886 la palentina María Luisa Domingo García por
la Universidad de Valladolid. En 1886 las hermanas Eloisa y María
Dolores Figueroa Martí obtuvieron el doctorado en Farmacia, expedido
por la Universidad de la Habana, colonia entonces española.
LAS
BECAS Y EL LABORATORIO FOSTER
La
ILE desde el inicio había mostrado un interés en la docencia
científica, comprometiendo en ello a personalidades como Santiago
Ramón y Cajal, primer director de la Junta de Ampliación de
Estudios luego continuado por José Castillejo; la JAE otorgó becas
a alumnos y a alumnas para cursar ampliar estudios científicos
en universidades extranjeras europeas y americanas. En ésta
publicación del Centenario de la Residencia de Señoritas y que hoy
comento, figuran 35 mujeres que obtuvieron becas en EEUU, entre las
cuales un importante número, dice la publicación, eran doctoras o
licenciadas de Medicina o Ciencias. Este trabajo publica la lista de
las becadas y las universidades a las que asistieron, pero no habla
de la titulación. Becadas científicas que esta publicación cita fueron Margarita Comas Mas; Felisa Martín Bravo, Olimpia Valencia, residentes; María Capdevolla de Oriola, Maria del Carmen Martinez Sancho y María Teresa Toral. Como ya comenté, ésta es una publicación
interesada en los avances pedagógicos , no tanto científicos, pero
Mujeres en Vanguardia remite a otras específicas de Leila
N.Rupp, Carmen Magallón, MªJosé Iturión y Rosa Mª Merino. No
puede faltar una reseña a lo científico en esta entrada mía, ya
que las autoras entienden la profesionalidad en lo científico como
una de las aportaciones de la Residencia y de Mª de Maeztu.
Afirman, y yo comparto, que en el avance fue definitiva la
colaboración del feminismo americano docente a través del Instituto
Boston. Y lo fue no solamente por las becas otorgadas por el
Instituto Internacional para cursar estudios en EEUU, también porque
a él se debe el Laboratorio Foster de Química con el que desde 1920
van a contar las mujeres para sus prácticas.
La
Universidad de Madrid estaba equipada con laboratorios. La
Residencia de Estudiantes , desde su inicio en 1910 , tenía sus
propios laboratorios para suplir las deficiencias de los de la
Universidad Entre los profesores que dirigían la investigación
de los laboratorios de la Residencia de Estudiantes se encontraban
médicos y biólogos prestigiosos : Juan Negrín, Pío del Río
Ortega; Ignacio Bolivar, entomólogo; Antonio de Zulueta, genetista.
Discípulo de ellos el luego premio Nobel Severo Ochoa.
Pero las mujeres científicas no disponían de laboratorios. Los
laboratorios de la Universidad eran pequeños y no podían ser
utilizado por las estudiantes. En palabras de Carmen de Zulueta:”Se
dedicaban enteramente a los hombres, como muchas otras cosas en
España” , a pesar de que ya un número de significativo de
mujeres matriculadas los iban precisando En 1928 una entrevista a
María de Maeztu en el Heraldo de Madrid confirma que de las
200 residente solamente dos cursan estudios de Pedagogía, siendo la
carrera de Farmacia la más habitual entre las residentes. La
Residencia de Señoritas, al contrario que la de Estudiantes, no
tenía laboratorios y las alumnas tenían que aprender el texto sin
posibilidades de hacer prácticas, lo que Zulueta achaca a cierto
sexismo de la JAE.
La
deficiencia iba a ser paliada, como muchos de los grandes aciertos de
la Residencia de Señoritas, gracias a la colaboración
norteamericana. Recuerda Carmen Magallón, autora del artículo de
ésta publicación dedicado a las científicas, que la relación
entre Residencia de Señoritas y el International Institute fot
Girls en Spain posibilitó la venida de Mary Louise Foster a
Madrid. El Internacional Institute for Gils, fundado por Alice
Gordón Gulich, también llamado Instituto Boston, - como recogimos en
otra entrada establecido en España, en Santander desde 1877 y en
Madrid desde 1903- tenía como meta, conforme con los movimientos
feministas emancipadores americanos, la educación superior de la
mujer española. Mary Louise Foster, era doctora en Química,
profesora del Smith College, investigadora en Biología molecular y
Bioquímica. Llegó a Madrid mandada por la corporación Bostoniana
para hacerse cargo de la dirección del Internacional
Institute y para cubrir las deficiencias de la
educación española en su formación práctica. En 1920, en una
habitación equipada por la JAE comienza la actividad del laboratorio
con asistencia de 36 alumnas de 19 provincias españolas, que
cursaban estudios 4 de Facultad de Ciencias; 20 de Farmacia; 5 de la
escuela superior de Magisterio, 5 de Medicina de Magisterio y 2 de
la Escuela Normal. La profesora Foster organizó desde 1920 al 22
clases de Química y, montó el primer
laboratorio de Química con pocos medios que le suministró la JAE. Era abierto.
Cumplida la tarea, vuelve a Boston.
El
laboratorio fue un éxito y necesitó ampliarse en el jardín de
Fortuny. María de Maeztu viaja a Boston para pedir ayuda económica
y solicita que vuelva a España la Profesora Foster, lo que
consigue. En 1927 la profesora Forter se hacía cargo de la dirección
de obras de ampliación y ejerce su magisterio con técnicas
dirigidas a análisis de química inorgánica, orgánica, análisis
de componentes de la orina, acidez, grados alcohólicos, aceites,
sulfatos, agua. Las prácticas fueron convalidadas por la Universidad
hasta niveles de doctorado. Algunos trabajos de los laboratorios
fueron presentados ante la Real Sociedad Española de Física y
Química. En enero de 1028, con la ayuda del Instituto Boston, se
abrieron los nuevos laboratorios de Química de 32 plazas. Los
laboratorios reconocen la labor de la profesora Foster, dándole su
nombre: Laboratorios Foster
Dije
que quería que mi blog hablara de colectivos y nombres propios de
mujeres. No da muchos nombres propios este trabajo que cito, aunque
soy casi lega esta materia, y por tanto sin capacidad de juicio, quiero
incluirlos. Creo que es de justicia intelectual citar a esas mujeres
que fueron abriendo el camino de las ciencias. Además de Mary
Louise Foster, cita como directoras del laboratorio a Vera Colding y
a las españolas Rosa Herrera y Carmen Gómez Escolar; como
ayudantes a Mary Luz Navarro y Carmen Sánchez; entre las alumnas a
Dorotea Barnés, Felisa Martín Bravo; Josefa Gonzalez Aguado y
Pilar Martinez Sancho. Tanto la publicación de Zulueta como esta,
documentan con fotografías los laboratorios y las mujeres
científicas que pudieron hacer prácticas de sus especialidades.
¿Que
fue de aquellas pioneras? Poco dice este trabajo. Cita a Josefa
González Aguado, plagiada en sus tesis después de la guerra por
un compañero adicto al régimen; sabemos que la navarra Dorotea
Barnés, química, doctora en Física por Yale,especializada por Massachusser en ténicas de spectroscopia, catedrática de instituto, investigadora en el Instituto nacional de Física y Química,fue expedientada no pudiendo ejercer la docencia en España. Sus hermanas Adela, Ángela y Petra, sufrieron el exilio; otras debieron quedarse en cátedras de
instituto; me temo que poco dice en esta publicación su responsable, Carmen Magallón, que si tiene otras publicaciones hablando del tema. Quiero entender que cuando Carmen
de Zulueta incluye al Laboratorio Foster como una de las
aportaciones culturales de la Residencia de Señoritas y Carmen
Magallón lo recoge como “trampolín para la creación de una
entusiasta comunidad científica española “ es imprescindible
hablar del por qué y el cómo de esa comunidad. Quizá esté, como
urdimbre de fondo, la capacidad de decisión y gestión de María de
Maeztu, que estrechó hasta converger e identificar con la Residencia de
Señoritas los lazos de las amigas americanas. Aprender con ellas
potenció la Residencia, también su internacionalización. Entiendo
que la generosidad y participación del Internacional Institute
y su altura de miras, fueron decisivas en el desarrollo de la
Residencia de Señoritas y su logró en la educación superior de la
mujer española y en particular, en este caso citado, a la educación científica.
Lo que si sabemos, al margen de este texto, es que aquel inicio fue continuado por las herederas de aquel institucionismo de corte liberal que algunas añoramos. Así la bioquímica Margarita Salas, hija de residente de la Residencia de Estudiantes compañero de severo Ochoa que ejerció la medicina y la psquiatría, educó a su hija conforme a lo aprendido; Salas hizo su tesis doctoral en EEUU con Severo Ochoa y hoy es la más prestigiosa bioquímica de España
No hay comentarios:
Publicar un comentario