Quizá en mi ficha breve de la primera entrada no me detuve en dos
cosas que lo merecían. La primera que fueron Carmen Baroja y su cuñada
Carmen Monné las que viajaron a Londres para saber cómo se
organizaba un Lyceum femenino y montarlo igual en España, no fue
una socia más sino una de las emprendedoras que hicieron posible en
España una Asociación de Mujeres con habitación propia. Dice en
sus memorias que, cuando pensó que se había politizado, se borró.
Si fue la activa organizadora ¿por qué se fue? ¿por qué no se fueron las
otras? Seguramente porque consideró que ya no tenía como fin lo
propuesto, sino que estaba siendo mediatizado para hacer algo que no
compartía, hacer política. Quizá, como dije en mi primera entrada,
no era gregaria, tenía su propia forma de mirar las cosas. Pero ¿dejó de ser feminista? ¿era feminista Carmen Baroja? Creo que si.
Su feminismo no acabó cuando se dio de baja en el Lyceum club porque
se hubiera politizado, ni con la clausura después de la
guerra del Lyceum club y el exilio de sus compañeras de actividades,
Maeztu, Kent, Huici, Aragoneses. Ciertamente que hubiera sido difícil
ejercer de “feminista” después de la guerra, organizando
conferencias y apoyando la liberación femenina. Sabemos que cuando
el Lyceum club se abrió, recibieron las mujeres liceistas todo tipo de críticas de los
medios eclesiásticos y sus allegados. Cambió el signo, cambió la
orientación; de ser feministas a que el espacio fuera del Círculo
Cultural Medina de la Falange, que, si hacemos caso a Carmen de Zulueta, las que llegaron
arramplaron con todo.
Pero ¿Es que Carmen no buscaba su crecimiento personal, como ser ella
misma, y nunca se abandonó a frente los avatares, nunca se supeditó
sino que luchó para sacar a todos a flote como madre, como hija,
como esposa de un hombre moralmente derrotado? ¿No es luchar por la
propia dignidad y la de todos ser feminista?¿No trataba con igual
dignidad a las mujeres que frecuentaron la casa de Vera durante la
guerra, a las que nunca llama muchachas de servicio, sino que las
cita por su nombre con toda deferencia? Sus compañeras se exiliaron. ¿hubieran seguido la amistad después de la
guerra? ¿Quizá con María de Maeztu, la desilusionada de la
República y también de Franco? Sin más, se borró, pero no dice
cuando ¿en el año 31?
Debí recalcar en segundo lugar su obra como mujer humanitaria que
atendía a los heridos de la guerra en el hospital de Vera. Y no lo
dije quizá porque ella no le daba importancia, pero la tuvo. Ser
humanitario, también es ser feminista, es sentir piedad por los
seres humanos y ayudarlos. Debió ser muy fuerte y compasiva para
hacer de enfermera, en unas condiciones terribles y precarias. Es un rasgo de su
carácter: no se da ninguna importancia, aunque la tuviera.
Los artículos que ésta publicación recogen parte de la obra
intelectual de Carmen Baroja demuestran sus capacidades: tenía
agilidad en la narración y curiosidad intelectual como para
amenamente contar con rigor el tema tratado, también demuestra que
fue de obra escasa, lo que no quita un ápice de su capacidad, sí de las
circunstancias en las que vivió y que ella intentó superar,
leyendo, oyendo música, viendo exposiciones, documentándose. Y es
que escribir, también era una forma de ganarse el pan. Todavía hay
gente que piensa que la mujer es un florero y que su trabajo no merece
sustento. ¡Que los zurzan!.
Continuó en la necesidad de mujer dispuesta a saber y a entender el
mundo y la cultura con su propia visión y a ser útil en la vida.
Aprender más allá del método educativo con que se la educara y del
que se quejaba; su obra demuestra que ese aprendizaje por su cuenta
la hizo sabia, exigente, rigurosa y sencilla. Somos, al leer sus
artículos, muy conscientes del gran campo de sus intereses
intelectuales Casi erudición, diríamos, si no fuera porque en su
caso es preferible llamarla amenidad versada.
Con voz Propia. Colaboraciones en prensa de Carmen Baroja, es
publicación de Carmen Caro, nieta de Carmen Baroja Nessi que recoge
la obra como articulista de su abuela. Es publicación de la
editorial Caro Raggio, Madrid 2018. La publicación se presentó en
el Casino Principal de Pamplona el 10 de Octubre de 2018 . Carmen
Caro Jaureguialzo es licenciada en Geografía e Historia por la
Universidad Complutense de Madrid y pertenece al Cuerpo Facultativo
del Estado de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Coordinadora de los Planes Nacionales de Patrimonio Cultural y escritora. En una
familia que tuvo y tiene como norma la discreción, nada dice la
autora respecto a su capacitación y a su propio currículum, se
presenta como nieta de Carmen. A Carmen Baroja le hubiera gustado
este cambio de signo. Decía en sus “Memorias”:
”Yo
creía que si las mujeres, empezando por mí a quienes veía en mi
propia casa, a muchas con magníficas cualidades, no éramos más
inteligentes, es por nuestra falta de preparación, nuestra falta de
conocimiento
Objetivo
cumplido El prólogo de Carmen Caro Jaureguialzo escrito desde el conocimiento de
los lazos familiares y desde la visión profesional de una estudiosa,
sitúa a Baroja en el contexto donde se inscriben tanto las relaciones
de una familia excepcional como la urdimbre social donde Carmen Baroja
Nessi se sitúa y confirma la excepcionalidad de una pionera en pasar a
la acción feminista en la defensa del derecho de las mujeres a la
educación y al desarrollo intelectual de sus facultades. En el
seguimiento de las colaboraciones de su abuela, tanto en España como en
Argentina existe el amor familiar y el método de la profesional
contemporánea
Esta recopilación de artículos recoge los publicados en la Nación
de Buenos Aires, El Español de Madrid, Destino de Barcelona,
Fantasía de Madrid, artículos inéditos y cuentos y una obra de
teatro. Como rasgo central, totalmente exento de petulancia, el
dominio sobre el tema tratado sea histórico, artístico, etnográfico, de bibliofilia o de modas, que nunca es moda al uso sino el arte de
la moda, del tejido o del hilado o los encajes. Cada artículo es un
trabajo de divulgación, escrito con la amenidad y, al mismo tiempo
la gran precisión de lenguaje y muestra la agilidad de una gran
narradora que convierte a los personajes historicos o pictóricos o
literarios de los que habla en protagonistas de una historia
narrativa. Se documenta sobre la época en que se inscriben con un
conocimiento enciclopédico hecho a pinceladas con lo que nunca
resulta pura erudición sino que tiene la amenidad de una historia
real que puede ser mítica o recreada. Se trasluce en la narración
el amor a lo que cuenta, sea artístico o histórico, de España o
del País Vasco, siempre muy presente en sus narraciones. Imagen de
una mujer que escribía de lo que amaba, así de esmaltes, lacas,
telas, encajes, música, pintura, literatura, o historias de
personajes franceses, los mosqueteros, España, las tradiciones, la música. Los
temas tratados en el periódico argentino La Nación de Buenos Aires imaginamos sería seguido con expectación, dado la altura
del tratamiento y su amenidad. En publica Amuletos naturales, sobre
el sentido mágico de los amuletos, La dama de Elche, Talismanes, El
árbol sagrado Su felicidad La Reina de Palmira, Ollas y pucheros,
Tadeo Gadi, Mujeres guerreras, Un asunto policiaco de hace más de
cien años, Una obsesión de Goya, El gabinete verde y Los
modernistas. En el Mercurio, de Barcelona Crónicas femeninas por
Vera de alzate, en agosto de 1917 Las primeras crónicas de Carmen
Baroja son del año 17, tendría 19 años. Demuestran que
su afán de salir del círculo cerrado empieza pronto. Son acontecimientos sociales los que cuenta,
muy de la época, mostrando un interés especial por las exposiciones
artísticas y por la moda, ya que siempre fue una persona preocupada
por la elegancia, muy de San Sebastian y Pamplona. Utiliza
seudónimo, todavía frecuente en las mujeres escritoras de
principios de siglo: Vera de Alzate. Carmen escribe sobre uno de sus
grandes hitos “Memorias íntimas de un
teatro de cámara”, El mirlo blanco, publicado en la
prestigiosa revista La Gaceta Literaria” de Giménez Caballero en 1927- fecha a destacar,
cuando los poetas del 27 están preparándose para su presentación
pública en el Ateneo de Sevilla. Su época más recordada, con una
actividad muy interesante, también por los interesantes personajes
que actuaron de faranduleros, entre otros, Azaña. Por la misma
época estaba Pilar de Valderrama con su “Fantasio” y
García Lorca pronto con su Barraca. Hoy quien cultiva el teatro en casa es Antonio
Garrigues Walker, heredero de aquel espíritu liberal de la burguesía
ilustrada y sobrino de Emilio Garrigues Diaz Cañabate, barraco. Debió
ser preciosa una actividad social que nada tenía de frívola y si
de creativa, dentro de una sociedad burguesa y culta. En “Ahora,
Diario Gráfico” , en
1932 “Hacia una escuela de bordadoras y encajeras ( con
motivo de una exposición de lenceria)” Carmen dió ideas prácticas
para hacer de la artesanía una industria, en eso sigue las ideas
ilustradas de “Los Amigos del País del siglo XVIII. Podríamos
considerarla una precursora del “Museo del Traje”, pero un con
sentido práctico, muy suyo. Escribe en una revista de su tierra, en “Mujer”
San Sebastian (creo yo que siempre se debió encontrar en San
Sebastian más a gusto que en Pamplona) sobre modas españolas
relacionadas con el arte de la artesanía popular, ensoñaciones
sobre un carnet de baile encontrado, sobre la historias del
romancero, sobre las novelas ejemplares de doña María de Zayas. Me
sería largo y quizá excesivo hablar de cada uno de los preciosos
relatos, editados e inéditos de Camen Baroja. entre los inéditos cuentos para sus hijos, historias que merecieron salir al ser escritas. Y, no me considero
erudita en el tema, pero entiendo que de la literatura que yo puedo
haber leído de esas mujeres de su generación, y aún en las
siguientes, nadie como Carmen habla con tanto conocimiento de temas
relacionados con lo más llamativo de la cultura popular y culta,
aunque sean la excusa las santas Justa y Rufina cuya imagen encuentra
en una taza de loza en Sevilla. Consigue así una obra
divulgativa extraordinaria del patrimonio artístico español y de la
historia de la cultura y el pensamiento. Si es escasa, seguro que es por las dificultades de su condición de mujer. Merece su lectura, es muy buena.
Hay en algunos relatos de los no publicado, los de creación,
y también en el prisma con que juzga a los históricos, el punto de su vista y el carácter y la escala de valores con que vive su visión de
mujer. Así lo entiendo. Acabo con una cita que lo demuestra:
“Alrededor del pilón de mármol de la fuente monumental, las
flores de salvia bermeja, sobre su follaje gris, forman el dibujo de
una alfombra decorativa. Encima, erguida en el alto bastón derecho
de su tallo injertado, queda una rosa desafiando al viento y a los
goterones de agua que envía una nube sombría.
“Th´is the last of Summer left blooming alone”, canta la
señora a media voz recordando la vieja y romántica canción de la
Marta de Flotow.
Las
hojas secas en loca carrera forman rondas y remolinos sobre la arena
del camino.
-
Es la vegetación que muere para volver a nacer – y piensa en ella
y en sus dos espléndidos hijos”.
(Vera
de Alzate : Es la última rosa del estío, “Mujer”,
octubre de 1946, Nº26
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