jueves, 16 de julio de 2020

María Lejárraga, una mujer en la sombra, Antonina Rodrigo. ( II ) Feminista y política





María Lejárraga, una mujer en la sombra
, Antonina Rodrigo, Vosa, Madrid , 1994.  


II María Lejárraga, feminista y política 
 
Feminista. 
Creía la escritora que ser feminista era algo inherente a la naturaleza femenina “como el rey es monárquico y el militar militarista”y sus cartas y sus obras reflejan esa filosofía que demostró en su vida pública, no tanto en la privada, es opinión mía. La visión es siempre desde el punto de vista mujer, tema del que ya hablaron los críticos de su época, son textos con visión de género. Las cartas a las mujeres  fueron primero publicadas en periódico y revistas y luego recopiladas en publicaciones, podemos leer la bibliografía que nos aporta Antonina Rodrigo,: Carta a las mujeres de España, es de 1916, seguida de Feminismo, feminidad y españolismo de 1918, dos años más tarde La mujer moderna en 1920. Nuevas cartas a las mujeres en 1932 y Cartas a las mujeres de América en 1941, siempre bajo en nombre de Gregorio Martínez Sierra. Firmará con el de María Martínez Sierra La mujer española ante la República en 1931. Habla en ellas de la necesidad de protección del trabajo de la mujer; de evitar la explotación de la obrera; del pudor de clase de las señoritas de clase media pobre, que son las más necesitadas de socorro porque que no se les permite trabajar y no lo pueden solicitar; de la dignificación del trabajo, ya que trabajar no es rebajarse; de la necesidad de participación femenina  en la vida pública, del asociacionismo, de la educación de la mujer y de las niñas. Antonina Rodrigo no hace crítica de las obras, pienso, dado que la extensión de los textos merecería otro nuevo libro de investigación; incluye citas .
Trata ampliamente A. Rodrigo del feminismo de la época y de la implicación en esas actividades feministas que impulsaron a María Lejárraga participar en la creación en 1926 del Lyceum Club, el primer club de mujeres creado a semejanza de los clubs ingleses por un grupo de mujeres avanzadas, que constituyeron toda una linea de defensa de los intereses, tanto culturales como profesionales, de las mujeres españolas. Se propusieron las impulsoras conseguir una “habitación propia” para cualquier mujer que tuviera una obra creativa en marcha y ayudar a las mujeres a cultivarse. Se agruparon mujeres profesionales y aquellas que formaban parte, por matrimonio o relieve social, del selecto grupo y que podían ayudar a crecer a las demás. Relacionadas con la Residencia de Señoritas, presidía María de Maeztu; sus dos vicepresidencias fueron para Victoria Kent e Isabel Ollarzábal; las Artes Plásticas estaban a cargo de Carmen Baroja; María Lejárraga era la encargada de la sección de libros. Socias de honor fueron la reina Victoria Eugenia y la duquesa de Alba, ya que el Lyceun se inauguró en tiempos de la Monarquía de Alfonso XIII aunque se continuase en la II República. Pese a que socias del Lyceum fueron mujeres tanto aristócratas como  burguesas de distintas ideologías y credos, el Lyceum club por su carácter laico levantó una violenta campaña en algunos medios católicos españoles que trataron de locas y criminales a las lyceistas, llegando éstas a acudir a los tribunales, siendo defendidas por las abogadas  Victoria Kent y Matilde Huici, lyceistas. La solidaridad entre mujeres se consolidó, se patrocinaron cursos y conferencias, lecturas y exposiciones de las socias. En 1928 presentó Lejárraga a Encarnación Aragoneses a Luca de tena, director de ABC, y fue así como “Elena Fortún”, seudónimo de Aragoneses, empezó a publicar sus cuentos para niños y creó en sus colaboraciones el personaje de Celia. El Lyceum se mantuvo hasta 1939, habla de ello Carmen Zulueta y lo recojo en una de las entradas de éste blog¨: La Residencia de señoritas ni convento ni college.
Divorcio
Como dijimos en la entrada anterior a este blog,  a principios de los años 20 Lejárraga y Martínez Sierra se habían separado de hecho, sin que María pusiera ninguna pega, ya que la amante de su marido, Catalina Bárcena, espera un hijo. Siempre se sintió, pese al divorcio, muy próxima y siempre estuvo enamorada de Gregorio. No hubo reproches. Se retiró de la escena a Canges sur mer sin ningún tipo de confrontación y alternó los veranos en Francia y su estancia en España. En 1931 la República hizo posible el divorcio y lo oficializaron. Gregorio Martínez Sierra creó una compañía, triunfando plenamente como empresario del teatro Eslava, y puso en marcha el Teatro de Arte Español, con gran éxito. Formó una nueva sociedad con su nueva pareja, Catalina Bárcena, que ya había triunfado plenamente como primera actriz, aunque eso no le impidió que siguiera poniendo en cartelera, protagonizadas por Bárcena, obras de Lejárraga y de otros autores como García Lorca, y siguiera pidiendo en sus cartas a María nuevos textos. La compañía Martínez Sierra hizo giras por Europa y América. 
Gregorio había firmado en 1930 ante notario un documento que no se hizo público, reconociendo a Lejárraga sus derechos a la mitad de la obra publicada. Figuraban en la sociedad de autores exclusivamente a nombre de Martínez Sierra y, es opinión mía, fue una forma de eximirse de la responsabilidad de la manutención de su esposa, otorgándole una forma de ingresos que no tenía, ya que todo estaba a su nombre. Después de leer esta biografía mi conclusión es que Martínez Sierra fue el gestor, el manager, no el creador, así en alguna carta lo reconoce la escritora. Nunca él renunció a ser autor de la otra mitad, aunque no lo fuera,  pero Gregorio y María, pese al divorcio, siguieron teniendo buenas relaciones. A Canger sur mer escribe Gregorio:
Y mándame cuanto antes a Buenos Aires, unos cuantos artículos en alejandrinos pareados para iniciar una colaboración Hispano Americana. Nunca ha conseguido tanto un escritor español, ya he llegado a las 500 pesetas por artículo, y quedan varios países. Vale la pena. Nadie pone el menor inconveniente y para que luego no les pese les dejo que ellos pongan el precio de acuerdo con sus posibilidades.. hazlos con cuidado. De tarde en tarde, cuando el tema se preste, escribe en alejandrinos algunas de las cartas unas cartas a las mujeres. Se las aprenderán de memoria y eso es utilísimo. Como lo de Craneano en España de Rubén Carío y el Mensaje de las rosa, de Juan Ramón, en tono medio humorístico, medio romántico que gusta un horror y lo haces fácilmente” 
 
En 1932 las cartas arriba mencionadas son publicadas en forma de libro: Nuevas cartas a las mujeres. La documentación que existe sobre las numerosas peticiones de textos, artículos o obras de teatro es muy extensa. Cuando en 1947 muera Gregorio Martínez Sierra, que ha dejado a su mujer e hija los derechos de autor de su parte en las obras, la Bárcena no permitirá que María Lejárraga publique las obras completas como último homenaje a su amor, ya no a su nombre ni siquiera a nombre de Martínez Sierra, ha perdido el derecho a publicar lo escrito. Gregorio Martínez Sierra dejó todo lo que tenía a la segunda esposa y a la hija.

Política Antonina Rodrigo documenta que en 1931 Lejárraga se considera feliz con el advenimiento de la República. No documenta desde cuando milita en el Partido Socialista, pienso yo que debió ser posterior a la separación. Claramente republicana, pasó a la acción, ya que consideraba que era su deber cívico y, en mayo de 1931, pronunció un ciclo de cuatro conferencias en el Ateneo de Madrid, que versaron sobre la necesidad de apoyar la República y la solidaridad con ella, la apuesta por la escuela laica y la necesidad del asociacionismo. En una de sus conferencia titulada “Libertad” acusó la inferioridad ante el Código civil de la mujer al que retrata como un ser sin poder decisorio, indefenso ante la ley, sin poder comprar ni una silla sin el consentimiento del señor de la casa, ni disponer de sus propios bienes sin sin su expreso permiso. Quizá, además del amor que le unía a su marido, pudo tener problemas de dependencia económica, en mi opinión, y de ahí la dificultad de desprenderse de su tutela. Es un tema que sugieren algunas de las cartas cruzadas entre ambos hablando de temas económicos pues la mayoría de las cartas de Gregorio de esta época hablan de dinero. Martínez Sierra está en Nueva York con la Bárcena, poniendo su firma en actividades cinematográficas, entre ellas Canción de cuna, con gran éxito y reclamando nuevos textos a su ex.
El papel público de Lejárraga va creciendo apoyada por el Partido Socialista y es ahora ella la que pronuncia sus conferencias en las tribunas. Por sus conferencias en el Ateneo, El Socialista convocó un homenaje a Lejárraga, en el que además de las mujeres afines, se adhirieron intelectuales independientes como Gregorio Marañón o Salvador de Madariaga. En la República es nombrada por Fernando de los Ríos presidenta del Patronato de la Protección de la mujer.(trata de blancas) Cada vez más militante socialista, se alejó del Lyceum por considerarlo burgués, y decidió virar más a la izquierda poniendo en marcha la Asociación Femenina de Educación Cívica, con María Rodrigo y Pura Maortúa de Uzalay, dedicada a las mujeres de las clases medias y a las obreras. Como en el Lyceum ponen en marcha ciclos de conferencias y actividades artísticas y teatrales. Su actividad política es activa y sus postulados son claramente de izquierda. A mediados de 1933 Lejárraga introduce la delegada francesa de al organización Mujeres contra el Fascismo con grupos femeninos políticos republicanos y organizaron el Comité Internacional contra la Guerra y el Fascismo,  comité presidido por Dolores Ibarruri. Formó parte de loa Amigos de América Latina, solidarizándose contra las dictaduras sudamericanas. Por esas fechas fue incluida su candidatura junto con la de Fernando de los Ríos por el Partido Socialista por la provincia de Granada, esperando que sirva su imagen y testimonio para conseguir el voto para su partido de las mujeres.Tenía entonces 59 años. Antonina Rodrigo, que es granadina, presta importante cubertura a esa etapa y los mítines celebrados. Las elecciones le dan como resultado un escaño en el Congreso de los diputados. Fue destinada como vicepresidenta de la Comisión de Instrucción Pública del Congreso de los Diputados. María, que sigue siendo conocida como María Martínez Sierra, defiende los derechos y las mejoras para los ciudadanos de Granada. En 1935 participa nuevamente en mítines y hace campaña con el Frente Popular. Antonina Rodrigo informa extensamente de su actividad como parlamentaria
En octubre de 1936, en plena Guerra civil, Lejárraga es destinada a como agregada comercial de 1ª clase para Suiza e Italia, con residencia en Berna. Pasó la Guerra mundial en Francia bajo el seudónimo de señora Sánchez, sufriendo calamidades y sin saber nada de sus compañeros hasta que es localizada por Matilde de la Torre tras la liberación de Francia. Sigue siendo socialista y muy querida entre los amigos que le ayudan, pero, pese a que no renunció a su filiación, su pensamiento demuestra que algo está cambiando. Sus palabras muestran su evolución. Escribe a Ramón Lamoneda : Su esperanza más honda :
Es que todos se entiendan y que haya entre todo lealtad; no sé si eso es realizable. Yo, con rencillas partidismo y regionalismos no quisiera volver a entrar en España sueño con un pequeño ejército de técnicos en que cada uno cada uno hiciéramos muy bien lo que somos capaces de hacer.Yo quisiera ocuparme en que no hubiera un solo español que no supiera leer ni escribir”
Recorre Europa, da conferencias en Londres sobre teatro, se interesa por Sartre y la Literatura francesa que lee y traduce. En 1949 publica, por encargo de un editor de Nueva York Una mujer por los caminos de España, a decir de los críticos una de las obras de memorias mas relevantes por su testimonio intelectual y literario, legado intelectual de la autora.
En 1950 se marcha a nueva York y se integra y entusiasma con la ciudad, donde hace gestiones para producir películas de alguna de sus obras, luego a Arizona; estableces relaciones con editoriales sigue creando cuentos. Recala en Argentina, donde Martínez Sierra y Bárcena habían hecho creer que la escritora ha muerto. Para sobrevivir  crea obras de teatro para niños; recurre también a las emisiones de radio para ganarse la vida y sigue trabajando. Traduce a Sartre y a Ionesco. Es en esta década cuando publica Gregorio y yo, dando lugar a la polémica, pues declara que todos los textos de Martínez Sierra han sido hechos con su colaboración. Los documentos que recoge Antonina Rodrigo son muy explicativos, Cesar González Ruano la acusa de vanidad, Pedro González Blanco afirma que no solo la mitad, que saben todos los que los conocieron que todas las obras están en su totalidad escritas por María. Esta biografía que hoy subo al blog recoge los documentos y testimonios para poder afirmarlo
En ese exilio de Buenos Aires, casi centenaria, fallecerá en 1974. Antonina Rodrigo afirma que nos dejó a la posteridad un testimonio de solidaridad, generosidad, lealtad y ética. El rescate de la obra y el  pensamiento está en proceso. La reivindicación de los textos de sus colaboraciones musicales con grandes compositores ha sido demostrada. La editorial Renacimiento ha publicado en su biblioteca del exilio Una mujer por los caminos de España. María Lejárraga está siendo cada vez más conocida y valorada. Esta documentada biografía marcó el punto de salida de una mujer luminosa a la que una excelente biógrafa sacó de la sombra.

3 comentarios:

  1. Antonina Rodrigo ha estudiado con esmero el triste caso de María Lejárraga y ha demostrado cómo esta mujer vivió a expensas de un hombre débil e inferior que controlaba su vida sólo porque era hombre.

    ResponderEliminar
  2. Antonina Rodrigo es grande y en estas dos entradas me baso en ella e intento entender los por qués de Lejárraga. 1 Martínez Sierra controlaba su vida- creo- porque ella lo amó y nunca se enfrentó, tanto que jamás, aú después de divorciados , nunca desatendió a sus peticiones de textos. Pudo hacerlo, fue incluso diputada. 2 Yo creo que él, como bien dices, era hombre, por tanto tenía más capacidad que ella hubiera tenido como "relaciones públicas y mánager, útil para poder poner en escena obras de teatro.Las mujeres todavía no tenían totalmnte abierto el panorama social 3 Él entendió la creación de su mujer como si fuera una sociedad familiar mercantil, con claro abuso, egoismo y vanidad de no darle la autoría, pecó de vanidosos y codicioso.Ella no reclamó. Dices bien, era más débil, pero era un hombre, ls leyes le protegieron y, cundo cambiaron las leyes no las utilizó Lejárraga a su favor. En fín , un caso que todavía era bastante común entre todas las oscurecidas por sus maridos.

    ResponderEliminar
  3. Creo que a lo que planteas quizá respondo un poco en la primera entrada de María Lejárraga de este blog

    ResponderEliminar