domingo, 30 de julio de 2017

Carmen de Zulueta y Alicia Moreno. Ni convento ni college. La Residencia de Señoritas. Y ( II ) y mis diculpas



Mis disculpas porque este subí el texto pensando que estaba en borrador y estaba lleno de erratas que fueron publicadas en mi despiste. Es un maltrato del lenguaje, por lo que pido perdón y corrijo, pidiendo excusas al que las haya leído..
Zulueta habla de dos etapas en la Historia de la Residencia de Señoritas. La primera respondería a la etapa desde la creación 1915 a 1919,  en dos edificios de la calle Fortuny 28 y 30 que habían quedado libres al trasladarse la primera Residencia de Estudiantes a los nuevos edificios de los altos del Hipódromo, lo que Juan Ramón Jiménez llamó la colina de los chopos. Es la directora María de Maeztu, que pide la colaboración de Rafaela Ortega y Gasset con la que une una amistad familiar; pronto se incorpora como secretaria Eulalia Lapresta. Trata la Residencia de tener un coste moderado, 5 pesetas diarias, cobrándose aparte el servivio médico y el lavado y planchado de ropa. Ofrece  clases de lenguas vivas y cursos y conferencias de literatura, pedagogía, química fisiología y música y de las materias que necesiten para entrar a la Escuela Superior de Pedagogía y la Universidad. Posee una buena biblioteca. Se inaugura con tres residentes, pero las memorias de la Junta de ese año contabiliza 30 alumnas, todas ellas aspirantes o estudiantes de la Escuela Superior de Magisterio, lo que no era la ambición de María que pensaba en la enseñanza superior universitaria de las residentes; hay alumnas cuya familia pretende solamente una cultura general. La preocupación por el aspecto moral y la preocupación por la libertad de costumbres es importante en las familias, aspecto ese de la rectitud ética que nunca abandonará a María de Maeztu ni en las etapas más florecientes de su historia de directora. A pesar de que algunos padres sospechan de la bondad de la gimnasia femenina, el aspecto deportivo es cultivado para “ mantener un ambiente moral, crear fuertes vínculos de vida corporativa y desarrollar a un tiempo la iniciaticva personal y la disciplina”. Se juega a tenis, baloncesto, se practica el alpinismo y se hacen excursiones a la sierra. Las alumnas proceden de las regiones españolas donde la institución tiene arraigo. Son buenas alumnas, colaboran en los trabajos de la Residencia, salen al extranjero a estudiar y muchas de ellas serán posteriormente profesoras del Instituto escuela (1918)

Segunda etapa de 1919 a 1936. Es a partir de los convenios de colaboración con el Instituto Internacional, dice Zulueta , cuando el crecimiento de la Residencia de vuelve espectacular. La Junta había adquirido las fincas 24, 26, 28 30, alquiladas ya por la Residencia y la finca de  1 y 3 de Rafael Calvo. El edificio de  Miguel Angel 8 no  dedicó a la Residencia en 1928. Con esta "Edad de Oro"al mismo tiempo · dice Zulueta,  el feminismo de María, que siempre había actuado como tal,
 ahora con el contacto con las mujeres americanas, se consolida. Al cierre de las Universidades en 1930 por las huegas universitarias en la etapa del gobierno Berenguer, responde la Residencia con más clases propias y se acercan a el sueño de María y también del Instituto Internacional de Boston de hacer una universidad sólo para mujeres, lo que no llega a término. Es en esta fecha que Maeztu va a conseguir su ambición con la fundación en 1920 de la Asociación Universitaria Femenina y en 1926 del Lyceum club, ambas instituciones nacieron en los salones de la Residencia de Señoritas. La española creada, formó parte de la Federación Internacional de Mujeres Universitarias y Maeztu fue llamada para dar conferencias en América, que en 1920 había conseguido el derecho al voto de las mujeres. En España todavía en esos años se luchaba más por la enseñanza superior y no por el sufragio, que luego conseguirían las mujeres en la República en el año 1931. En 1928 en la Residencia de 200 alumnas solo dos cursaban magisterio, el resto era universitaria, abundaban las estudiantes de Farmacia. Con respecto al Lyceum club, como se sabe, presidido por María aglutinó a las mujeres importantes de Madrid, unas fueron creadoras, otras “maridas de ”Kent, Camprubí, Lejárraga, Fortún, Mallo; tuvo como fin la solidaridad y colaboración en su propio desarrollo creando un espacio propio para ellas como en los clubs ingleses de mujeres . El crecimiento de la personalidad de María de Maeztu, dice Zulueta, es paralelo al crecimiento de la Residencia, que aumenta su éxito y cosmopolitismo con el conocimiento del estilo de vida de los colleges americanos, los viajes de María a EEUU, Argentina, Utuguay y Chile, las conferencias dictadas en universidades y teatros americanos. Toda la experiencia le sirve para organizar su Residencia con un tipo de vida corporativa y con una prudente libertad. Se expanden los edificios con la ocupación del edificio de Miguel Angel 8. Se dan becas a estudiantes españolas por norteamericanos, profesoras norteamericanas dan clases en la Residencia. Cuando el número de residentes aumenta, se forman grupos de trabajo con directora grupal dirigidos por Marilde Mohr, María Oñate, Mary Sweeney y África Ramírez de Arellano. Residentes fueron Juana Moreno, María Comas Camps,  Margarita de Mayo Izarra, Carmen Isern, Josefina Carabias,  Delhy Tejero. En ellos científicas como María García Escalera o Cecilia García de Cosa; políticas especialistas en Derecho como Kent, que fue la primera residente, o Matilde Huici. Pero no es esta obra de Zulueta una demostración de la importancia de las residentes, sino de la obra desarrollada por María y la Residencia y el prestigio alcanzado poe èsta y por aquella, tanto en España como en el extranjero: María acepto ser Diputada Nacional con Miguel Primo de Rivera, directiva de la JAE y miembro de la Hispanic Society of América.

En 1930 vencía el convenio con el Instituto internacional que se renueva con la cesión  a la Residencia en alquiler por un precio simbólico..
La República amplía el desarrollo de la  educación y la Residencia amplía su influencia con la edificación de un nuevo edificio en la calle Martínez Campos, que sigue existiendo dentro del recinto de la hoy Fundación Ortega y Gasset. En 1932 la junta  hace un homenaje a Susan  Huntington , da su nombre al edificio de  Fortuny y pone una placa de homenaje. En mayo de 1933 el Comité de Artes y Letras del Instituto de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones celebró una reunión en Madrid en el auditorio de la Residencia  de Estudiantes presidida por  Mme Curíe.

OBRA CULTURAL

La biblioteca crece con la unión  de la del Instituto internacional en 1928y se organiza al estilo americano, para servir al lector con más eficacia. Marda Polley, bibliotecaria americana, enviada por el Instituto Internacional fue la encargada de hacer la fusión de ambas biblioteces. Al año siguiente Ruth  Hill se encargó de hacer un nuevo fichero con ayuda de varias españolas pagadas por el Instututo Internacional, se dan clases de biblioteconomía. Enriqueta Martín se encargó de la biblioteca y de las clases. Se organizan bibliotecas para niños.
Becas; Desde el primcipio se organiza un sistema de becas otorgado un comité presidido por María Goyri, siendo secretaria Zenobia Camprubí, tanto para americanas como para españolas otorgadas por colleges americanos. Hayviajes y estancias mutuas en América y España.
Laboratorios: Maria Luisa Foster, profesora de Química del Smith College vino a España en 1920-22 organizó clases de Quimica en el Colegio de Señoritas y montó el primer laboratorio para mujeres en Madrid que, dado el éxito, se quedó pequeño. La Junta amplia otro en Fortuny 53 que llamó laboratorio Foster en 1928
Conferencias. En 1923-24 se Organizó la Sociedad de Cursos y Conferencias, comunes a ambas residencias. Entre los conferenciantes  Ramón Gómez de la Serna, Rafael Alberti, Ángel Osorio y Gallardo, Claudio Sanchez Albornoz, José Bergamín, Javier Zubiri, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Regino Sáinz de la Maza, Miguel de Unamuno, Federico García Lorca, que lee Poeta en Nueva York . Entre los socios, artistócratas como los duques de Alba, la condesa de Medinaceli, o el Marqués de Salamanca, además de escritores como Aleixandre o Juan Ramón Jiménez.
Excursiones. Museo del Prado, Palacio Real, Museo de Arte moderno, El Pardo, Sierra de Guadarrama, Andalucía, siempre acompañados de profesores
Fiestas. Siempre muy estrictas, té, seguidos de bailes. Las chicas debían dar los datos en secretaría sobre sus invitados y presentarlos a la junta Directiva de la Residencia,
Asociación de Alumnas.
 Entre las funciones una de acción social, visitas a desfavorecidos, clases de lectura y de costura

La Residencia en 1936
La sublevación encuentra la Residencia casi vacía, debido al fin de curso. María de Maeztu vuelve a España desde  balneario francés donde se encontraba, al conocer la noticia de la prisión de su hermano Ramiro de Maeztu. Intenta proteger a Ramiro, y también a su Residencia. A aquél intercediendo por él con sus amigos de la República; a ésta, pidiéndo al Instituto Internacional que la  nombre a ella su representante temporal en Madrid, hasta que   llegue Mary Swrrney, secretaria del Instituto Internaciona, para hacerse cargo del edificio de Miguel Angel 8. Lo segundo  que le fue conseguido. En el edificio ondeó durante la contienda la bandera de los Estados Unidos, bajo la protección de la embajada. La fortuna le fue adversa en su  intercesión por su hermano. María, ante la situación de caos, presenta la dimisión a la JAE a finales de septiembre de 1936. Un més más tarde Ramiro de Maeztu es asesinado en la carcel de Ventas. Maeztu, defraudada, se exilia a Argentina. Los edificios de la antigua Residencia, exceptuando Miguel Angel 8 , tendrán distintos usos sociales y hospitalarios durante la contienda y las pocas residentes que quedaban serán trasladadas a Valencia, 
La Residencia en 1939
Acabada la guerra, los edificios de la antigua Residencia, tanto de Señoritas como de Estudiantes pasan a ser del Estado.  Miguel Angel 8 sigue  alquilado al Estado español, aunque EEUU intenta recuperarlo. La  Residencia  se convierte en el Colegio Mayor Santa Teresa y es dirigido por una antigua residente, la falangista  Matilde Marquina, teniendo de segunda de a bordo a Eulalia Lapresta- El padre Félix García lleva la dirección espiritual de las residentes. El auditorio se convierte en la iglesia del Espíritu Santo. Los antiguos edificios de la colina de los chopos son ocupados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
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Comparto mi opinión con Carmen de Zulueta de condena de la guerra y a la destrucción de lo que fue la obra de Maeztu, a la vista de lo que luego ocurrió con nosotras las mujeres en los 40 años posteriores. Esa etapa, aún a las universitarias entre las que me encuentro, nunca fue contada. Tuvo que llegar la Transición para que conociéramos qué fue de todo aquello. En lo único que no estoy de acuerdo con Zulueta es con  ese pequeño juicio adverso con que juzga a  Maeztu  en su "reconversión" , la única nota negativa de este gran texto de admiración a María de Maeztu y su obra. Pienso que la toma de postura ante la arbitrariedad fue digna de una mujer recta, y más cuando entre los asesinado  estaba su hermano. ¿Pudo hacer algo la JAE? (una recuerda el caso de Ortega refugiado en la  Residencia de Estudiantes porque se sentía amenazado y no lo sabe bien ) Sus antiguos amigos nada hicieron o no pudieron hacer por ayudar a una mujer que fue el exponente máximo de la educación igualitaria. Educar es respetar, todo lo contrario de lo que  iba pasando. Cuando a finales del año 1944 vuelve a España por la muerte de su madre, Maeztu  hubiera querido  retomar la dirección del entonces Colegio Mayor Santa Teresa, pero los franquistas tampoco la restituyen. Es quizá el sino de los seres honestos, no caer bien porque son fieles a si mismos.
La Residencia de Señoritas no fue , como la de Estudiantes; quizá entre sus residentes más profesoras y profesionales que artistas, aunque también las hubo. Mujeres capaces de ganarse la vida con altura, cursando estudios que, en muchos casos,  después volvieron a negárseles. 
Hoy María, cuyo cadáver a su muerte en 1948 trajo en Embajador Areiza de Buenos Aires a España, descansa en mi tierra, Navarra. Murió cristianamente y perdonó a todos, menos los que le habían impedido realizar su obra educativa  con la mujer española.
DEP y que la tierra te sea leve, María. Y acabo con las palabras de Zulueta:

Esperamos que este libro contribuya a dar a María de Maeztu el lugar que le corresponde dentro de la historia de la mujer en España, y a su Residencia, el valor que tuvo para incorporara a la mujer media española a la vida cultural y profesional del país.
Merece la pena saberlo

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