Publicado
en marzo de 2019 por editorial Torremozas, reconstruye la
historia de una tertulia literaria de mujeres creada en Madrid en 1851 por
Adelaida La Santas, Gloria Fuertes y María Dolores de Pablos, que se mantuvo
hasta 1953 y que aglutinó a las poetas o poetisas de una época, marcada por la
posguerra y por la marginación femenina. La asociación que dio lugar a
la tertulia, consiguió una cierta fraternidad lírica que viene a recordarnos esa unión de
las románticas del XIX para buscar y conquistar espacios propios, estableciendo
entre ellas una solidaridad femenina, ya que las poetisas del XX abrieron sus
micrófonos a todas las mujeres que escribieran tanto en Madrid como en
provincias, criterio que posteriormente fue volviéndose algo más selectivo en
la participación, ya que, como dijo Gloria Fuertes a Adelaida tras un incidente
con una literata plasta:
No
quiero recitadores. Solo poetisas y si son desconocidas mejor.
Solo poetisas, y nunca las mediocres – aunque nos
creemos encantadas no lo olvides. Si falla una buena que falle, pero no por
ello llenas su hueco con una mala”
Con
esa premisa, las mujeres que participaron en la tertulia fueron poetas
seleccionadas y llenaron el espacio de las voces femeninas en la posguerra.
La
publicación es un exhaustivo trabajo de investigación de Fran Garcerá y Marta
Porpetta. Fran Garcerá es licenciado en Filología Hispánica y Doctor
en Estudios Hispánicos por la Universidad de València. Fue investigador
predoctoral FPI del Centro de Ciencias Humanas y Sociales. Actualmente,
es miembro del Grupo de Investigación Escritoras y Escrituras de la Universidad
de Sevilla. Marta Porpetta directora de Torremozas , editorial prestigiosa de
que hemos dado ya referencias en este blog, tiene una amplia historia de éxitos
en sus publicaciones.
Los
autores, antes abordar esa fecha en que la tertulia se
inicia- 1951- hacen un repaso de los movimientos y los intentos de las mujeres por
llenar el panorama literario de la posguerra con su presencia en revistas,
debates y encuentros. Dan los autores cumplida cuenta de todas las poetisas que
publicaron antes de 1936, inicio de la Guerra Civil, ya que, además de las más
conocidas , por hacer acto de presencia en la estela del 27 o por haber sido ya
en estas fechas rescatadas por otras publicaciones e investigaciones
publicadas, incorporan nuevos nombres de otras menos conocidas, como Concha
Suarez de Otero, Amparo González Figueroa, María Ontiveros, y también la
intrahistoria de una jovencísima Gloria Fuertes que en 1932 da a la prensa su
primer poema publicado: Niñez , juventud, vejez. Carmen
Conde, nuestra primera académica de la RAE, para1934 ya había publicado Brocal
y Júbilos.
La
Guerra civil paralizó las publicaciones y tertulias de mujeres e incluso las
revistas literarias y va a tardar en recuperarse el auge perdido. De la lenta
recuperación y las revistas se ha escrito mucho, entre otros la versada de Fanny
Rubio Revistas Poéticas Españolas (1939-75), a la que remito. Entre las
revistas pioneras, Escorial, dirigida inicialmente por Pedro Laín Entralgo,
las navarras Albor, en 1940, dirigida por José Diaz Jácome, y Pregón
en 1943, dirigida por Faustino Corella, en la que encontramos la firma de una
de las aquí seleccionadas, Pilar de la Cuadra. Arbor, de 1944 , es publicación del
C.S.I.C. Mención importante la de la revista Al -Motamid, en el año 1847
dirigida por Trina Mercader, una poeta, posiblemente la única directora de las
revistas primeras de después de la guerra, que trazó lazos entre España a África
y de la que fue uno de los redactores nuestro buen amigo Jacinto López Gorgé. Muy
importante fue y es Cuadernos Hispanoamericanos del Instituto de Cultura
Hispánica, revista de referencia que atendía a España y a la América de habla española,
cuyo director durante mucho tiempo fue Luís Rosales. Hoy se sigue editando. Las
citas de las revistas que cito de esa primera posguerra es una muestra y remito
a los estudios de la totalidad.
Independientemente
de las revistas, había recitales. Se quejaban las poetisas del poco espacio que
se les concedía y de la poca atención que les dedicaban los
medios, pese a que eran incluidas en todas las tertulias y alguna de ellas había
publicado poemarios como Alfonsa de la Torre, Eva Cervantes, Mercedes Chamorro
o María Ontiveros. Otras colaboraban en “Alforjas para la poesía”, una
iniciativa del empresario y actor Conrado Blanco en el teatro Lara de Madrid o
en otros locales en las que participaron algunas de las que aquí se citan, así
María Alfaro, Josefina Romo Arregui, Dolores Catarineu y a la que van
incorporándose a esas actuaciones líricas poetas que acabarán siendo
consagradas. Ángela Figuera participó en el recital de Amigos de Bécquer en
1950, también Gloria Fuertes. Lo hacían con escritores importantes que apoyaron
todas las iniciativas líricas de su tiempo, tanto femeninas como masculinas, como
Adriano del Valle o José García Nieto. Siempre en apoyo de la poesía y de las
poetisas, Leopoldo de Luis.
En
1950 publican sus primeros poemarios dos de las mujeres que van a crear la
tertulia Versos con Faldas. Gloria Fuertes publica Isla Ignorada y
Adelaida La Santa Destellos.
Cuando a Fuertes le hacen una entrevista en el
diario Pueblo, afirma que cree en la poesía femenina, porque existe y
cree que ella tiene como fin: “mostrar nuevos valores, pero valores”.
Quizá
la repercusión que la poesía de las activas poetisas venía recibiendo de los
medios, pese a la crítica de algunos escépticos con las mujeres escritoras, las
decidió a formar una asociación de mujeres para poder montar sus propios
recitales a su modo y manera, exclusivamente para mujeres, a la que Gloria Fuertes
puso el nombre de “Versos con faldas”: las fundadoras fueron las tres
escritoras arriba mencionadas, Adelaida La Santas, Gloria Fuertes y María Dolores
de Pablos.
La primera
sesión fundacional fue el 5 de marzo de 1951 en el sótano de la Asociación Artístico
Literaria del Hogar Gallego con un gran éxito de público y de medios. El último
el 24 marzo de 1853. Agotada como tertulia, no se agotó como asociación y
participación, llegando a publicarse una antología de poemas. No hubo enfrentamiento
con los poetas masculinos sino apoyo por parte de ellos, quizá paternalista.
La historia de la tertulia con sus actos, sus
participantes y los distintos lugares por donde las poetisas tuvieron que deambular,
da forma a un seguimiento minucioso que explica lo que pudo ser esa lucha de
las poetisas por hacerse visibles y reconocidas, y que andando el tiempo pudo
dar su fruto, ya que de aquella pléyade quedaron algunas de ellas consagradas.
Merece la pena leer con detenimiento los textos que esa pretérita historia de
escritoras que llena las paginas hasta la página 53. El corpus central, de
cuatrocientas dieciséis páginas, incluye documentos, fotografías y la
publicación una biografía y bibliográfica lo más aproximada posible de un importante
número de poetas:
Amparo Abad, María
Alfaro, Mayda Antelo, Carmen Barberá, Gloria Calvo, Eva Cervantes, Stella
Corvalán, Pilar de Cuadra, Mercedes Chamorro, María Luisa Chicote, Carolina
D’Antin, Ángela Figuera, Gloria Fuertes, Amparito González Figueroa, Elvira
González Sierra, Gracián Quijano, Josita Hernán, María Antonia de Ibarra,
Clemencia Laborda, Adelaida Las Santas, Carmen Loyzaga, Juana Marín, Carmen
Martín de la Cámara, Rosario Moncada, María Cristina Montes, Eduarda Moro,
Elisabeth Mulder, María Mulet, María Ontiveros, Lola P. Quincoces, María
Dolores de Pablos, María de los Reyes, Aurora Rodríguez Alonso, Lucrecia San
Antonio, María José Sánchez-Bendito, Felisa Sanz, María Isabel Secades Lainz,
María Settier, Josefina de Silva, Carmen Silveiro, Concha Suárez del Otero,
Alfonsa de la Torre, Carmen de la Torre Vivero, Sagrario Torres, Acacia Uceta,
María Paz Viloria, Nola de Villaré.
Versos con faldas es una publicación meritoria por ese
esfuerzo por rescatar a las poetas, a pesar del tiempo trnscurrido y de tener que recopilar materiales dispersos. Algunas de aquellas escritoras llegamos a
conocerlas en el Ateneo de Madrid como Felisa Sanz y Adelaida la Santas; o
en las peregrinaciones poéticas del Prometeo, como Acacia Uceta; otras forman ya parte de la Literatura como Ángela Figera o Gloria Fuertes. Las hubo cuya actividad literaria se mantuvo hasta el final de su vida y se
convirtió en un fenómeno que sobrepasó lo poético, como fue el caso de Gloria. Versos
con faldas es un riguroso trabajo de investigación con documentos, notas
críticas y bibliografía y bibliografía de las escritoras y un seguimiento de
las revistas donde participaron.
Y una Antología con poemas de todas las escritoras citadas en la publicación, que nos hace tener constancia de que voz de la mujer poeta se continuó en España después del exilio. Todos los temas y todos los estilos desde la poesía surrealista, la postista, la del 27 o la poesía social, retórica clásica o moderna, sonetos o poesía libre. Una publicación imprescindible para reconstruir la Historia de la Literatura femenina en España en una época en que nada parecía fácil.
Fue quizá exageración de León Felipe cuando escribió a Ángela Figuera a propósito de la poesía que se estaba haciendo en España:
“Y ahora estamos
aquí, del otro lado del mar, nosotros, los españoles del éxodo y del viento,
asombrados y atónitos oyéndoos a vosotros cantar: con esperanza, con ira, sin
miedos...”
No era tal, mucho se
había perdido, pero se intentaba seguir cantando.
Muy bueno el artículo. Saludos
ResponderEliminarGracias, retablo, mi agradecimiento
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