viernes, 24 de septiembre de 2021

MARÍA LACUNZA, LA PRIMERA ABOGADA DE NAVARRA



Luis Garbayo Erviti,:María Lacunza, la primera abogada de Navarra, Gobierno de Navarra, colección de Personajes Navarros, Pamplona, 2019.

 Luis Garbayo Erviti, licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona; cofundador de los estudios de comunicación y diseño gráfico BEGA y KEN, ha sido profesor de Ciencias de Información y en el Master de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra. Desde 2019-2020 es profesor del Master Curatorial Studies del Museo Universidad de Navarra. 

Destacamos que de las abogadas que en tiempo de la II República estudiaron Derecho y se pusieron la toga para defender causas jurídicas en  Audiencia dos de ella fueron navarras: Matilde Huici y María Lacunza. Formaron parte de una avanzadilla de juristas, algunas como Victoria Kent o Clara Campoamor muy conocidas y citadas. También Matilde Huici tuvo mayor reconocimiento que María Lacunza por su destacada presencia en las instituciones y en los medios. Quedaba por estudiar el personaje de una mujer con una biografía menos expuesta a la luz pública, María Lacunza. El documentado estudio de Luis Garbayo Erviti nos parece oportuno para reconstruir la incorporación de una mujer navarra a la vida universitaria y profesional y para tener constancia de la extracción social del grupo del que partió. María Lacunza no necesitó estudiar Magisterio, como Huici, para posteriormente compatibilizar materias; se planteó desde el inicio el estudio de bachillerato oficial en el Instituto de Pamplona y posteriormente Derecho en la Universidad de Zaragoza y Central de Madrid. Lacunza y Huici obtuvieron el título académico ambas en las mismas fechas, 1926. Quizá el título de Primera Abogada de Navarra para Lacunza se deba a que se colegió y ejerció en Navarra.  El 27 de enero de 1927 se inscribió en el Colegio de Abogados de Pamplona como Letrado con residencia y ejercicio en la ciudad, lo ejerció hasta 1931: Matide Huici, estaba colegiada en Madrid, pero ejerció la defensa en la Audiencia de Pamplona una vez, defendiendo a su hermano, periodista de la Voz de Navarra en 1927. La tercera abogada en colegiarse en Navarra, afirmará Garbayo Erviti,   fue  Julia Álvarez Resano, en  1933.

María Lacunza, la Primera Abogada de Pamploa

Los orígenes : El autor investiga minuciosamente los orígenes familiares de los Lacunza, oriundos del valle del Arakil, incluyendo un completo árbol genealógico. El origen de los Lacunza, como el de muchas familias campesinas, dice Garbayo, es producto de un éxodo rural que expulsa a los excedentes de población a otras zonas. El padre de María Lacunza cuando contrae matrimonio en 1983 está instalado en Riezu, valle de Yerri. La madre, Emeteria Ezcurra Vaquedano, procede del valle de Guesalaz. Siguiendo el minucioso estudio de los desplazamientos familiares por cambio de profesión o de acomodo del padre de María Lacunza, nos sorprende su afán de superación, ya que desde el humilde oficio de zapatero en Riezu, asciende en un año a labrador y en 1986  es maestro interino de Cemboráin.  Para ser maestro de párvulos bastaba con pasar un examen de caligrafía, redacción y dos ejercicios de Matemáticas que, si bien inicialmente suspende, acabó aprobando en la Escuela Normal Superior de Maestros en Pamplona. Pero el sueldo de maestro de escuelas incompletas es escaso y se les permite el pluriempleo como sacristán o secretario  y José María Lacunza va ejerciendo de secretario de Concejo, escribiente, sacristán y maestro interino en Cemboráin y más tarde en  Artabia, Bearín y Larrión, en ésta también ejerce de guardián de los presos de la cárcel de Estella. En Bearin y Larrión tiene problemas, en esta última se enfrenta al párroco, Ezequiel Larumbe, demandándolo ante la Junta Superior de Educación acusándole de que los padres no dejan ir a los chicos del pueblo a la escuela, diciéndoles que el que lo permita está en pecado mortal. Parece, además, que el párroco,  lo sacó a empellones de la Iglesia insultándolo. La polémica se agudiza porque es acusado por el alcalde por estafa al declarar que no había recibido dinero para material escolar habiéndolo recibido, lo que le acarrea un juicio que perdió. Imaginamos que pudo ser una toma de postura del alcalde a favor del párroco, sin que opinemos si fue o no justo.  JM Lacunza sufrió una condena de 11 años de inhabilitación como guardián de cárcel, 4 meses de suspensión de todo cargo. Esto que el biógrafo de María Lacunza narra con cierta brevedad, sería un incidente grave que condicionaría la vida y el pensamiento de José María Lacunza. A partir de ese grave contratiempo, el matrimonio se instala en Pamplona. Luis Garbayo Erviti en su documentada biografía expone la situación de Pamplona en esta época de principios de siglo, momento en que ya empieza la emigración rural a la ciudad; Pamplona es una ciudad pequeña, conservadora con un espectro ideológico donde abundan los integristas, católicos, carlistas y tradicionalistas. ¿Pero era liberal o anticlerical José María Lacunza? En la ficha de los Lacunza que se incluye en la publicación, priman las izquierdas, y aunque entendemos que JM Lacunza no vacila en desafiar a la autoridad, nada dice el autor sobre ideología.  Los Lacunza- Ezcurra, entiendo, en opinión mía, se trataba una familia de escasos recursos en el momento inicial de su matrimonio que creció económicamente en medio de dificultades a través del esfuerzo, y que muestra la mayoría de las veces gran capacidad de adaptación y superación, aun asumiendo el enfrentamiento con la mayoría social. 

En Pamplona, el analfabetismo es inferior al de otras provincias del estado. Aunque en 1904 José María Lacunza figura como maestro; en 1909 figura en el censo como empleado, posiblemente porque la creación de las nuevas Escuelas de San Francisco en 1908 es una fuerte competencia. Aún conocerá nuevas profesiones; según la coyuntura será agente de seguros de Hispania y agente de colocaciones de emigrantes al Perú, pero la ley prohíbe fomentar la emigración lo que volverá a acarrearle penas de cárcel. Desde junio de 1910 hasta julio de 1911 sufre presidio en Pamplona. Fue también agente de Quintas.  Quizá el currículum inestable del padre condicionará a la hija para estudiar Derecho.  Resulta sorprendente que los hijos varones, Eugenio, Silverio, Álvaro y Vidal del matrimonio no estudien carrera y si lo haga las chicas. 

 María Lacunza.

 Infancia y Bachillerato :En 1900 nace María en la calle Descalzos, 82, 3º, su padre ejerce de maestro en su escuela privada. Conocerá a los 10 años la prisión de su padre y unos años más tarde empezará su bachillerato; tal vez sea su madre la responsable de ese giro hacia los estudios, o quizá sea la responsabilidad de saber que hay que tener estudios para que una mujer pueda tener independencia económica, dada la situación paterna. Sylvia Lacunza, su hermana,  se matricula de Magisterio en 1912 que no acabará.  María realiza el ingreso de Bachillerato en 1914, lo hará en Instituto General y Técnico de Navarra, inaugurado en 1845, cuya sede estaba situada en la Plaza de san José. En 1915-16 cuando María cursa segundo de bachillerato son cuatro las chicas matriculadas oficialmente en el instituto. La investigación exhaustiva de Garbayo Huici nos informa de las notas de Lacunza, de la situación minoritaria de las mujeres que, como Lacunza estudiaban en Navarra y en España, del nombre de sus compañeros de estudios y de la salida profesional una vez realizado el bachillerato, también de las fechas de sus fallecimientos. María Lacunza obtendrá el grado de Bachiller en 1921 que expide el rector de la Universidad de Valladolid, ya que el examen de grado lo ha efectuado en Vitoria. De los 87 títulos expedidos tres son de mujeres.

Carrera de Derecho. El biógrafo investiga el currículum de su biografiadaSe matricula en Derecho en la Universidad de Zaragoza curso 1921-22 siendo la única alumna matriculada, tanto libre como oficial. El curso siguiente 1922-23 lo cursa en Madrid, siendo igualmente la única mujer matriculada. Consuelo Flecha en su publicación “Las primeras universitarias de España“, (Narcea, Madrid,  1996) informaba que las primeras mujeres matriculadas en la Universidad lo hicieron  en la carrera de Farmacia, seguida por la de Medicina. Garbayo recuerda que están vedadas a las mujeres abogadas las oposiciones de juez, notario y registrador, por lo que hay pocas salidas profesionales para las mujeres abogados que no sea ejercer como abogada y abrir un bufete. Opositar será una reclamación que algunas abogadas como Huici y Campoamor harán a la República y que se alcanzará siendo presidente Provisional de la República Niceto Alcalá y ministro de justicia Fernando de los Ríos (1931) e invalidada en el gobierno Lerroux-Ceda, siendo ministro de Justicia el navarro Rafael Aizpún Santafé.

El seguimiento llevado a cabo por el biógrafo no se limita a darnos puntual nota de las asignaturas estudiadas y las calificaciones de Lacunza, sino que investiga el número de mujeres que había en aquel momento matriculadas en las universidades españolas, cuantas cursaban Derecho y que porcentaje ocupaban las mujeres universitarias en relación a los varones. Esta publicación no se limita al seguimiento de la biografiada, sino que aporta nuevos datos a los trabajos   de Consuelo Flecha o Raquel Vázquez Ramil. Aporta también una pequeña biografía de los amigos madrileños de Lacunza y aventura que Lacunza quizá fue evolucionando de posturas progresistas a otras más moderadas.

Residencia de Señoritas . María Lacunza y su hermana Silvia ingresaron en la Residencia en septiembre de 1922, Silvia abandona al año siguiente para contraer matrimonio. Permance en ella María hasta 1926, No lo hace como becaria ni lo compagina con ser maestra del Instituto Escuela para ayudar a sufragar los gastos como había hecho Huici sino como residente. A lo largo de mis entradas en el blog he escrito sobre la importancia de la Residencia de Señoritas, una Institución paralela a la Residencia de Estudiante, abierta en Madrid en 1915 y dirigida por María de Maeztu, obra de la Junta de Ampliación de Estudios. La educación de la mujer no hubiera sido lo que fue sin la preocupación de la ILE. No voy a insistir en el tema, remito a la entrada sobre Carmen de Zulueta  y Alicia Moreno en este mismo blog. (La Residencia de Señorita, ni convento ni college, Madrid 1993). Si insistiré en que fueron privilegiadas las que tuvieron la oportunidad de vivir en ella, de asistir a sus cursos y conferencias; también insistiré en que los medios más tradicionales rechazaron la conveniencia de la mujer a estudiar estudios académicos. Las numerosas publicaciones sobre la Edad de Plata tan positiva para la mujer van completando un panorama en el que, pese a que algunos datos se repitan, cada investigación, aporta un enfoque e ilumina personajes necesarios que estaban a la sombra. Garbayo Erviti aporta datos referidos a Navarra, como el rescate de María Lacunza, la sociología de la Navarra en esa época, el conocimiento de la situación pedagógica y sus instituciones educativas de Pamplona y el nombre de las mujeres navarras que estudiaron residiendo en la Residencia de Señoritas.

 Entre los nombres de las residentes encuentro los de las navarras, dato inédito. Leo los nombres de María Pilar Lamarque, que da como domiciliación Cascante, mi lugar de nacimiento, que mereció una somera entrada que publiqué en este blog.( "Mº Pilar Lamarque. Bibliotecaria  pionera") Igualmente figura como de Cascante Teresa Lamarque, su hermana. Constatamos que hubo hijas de industriales, así Marcelina Francés, de Fitero, que estudió Farmacia; o María Eugenia Ruiz de Alda, de Estella, que estudió Farmacia en la Central y Filosofía en la Sorbona. Otras eran hijos de maestros. Mercedes Navaz Sanz, de Pamplona, era hija de la pedagoga Ana María Sanz Huarte; Maria Rosa Urabayen, hija del escritor Felix Urabayen y de la profesora de Matemáticas Mercedes Priede, Carmen Huder, hija de médico, desconozco el de otras residentes. Si como mujeres pioneras, merecen un reconocimiento por lo excepcionales, pienso, merecen reconocimiento los padres que apostaron porque pudieran hacerlo. La opinión pública navarra no parecía muy proclive a entenderlo.

Colegiada en Pamplona y en San Sebastián : María Lacunza acaba la carrera en 1926 y se colegia en enero en Pamplona y en febrero en San Sebastián en 1927 como abogada en ejercicio. Abre bufete tanto en San Sebastián como en Pamplona, y ejerce la defensa como abogada de oficio, que recoge la prensa. Las mujeres abogadas ocupan ya entrevistas elogiosas en prensa de Madrid. Tanto en Navarra como en San Sebastián los diarios publican las actuaciones de Lacunza como mujer abogada y es bien acogida entre sus colegas. Este trabajo de investigación recoge los juicios y las sentencias dictadas. Actúa en la audiencia Territorial de Pamplona en cuatro casos, tres en la Sala de lo criminal y uno en la Sala de lo civil. En San Sebastián en un caso en la Sala de lo Criminal. En febrero de 1931 muere José María Lacunza, con abril llega la II República Española.

La República: María se trasladará y residirá en Madrid. En la Residencia de Señoritas se conserva la carta en que pide que la admitan y otra en la que dice que pospondrá el viaje unos días. ¿Llegó a residir nuevamente? En Madrid triunfan las abogadas Victoria Kent, Clara Campoamor, Matilde Huici, Concha Peña, al contrario que ellas la abogada navarra no militará en partido político alguno, ni en la masonería, ni en organizaciones feministas, ni será socia del Lyceum club. María Lacunza opta por intentar ampliar estudios sobre delincuencia infantil en Estados Unidos. En 1932 Santiago Valiente, del Partido Radical Socialista. la recomienda al ministro Marcelino Domingo para pedirle que Lacunza pueda acceder a alguna plaza en una universidad de Nueva York. Es la misma especialización que ha conseguido Matilde Huici, pero que no consigue Lacunza. La excusa – o la realidad- es la falta de plazas y de medios económicos debido a la caída de la Bolsa del año 29. Compartimos la duda de Garbayo: No era la forma de solicitarlo. Si la relación de María con la directora de la residencia, María de Maeztu era buena ¿por qué no utilizó los cauces habituales para pedirlo a la junta de Ampliación de Estudios? Nada se dice en este trabajo de la relación entre las dos abogadas navarras, Huici y Lacunza. Nos sorprende ¿pudo haber algún pugilato entre Huici y Lacunza? El biógrafo nos informa de la relación con Kent, pero no con Huici.

 La negativa reconduce a Lacunza hacia el funcionariado. Santiago Valiente, es subsecretario del Ministerio de Agricultura Industria y Comercio y María Lacunza será en abril nombrada Auxiliar interino del Ministerio, y en junio Oficial interino y ocupará la plaza como interina en 1932 hasta la convocatoria en julio de un concurso oposición en que sacará la plaza de Auxiliares de la Inspección de Servicios Social – agrarios. Entiendo que el cargo no le ayudará en su descargo posterior, dado que del ministerio depende la controvertida Reforma Agraria. Lacunza será la secretaria de Santiago Valiente, en calidad de ello como -Secretario, nombrada por el ministro Marcelino Domingo- acompañará al subsecretario y una comisión de expertos en viajes internacionales para estudiar la Reforma Agraria en tierras de Checoslovaquia y Rumanía, Crédito agrario en Francia, Colonización en Alemania, Cooperativismo en Dinamarca con pasaporte diplomático. En 1934 con el triunfo del Frente Popular, María Lacunza pasa a formar parte del Instituto de Reforma Agraria. En 1936 de convocan unas nuevas oposiciones que María aprueba, se publica los resultados el 15 de Julio de 1936.

La Guerra Civil. Valencia : En septiembre de 1936 el Gobierno de Largo Caballero suspende el funcionariado y se faculta a los ministerios para reintegrar a los funcionarios, cambiarles de destino o expulsarlos, María Lacunza es destinada a Valencia como administrativo del Instituto de Reforma Agraria. Nada nos cuenta digno de mención el biógrafo, intuimos la falta de entusiasmo en la nueva situación como funcionaria en Valencia, se la acusa de absentismo laboral. María trabaja en el Negociado de Expropiación y Contratación, no parece tener ningún tipo de protagonismo o veleidades políticas, debió limitarse mal que bien a ejercer su función en el trabajo. En mayo de 1937 pide permiso para casarse con Jorge Herrera Fernández, cuyos datos biográficos no son demasiado claros en este estudio ¿era republicano o de la quinta columna? En el pliego de descargo después de la guerra Lacunza alegará que era nacional. Se casaron por lo civil en Castellón. El novio es nueve años menor que la novia. Pide y se le concede licencia en agosto porque está en estado de gestación de ocho meses. En septiembre da a luz un niño que se llamará Víctor Jorge como su padre, y será readmitida posteriormente en el trabajo gracias a la ley de Largo Caballero que garantiza la baja maternal y la posterior reincorporación en el trabajo.

  Fin de la guerra. Depuración: Esa dureza con que e se juzgó a los españoles que perdieron la guerra, en mi opinión,  se vuelve todavía más injusta cuando lo es no por su postura política sino por haber cumplido con su deber en el lugar en el que estaba cuando llegó el Alzamiento, es el caso de los funcionarios. Cierto, podemos añadir, que también los depuró el comunista Vicente Uribe, ministro de justicia de Largo Caballero:

Una vez en Valencia me ponen a prestar servicio como auxiliar de auxiliares (la que suscribe era entonces Oficial administrativa) teniéndome durante largo tiempo copiando nombres propios, y a un Sr. jefe se le ocurre (contra mi voluntad desde luego) proponerme para Jefe de negociado le contesta la superioridad diciendo que yo no pertenecía a ningún partido y no inspiraba confianza política (p.237)

 Se depuraron, ganada la guerra por los nacionales, responsabilidades. La ley de Responsabilidades Políticas es de febrero de 1939, que en su artículo nº. 2 ordena a todos los funcionarios públicos la presentación en un plazo de ocho días de una declaración jurada con una lista de las actuaciones durante la Revolución de Asturias y la Guerra civil. Lo cierto es que Lacunza estuvo en el ministerio de Agricultura desde 1832 y que en Valencia durante la guerra se le subió el sueldo de 3000 a 7000 pts., aunque ignoremos cual fue su postura política. Leída la biografía, puede que María Lacunza Erviti sea una mujer que simplemente se esforzó por ser una profesional y por ello cursó la carrera de Derecho, al menos por esta biografía, no parece tener compromiso político notable, no hay declaraciones públicas, prima la discreción. Sus ascensos parecen ser el deseo de crecer que todo ser humano tiene, en este caso más difícil porque era mujer. Muy interesante nos parece la defensa de Lacunza que el biógrafo reproduce íntegramente y en el que por primera vez conocemos las palabras textuales dichas o escritas de Lacunza. El Instituto de Reforma Agraria es ahora Instituto Nacional de Colonización, institución que pretendió fijar un nuevo tipo de contrarreforma agraria de lo que fue la política republicana María es destinada a Sevilla. No sabemos si fue un truco del ministerio, o realmente fue verdad que Lacunza no recibió la notificación del traslado, pero al no integrarse en su destino se la suspendió de empleo y sueldo. Interesante y muy oportuna y gallarda la respuesta de María al director general del Instituto Nacional de Colonización ( quizá  la respuesta recuerda a la que pudo en su día tener su padre frente a lo que consideró injusto) No acepta la sanción y pide que quede sin efecto al castigo que se la ha impuesto:

“Conste aquí con todos los respetos pero muy enérgicamente mi protesta por la injusticia que conmigo se ha cometido, rogando a esta superioridad la renuncia de mi cargo (p. 249)

Esas mujeres avanzadas que lucharon por independizarse y abrir el campo jurídico a las mujeres no tuvieron espacio en la España de Franco. María Asunción Chirivella se exilió a Méjico; Kent a Estados Unidos; Campoamor a Suiza; Huici a Chile. Concha Peña a Panamá. Lacunza desapareció del mundo profesional. El ministro de Justicia de Franco, el conde de Rodezno en 1938 derogó la Ley del  Matrimonio  Civil , por lo que María Lacunza volvió a casarse con Jorge Herrera por la Iglesia. Comparto con Garbayo Erviti su visión de que ese largo paréntesis para las mujeres se cerró el 5 de diciembre de 1975 cuando la ley de Responsabilidades Políticas de 1939 se anula 25 días después de la muerte de Francisco Franco en la Transición.  La ley de Amnistía 46/ 1977 aprobada por el Congreso de los diputados y firmada por su Majestad el rey Juan Carlos I reintegra en plenitud los derechos activos y pasivos de los funcionarios civiles que fueron represaliados. María Lacunza tiene 77 años, debió vivir anónimamente como ama de casa. Siguió viviendo en Valencia, donde murió en 1984. Está enterrada en el ccementerio de Valencia.

Muy intersante el trabajo de Garbayo Erviti que recupera la figura de un personaje navarro, digno de ser conocido, y su contexto.

Lo sembrado por aquellas primeras mujeres abogadas floreció y las mujeres abogadas españolas siguieron luchando. Al frente María Telo, presidenta de Mujeres Juristas. 

Conocí a María Telo, me la presentó el único hombre de Mujeres Juristas, Plutarco Marsá, mi suegro. Hoy las mujeres abogadas son una mayoría prestigiosa y valiente.

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