(continuación)
Matilde Huici, La tercera mujer: María Nieves San Martín Montilla, por Narcea Ediciones, Madrid 2009.
Matide Huici, (1890-19659 Una Intelectual Moderna Socialista, Ángel García Sanz Marcotegui, Publicaciones de la Universidad Pública de Navarra, Pamplona, 2010,
En 1926 Matilde Huici Navaz regresa a España, pero no se reincorpora a su plaza en Tenerife, obtiene la excedencia y se queda en Madrid. Aprobó las asignaturas que le faltan para acabar la carrera de Derecho, obtuvo en esa fecha el título de Abogada (1926) e ingresó en el Colegio de Abogados y el en la Academia de Jurisprudencia, convirtiéndose en colaboradora de Jiménez de Asúa, amistad que mantendrá hasta en el exilio. Opositó a Instituciones penitenciarias y practicó el ejercicio libre de la abogacía. La prensa se hace eco de su trayectoria y Huici empieza a ser públicamente muy conocida. En sus planteamientos “feministas” sobre la igualdad, declara a la revista Estampa su lucha profesional pues les estaba injustamente negada a las mujeres abogadas las oposiciones de Registros, Notarías, Consulados y Judicaturas.
En 1928 Matilde Huici se casó con el Juez del Tribunal
Tutelar de Menores Luis San Martín Aldeva. De familia conservadora, viudo con
un hijo, el matrimonio se compenetraba familiar y profesionalmente muy bien.
En 1029 además de Madrid consta inscrita en el colegio de
Abogados de Pamplona, donde también figura la primera abogada ejerciente en
Navarra, Juana Lacunza.
Feminismo militante. Muy activa, compatibilizaba en 1926 y 27 ser miembro
del Tribunal de Menores con impartir conferenciante en ingles a las chicas del Colegio
Internacional de la Residencia de Señoritas y dar clases de Gramática y Composición
en los Cursos de Vacaciones para extranjeros, por lo que siguió estrechando
lazos con las modernas. Participó muy activamente con ellas en la creación en
1926 del Lyceum club, del que hemos hablado en numerosas entradas en este blog.
Coexistieron en el Lyeum profesionales como María de Maeztu, pedagoga y
directora de la Residencia que va a presidir el Lyceum, las abogadas Clara
Campoamor y Matide Huici, escritoras como María Lejérraga, Encarnación
Aragoneses, María Teresa León o Carmen Baroja, artistas plásticas como Maruja
Mallo, Victorina Durán. La labor feminista del Lyceum Club forma parte del
legado histórico por la lucha de la promoción de la mujer burguesa y la defensa
de sus derechos, es opinión mía que está respaldada por los estudiosos que cada
vez más la consideran la más importante aportación de la mujer hasta 1936, yo
también. La secretaria era la
responsabilidad de Zenobia Camprubi. En 1931 era Matilde Huici vicepresidenta.
Aportó su profesionalidad, impartió un curso de Derecho Político administrativo
y participó con el Lyceum en la campaña por derogar los artículos del Código Civil
y el Código penal contrarios a los intereses de la mujer (los mismos que
Campoamor defendería en la constitución de la República de 1931) El Lyceum club
sufrió el rechazo de medios conservadores, así la Iglesia Católica y La Gaceta
Literaria; las lyceistas se defendieron en la prensa.
La defensa de la mujer
para Huici no se limitó al Lyceum, defendió la necesidad de reformar el Códigos
Civil el Código Penal en debates, conferencias y actuaciones en distintos
foros, la Sociedad Económica Matritense, La Academia de Jurisprudencia, en un mitin
en la Casa del Pueblo socialista. Lo hizo participando con distintas
organizaciones Asociación Nacional de Mujeres españolas o Ateneo de Divulgación
Social o el Ateneo de Madrid. Su figura era ya muy conocida y sus entrevistas y
opiniones podían leerse en los medios de comunicación. Va Huici uniendo a sus
numerosos contactos otros nombres ilustres como Benita Asa, Benita Quiros,
Cesar Juarros, Elisa Soriano, Concha Peña, Isabel Oyarzábal, José Antonio
Balbontín, Rafael Salazar, Julio Bejarano, Mari Luz Morales, Margarita
Gorriiti, Carmen de Mesa e internacionales como Paulina Luisi, Margaret Corbet
o Cornelia Sorabji. Se había convertido en una figura pública. En 1928 actúa de
vicesecretaria de la Asociación Española de Mujeres Universitarias y forma
parte del comité de la Internacional Federatión of University Women y con
Clara Campoamor organiza un consultorio jurídico para las mujeres profesionales.
Participa en La Liga Femenina Española por la Paz y la Libertad, asociación
perteneciente a la Women Internacional Leage for League por Peace and
Freedon. Con el advenimiento de la República el Lyceum Club celebrará un
homenaje a los nuevos embajadores de la República, algunos de los cuales tenían
mujeres lyceistas- Zulueta, Besteiro, Pérez de Ayala, Álvarez del Bayo (debió
de ser cuando Carmen Baroja se da de baja por encontrar el Lyceum se había
politizado). En ese momento Matilde Huici era vicepresidenta y socia relevante,
Militancia política Actuación política y feminismo se confunden, o son la misma
lucha en Huici, le gusta la política. Participó en la creación del partido Liberal
Socialista, pero acabará militando con su marido en el Partido Socialista ya
desde el primer trimestre de 1931. En el mismo partido militaron Victoria Kent
y María Lejárraga. Huici formará parte de la Comisión Jurídica Asesora del
Anteproyecto de la Constitución y se va a comprometer con la República y el Partido
Socialista en sus declaraciones públicas a los medios y haciendo campaña por el
partido a favor de los derechos de la mujer, que luego recogerá la Constitución
de 1931 que defenderá en las cortes Clara Campoamor, afiliada al Partido
Radical de Lerroux. Defiende Huici la participación de la mujer en política, el
derecho al divorcio, el matrimonio civil, el sufragio femenino y la abolición
de la prostitución, pero no sin que hubiera una reglamentación para emplear a
las mujeres que la estaban ejerciendo. Abogó por la protección de la mujer y
del niño y la investigación de la paternidad; impulsó el Instituto de Investigaciones
Psicológicas sobre la delincuencia infantil.
Formó parte del Consejo superior
de Protección a la Infancia. También se involucró en el Instituto de Estudios
Penales.
Ángel García Sanz Marcotegui proporciona amplia información sobre la participación de Huici en política con datos y textos de hemeroteca, dado que tuvo mucha presencia en los medios. Muestra también la alta estima que tenían los ministros y cargos socialistas sobre su profesionalidad. Pese a la amplia información dada, me es difícil calibrar si Huici era ideológicamente moderada o, por el contrario, radical. Buscaba la sustitución de las congregaciones religiosas por profesionales laicas en las instituciones de protección de menores. No parece que fuera anticlerical, dado que durante la guerra ella y su marido se comprometieron ayudando a una comunidad de frailes Capuchinos, pero sí parece hostil a que determinadas instituciones estuvieran a cargo de comunidades religiosas. Sus posturas, es opinión mía, fueron cada vez más de partido, implicándose en mítines de la Agrupación Socialista Madrileña, aunque también participara en los mítines del Partido Socialista de Navarra en Villaba, Tafalla y Pamplona y en otras provincias. Admiraba a la Unión Soviética. En 1934 pide viajar a Rusia para estudiar los métodos para la prevención de la delincuencia de menores en aquel país. Disminuye su presencia en las elecciones de 1934 y los gobiernos de la coalición Radical y CEDA, estando de ministro de Justicia el también como ella pamplonés Rafael Aizpún Sanatafé. El currículum de Matilde Huici se refiere a partir de esta época a sus actuaciones en el Derecho Penal y la preocupación y actuaciones por atajar la delincuencia infantil, alcanzando, según los gobiernos, más o menos protagonismo y responsabilidades. Entiendo yo que, pese a su brillante carrera como jurista, no parece que el Partido Socialista la promocionara lo mismo que a otras mujeres como ella que, habiéndose afiliado al mismo tiempo como fue el caso de kent y Lejárraga, llegaron a ser diputadas. No consta que la presentase en lista ninguna, tampoco en las listas municipales, pese a que sí actúa en mítines y, por los textos que se adjuntan, con un verbo brillante. También, entiendo, fue postergada con respecto a Kent, al fin era la suya mejor posición en la política penitenciaria que conocía bien. Mi pregunta sería cual pudo ser su relación con casi vasco Prieto o si pudo serle negativa su postura feminista en línea con la de Campoamor. Tampoco está clara su postura con respecto a Besteiro, institucionista, o si pertenecía a algún grupo dentro del partido. Huici, nos costa, fue claramente republicana, ya que desdeñó la promoción que le otorgaba como mujer ilustre la dictadura de Primo de Ribera. Dado los discursos, es claramente de izquierdas y, en mi opinión feminista hasta el final. Formó parte de la Asociación de Mujeres Antifascistas de España.
A pesar de que no comulgó con los ministros de justicia de la
CEDA, en 1935 fue delegada en la Comisión de la Infancia y La Juventud en la
Sociedad de Naciones en Ginebra.
Durante la Guerra Civil sigue con su familia en Madrid, su
nombre aparece en asociaciones al lado de nombres de mujeres comunistas como
Pasionaria, Constancia de la Mora, o Irene Falcón, publica declaraciones
favorables a la Unión Soviética, sigue colaborando con la comisión de Auxilio Femenino
y preocupándose de la infancia. En 1937 Manuel de Irujo la nombra juez de
Menores. Es delegada nuevamente de la República en la Sociedad de Naciones en
la Comisión Consultiva de Cuestiones Sociales y Humanitarias e interviene en la
evacuación de niños españoles a Rusia.
Acabada la guerra en 1939 el matrimonio, su hijo y un sobrino se exilian a París, donde colaboran con el Comité de Ayuda de Refugiados. En Francia Huici visita a Azaña. En 1940 emigran a Chile y se establecen en Santiago de Chile. Al no por ejercer la abogacía por las leyes chilenas que lo impiden, el matrimonio y su hijo se readaptan a la nueva situación. . Luis Santa María emprende un negocio una fábrica de escobas. Matide Huici retoma su trabajo de traductora en Espasa Calpe y traduce a Montesquieu; su hijo trabaja en una cadena hotelera. Ingresaron en el Centro Republicano Español, pero sus nombres no aparecen en listas de españoles vinculados al PSOE, sí entablaron relaciones con personas del Partido Radical de Chile, entonces en el poder y Matilde Huici convence a Amanda Labarca, una de las más significativas feministas chilenas, para que se incluyera en las clases de extensión universitaria la formación de educadores para párvulos. El prestigio adquirido en España le sirve pata convencer al rector de la Universidad, Juvenal Hernández, y el rector decide crear la Escuela de Formación de Parvulistas. La primer directora fue Labarca y después la dirigió Huici, ejerciendo una pedagogía innovadora. Todo lo aprendido en España es puesto en práctica en Chile y ejercerá una docencia más preocupada más por la “educación en valores” que en “enseñanza” de materias. Hasta su jubilación desarrolla una etapa docente, tan activa y recordada en su país de acogida como la ejercida brillantemente en España. La escuela otorgaba título universitario. Matilde Huici Navaz siguió asistiendo a foros internacionales de pedagogía y congresos. Nunca volvió a España, pesaba sobre ella una sentencia de muerte.. Murió, ya viuda, en Santiaga de Chile de 1965 a los 75 años.
Bien,Charo. He observado que tus dos últimas entradas encabezas con ilustraciones. ¡Feliz verano!
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