María Teresa León : Memoria de la melancolía, Sevilla , ed Renacimiento, 2020. Prólogo de Benjamín Prado
Un
poco de historia :
Cuando María Teresa León
regresa a España en 1977 no viene como una exiliada desconocida.
Compañera de Rafael Alberti, poeta del 27, ambos eran un símbolo
de resistencia para los siempre fervientes militantes comunistas de
la era franquista. Los comunistas exiliados veían ahora cumplido su
sueño de regresar a su patria. Eran dos mitos. Su casa del
Trastévere en Roma, última etapa de su exilio iniciado en 1939,
había sido sitio de peregrinación de opositores antifranquistas
comunistas que en la clandestinidad formaban el bloque de oposición
más beligerante contra Franco. Siempre los españoles de múltiples
tendencias habían encontrado las puertas de los Alberti León
abiertas y todas las conversaciones en su casa del Trastévere,
decían los que los visitaron, giraban en torno a España: como
estaba ahora tal calle, o tal plaza, o la fuentecilla aquella, cómo
los obreros, o la poesía o la política y cuando moriría el
dictador. Muerto Franco en noviembre de 1975, en abril de 1977 el
Partido Comunista de España fue legalizado. Iban a presentarse los
comunistas en las primeras elecciones en la Democracia y los
españoles que no habíamos conocido la guerra vimos por primera vez,
con cierto susto, las banderas rojas con la hoz y el martillo a
bordo de los coches ruidosos que desfilaban por la Castellana. Lo
del susto es literal, yo estaba entonces tomándome un helado en la
heladería Olivieri en la Castellana y me quedé tan helada como mi
helado. Fue así.
Iban regresando los
supervivientes después de 38 años de exilio, pero María Teresa
León que tanto añoró la vuelta no sabía que estaba en España,
había perdido la memoria. Fue oportuno, tal vez por ello, esta
Memoria de la Melancolía, escrita unos años antes, entre
1962 y 68, ya que es considerada por los críticos como uno de los
textos autobiográficos de más calidad literaria y testimonial de
los escritos por los perdedores de
la Guerra civil. Opino lo
mismo, es un gran libro de memorias. Historia de la
Melancolía es la añoranza de lo perdido, escrito cuando la
autora ya estaba cerca de la vejez :”Es difícil ser vieja. Se
necesita un aprendizaje que es el drama de nuestra vida (p.65) Es
la rememoración de toda una vida, su infancia y educación, su
familia, sus amigos, la guerra, el exilio. Porque su melancolía se
ancla y atañe a España, su Guerra Civil y el exilio de los
perdedores como ella, lo que cuenta nos atañe a todos, es una visión
individual y al mismo tiempo colectiva. Quien lo escribe es además
alguien que participó en la guerra desde arriba, desde la dirección-
si no guerrera sí cultural- de la República, por lo que el
testimonio de lo que cuenta nos aporta fuentes y semblanzas de
escritores amigos, recuerdos directos de la tarea intelectual que les
encomendaron, una visión combativa y beligerante que daría lugar a
polémica, si nos dejáramos llevar de nuestro afán de encontrar la
verdad del por qué de la vida y de la muerte de tantos españoles.
”Días
felices. ¿Felices los días de la guerra?¿Está usted loca? Y yo
añado para evitar la agresión de los que no entienden: Los mejores
de nuestra vida”( p. 302)
Su
visión clara es la de militante de izquierdas que nunca abandonó,
nos parece muy interesante porque, además de ser un texto de alta
calidad literaria, no exige este blog a las escritoras la
objetividad ni el equilibrio, sino sus visiones parciales y
subjetivas. Mi fin es entenderlas, poner en valor sus logros e ir con
ellas conformando la realidad, siempre plural de la época histórica
que trato. Crónica personal , memoria , que no historia, ya que es
el yo de la escritora el que lo pasa por el tamiz de sus recuerdos.
La memoria siempre es selectiva .
“No
sé quien decía en mi casa: Hay que tener recuerdos.. Lo espantoso
era no tener nada que recordar, dejando tras de si una cinta sin
señales. Pero que horrible es que los recuerdos se precipiten sobre
ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se
revuelquen sobre tus entrañas que es el lugar de la memoria (p.74)
La memoria, pues, son las
entrañas, lo más íntimo.
La
autora:
María Teresa León nace en
Logroño en 1903. Hija del coronel Angel León y de Oliva Goyri, ama
de casa. Perteneciente a una burguesía acomodada, la profesión
militar de su padre hace que su infancia trascurra con
desplazamientos y residencias en Burgos, Madrid y Barcelona. En
Madrid asiste al colegio del Sagrado Corazón de la calle Leganitos,
del que fue expulsada y de las que no guardó grato recuerdo, pues
admiraba la educación laica de la ILE que recibía su prima Jimena,
hija de Ramón Menéndez Pidal y María Goyri, prima de su madre.
Bellísima, a los 15 años se queda embarazada de Gonzalo
Sebastián, un ayudante militar de su padre y éste pidió traslado
de destino, cambiando de residencia la familia de Madrid a Barcelona
para evitar el escándalo. Al año siguiente, 1920, se casa con
Gonzalo Sebastián. Tenía 16 años, una edad de inmadurez, y el
matrimonio fracasaría. El matrimonio Sebastián- León vivió en
Burgos con los hijos habidos, Enrique y Gonzalo. María Teresa
empezó a escribir entonces colaboraciones para el Diario de
Burgos bajo seudónimo de Isabel Inghiami. En 1929 se separó de
su marido, abandonó Burgos, volvió a Madrid y vivió en casa de
sus tíos Ramón Menéndez Pidal y María Goyri. Familia de
intelectuales- Ramón Menéndez Pidal era catedrático de Literatura
de la Universidad de Madrid, director del Centro de Estudios
Históricos, vicepresidente de la Junta para la Ampliación de
Estudios, relacionados con la ILE y , desde 1925, director de la Real
Academia Española de la Lengua. María Goyri fue una de las
primeras mujeres en cursar la carrera de Filosofía y Letras- la
primera fue Matilde Padrós- y ejerció como profesora de Literatura
del Instituto Escuela, también en la Residencia de Señoritas. A
través de sus tíos debió iniciar entonces cierto acercamiento a la
ILE, pero, aunque algunos críticos dicen que estudió Filosofía y
Letras, nada dice ella al respecto y , dadas las fechas aportadas, a
mi no me parece posible. Lo que si es de reseñar es su devoción por
los personajes históricos medievales en su obra, D Rodrigo Díaz
de Vivar, El Cid Campeador (1954) Doña Jimena
Díaz de Vivar, gran señora de todos los deberes (1960)
Cervantes , el soldado que nos enseño a hablar (1978) y la
tradición oral del romancero, posiblemente contagiada por sus sabios
parientes. En 1929 escribe su primer libro de cuentos para niños
Cuentos para soñar, prologado por María Goyri. En esta
época conoce a Rafael Alberti, poeta y pintor, que salía de una
relación con la pintora surrealista Maruja Mallo; se casa por lo
civil en 1932 y establecen para toda una vida una sólida relación
literaria y humana, para ambos muy positiva. Alberti la introduce en
sus círculos culturales y pronto ambos inician con la República una etapa
marcada por la militancia de izquierdas dentro del Partido Comunista.
En 1933-1934 crean la revista literaria Octubre, relacionada
con el Partido Comunista. que dirigía Alberti y que era una revista
de vanguardia comprometida en la que escribieron Arturo Serrano
Plaja, Ramón Sender o Luis Cernuda.. Se inició León en el teatro
social de compromiso y publicó Huelga en el puerto. En 1934
publica Rosa fría, patinadora de la luna, con dibujos de
Alberti y el mismo año ambos asisten en Moscú al primer Congreso de
Escritores Soviéticos. Viajan por Berlín, Dinamarca, Bélgica, la
Unión Soviética y Holanda para estudiar el movimiento teatral
europeo con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios . Cada vez con más
responsabilidades culturales en el P. C. viajan en la Revolución de
Asturias a América para pedir ayuda para los obreros. En 1936 iniciada la
guerra, crean en agosto la revista El Mono azul, publicada
bajo el auspicio de la Alianza de Intelectuales Antifascistas
para la Defensa de la Cultura que dirige Alberti, y en la que
escriben María Teresa León, Miguel Hernández, Vicente Aleixandre,
Lorenzo Varela, Antonio Aparicio, Antonio Machado. Manuel
Altolaguirre, José Bergamín, Ramón Sender, Eduardo Ugarte, María
Zambrano, Luis Cernuda, Pablo
Neruda, Vicente -Huidobro, André Malgaux o John dos Pasos. Entre
las colaboraciones publicaban poemas anónimos
que dieron origen el
Romancero de la Guerra Civil, con
romances de los combatientes de todos los frentes; la revista duró
durante toda la guerra.
Su
activismo cultural y político va en ascenso Durante
la guerra desarrolló una actividad trepidante como activista
cultural, ejerció de secretaria e la Alianza de Escritores Antifascistas, intervino directamente en la protección del patrimonio
artístico y pictórico español , el
sacro de Toledo, del Museo
del Prado y del Escorial y
co-protagoniza el traslado de
los cuadros a Valencia. Como
política, gestora
y escritora teatral, montó
teatro en el frente y en la retaguardia y
dirigió las Guerrillas de teatro, fue subdirectora del consejo General de Teatro.
Acabada la guerra se exilia con Alberti
a Orán, luego a Francia hasta 1940, después a Argentina, donde
vivió 23 años y tuvo una
nueva hija, Aitana. En 1963
se trasladan a vivir a Roma. Durante todo el tiempo del exilio María
Teresa León se gana la vida como intelectual, a lado siempre - a
la sombra- de Alberti. En
París trabajan de traductores en radio, en Argentina publica allí
dos cuentos, dos novelas basadas en la guerra civil, varias
biografías y guiones radiofónicos y cinematográficos.
Además de los temas
históricos se interesa por los pictóricos, también los
divulgativos para la mujeres , En
Roma publica su segunda novela y esta biografía, considerada la
cima de su obra literaria Memoria de la Melancolía..
Desarrollará a
lo largo de su vida una
extensa obra literaria, 26 publicaciones, artículos, novelas,
teatro, biografías noveladas, ensayos, guiones radiofónicos y
cinematográficos y autobiografías. Será una intelectual que hizo
de ello un medio para ganarse el sustento, aunque nunca renunciará
a su papel de mujer ama de casa y soporte de su marido, publicará
algunos textos tradicionales sobre ese tema. Seguirá el matrimonio
relacionándose con los intelectuales europeos y americanos antifascistas y con
los españoles exiliados, de todo ellos habla esta biografía.
Cuando
regresan a España, María Teresa está aquejada de Alzheimer.
Recibidos con vítores y aplausos, Alberti se presentará en las
primeras elecciones como diputado del Partido Comunista y sacará
escaño. María Teresa será internada en una residencia de ancianos
en Majadahonda. No es mi afán juzgar, sí contar la realidad que
viví en Madrid. Alberti conoció nuevos amores y María Teresa,
según sus parientes muy bien atendida, falleció en Majadahonda en
la residencia de ancianos en diciembre de 1988. Cuentan quien la conoció entonces que
recitaba en su demencia versos de Rafael, a quien ya no reconocía:
“Se
equivocó la paloma, se equivocaba”
Está
enterrada en el cementerio blanco
de Majadahonda.
El día de su entierro hubo
huelga general en Madrid, pocos pudieron acompañarla en su última
morada. Muerta en España, patria que ella melancólicamente añoró y
a la que nunca renunció. En
su lápida figura un
verso del poema de
Rafael Alberti “Retorno de ayer en las arenas”
Es
un poema del poemario Retorno de lo vivo lejano:1948-1956
escrito por Alberti en
su exilio argentino que
María Teresa amó.
Siempre
llevó a España y después a Argentina, la
patria que la acogió,
en su corazón, o como ella
dice, en
sus entrañas, o sea “en la memoria”
“Esta
mañana amor, tenemos veinte años”
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