jueves, 25 de enero de 2024
La Asociación Cultural Amigos de Cascante VICUS
miércoles, 17 de enero de 2024
Refutación A los competitivos
1 La agresividad es más propia de las fieras que de las pesonas.
2 La lucha por ser más que el otro es propia de las personas acomplejadas. Y violentas. El que es no necesita demostrarlo a los otros
3 Si se te acerca una persona a ver que saca y como compite contigo, pasa o mándala a paseo, aíslate.
4 El ser humano, sujeto a la biología, es mucho más que la biología. Los animales son instintivos y no conocen la nobleza sino la ley de la naturaleza, de la selva.. El ser humano civilizado conoce- alguno- la nobleza,
5 El ser humano, además de biología es espíritu. O si no ?Porque apelar al alma? ¿Existe el alma o solo la biología?
7 Librate de los tipos y tipas competitivos, dañan.
10 De la competencia salen las guerras y las luchas, de la cooperación los avances
12 Si una persona coopera y la otra compite, nada que hacer, mejor alejarse. Los competitivos utilizan la agresividad para medrar, les interesa su prepotencia. Utilizan su potencia no para construir sino para sobresalir.
13 Los que a toda costa quiern sobresalir suelen ser unos acomplejados de narices.
martes, 16 de enero de 2024
lunes, 8 de enero de 2024
SOBRE DOS POEMAS DE BLAS DE OTERO: MI FRAILECICO Y RUPTURA
La Asociación Cultural Amigos de Cascante, Vicus, felicita este año 2023 con el facsímil de dos textos que consideramos dignos de ser rescatados. Ofrecemos a todos los socios amigos y colaboradores dos poemas de Blas de Otero, pertenecientes a la etapa primera etapa del poeta, publicados en Pamplona, diciembre de 1942. Mi Frailecico y Ruptura fueron incluidos en el n.º 14 de la revista “Albor” que dirigía el Periodista y poeta, José Diaz Jácome.[1] Se incorporaron así a nuestro patrimonio literario pamplonés que hoy ponemos a disposición de todos.
[1] Montoñedo,Lugo
1910, La Coruña 1998 . Poeta de línea neotrobadurista. Como periodista ejerció
en El Pensamiento Navarro, 1931.50. Director del Faro de Vigo (1950 El Faro de
Vigo y La Voz de Asturias. Dirigió las revistas navarras Albor (1940)
Marzo; Iruña (1943) Pregón (1943)
José
Diaz Jácome, redactor jefe de periódico El Pensamiento Navarro,
aprovechando los recortes sobrantes de la edición del periódico, en un tiempo
de dificultades para conseguir papel, consiguió editar unos sencillos cuadernos
de poesía: Albor. El primero cuadernillo vio la luz en junio de 1940. Se
iniciaba la andadura de publicaciones líricas en la Navarra de la posguerra.
José Diaz Jácome continuaría la andadura literaria con Faustino Corella[1] y se ampliarían las publicaciones en prosa y
poesía en las revistas Marzo, Iruña y Pregón [2]. Se
publicaron en Albor, sin ánimo de lucro, cuadernillos monográficos de autores
amigos, 15 cuadernillos, que, si bien no tenían un diseño de publicación
lujosa, alcanzaron el mérito de ser una de las primeras revistas literarias en
España posteriores a la guerra civil, ya que el primer número se editó un año y
dos meses después de acabada la guerra.
Blas de Otero Muñoz publicó en dos
cuadernillos de la colección, Cuatro
poemas en el monográfico n.º 6, fechado en marzo de 1941, titulados
La Obra, El Agua, Señor y Cuerpo de Cristo, y en el n.º 14, un poemario colectivo de
cuatro poetas dedicado al Centenario de san Juan de la Cruz, en diciembre de
1942[3]
Mi Frailecico y Ruptura No fue la
primera vez que la poesía de Blas de Otero aparecía en Pamplona, ya que en
diciembre de 1935 había ganado un concurso literario en Homenaje a Lope de
Vega, organizado por la Federación Navarra de Estudiantes Católicos, con la
cooperación de las entidades hermanas de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya[4], según
decía Diario de Navarra el 17 del mismo mes y año. Se trataba del poema Post
Tenebras Lux, uno de los poemas de la prehistoria lírica del poeta.
La
poética de Blas de Otero que se inicia ahora será esencial para entender el
sentido de la búsqueda de trascendencia, a través primero de la religiosidad
místico- amorosa y más tarde en la poesía desarraigada que acusa su crisis
existencial, la poesía social que busca salir de sí mismo para encontrar al
hombre; o la poesía política con que desea solucionar los problemas de España y
de la humanidad. Escribe una poesía para “la inmensa mayoría”, corriente por
donde transcurrió Otero. Toda su obra está escrita con un total dominio de las
formas métricas, los ritmos y la retórica.
Blas de Otero nació en Bilbao en 1916 en una familia perteneciente a la alta burguesía bilbaína, estudió en el colegio de Jesuitas de Bilbao. En 1927 con motivo del fin de la gran Guerra, se deterioró la situación económica de los negocios y el padre decidió recuperar su estatus trasladándose con toda la familia a Madrid. En Madrid, donde nació su vocación poética, estudió bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros. Cuando en 1932 falleció su padre no habiendo rehecho su fortuna, la responsabilidad de sacar adelante a su madre y dos hermanas recayó en Blas, que era único varón, ya que tres años antes había muerto un hermano que le precedía. La muerte del padre forzó a los Otero Muñoz a regresar en no muy buenas condiciones económicas a Bilbao. Sabiéndose responsable de su familia, estudió por libre en Zaragoza, sin vocación la carrera de Derecho en vez de la de Filosofía y Letras, acabándola en 1935. La guerra le sorprendió en Bilbao con la carrera de Derecho recién terminada y se incorporó a los batallones vascos. Después de la guerra trabajó un año de secretario del consejo de Forjas de Amorebieta, escribía al mismo tiempo colaboraciones en prensa. Hasta noviembre de 14943 residiría en Bilbao. Es en esta época bilbaína cuando sufrió su primera crisis, acuciado por el conflicto de optar por dedicarse a su vocación literaria o asumir la responsabilidad de ejercer el Derecho para poder ayudar a los suyos. Y es también la época en que escribe los dos poemas que traemos. El Frailecico nos hace entender la religiosidad honda, propia de un católico practicante implicado en asociaciones religiosas: Ruptura Acusa el inicio de una crisis existencial, todavía no es crisis religiosa. Volverá nuevamente a Madrid en noviembre de 1943 para estudiar Filosofía y Letras, residiendo en el Colegio Mayor Cardenal Cisneros y conociendo a los poetas de su generación como Carlos Bousoño y bajo el magisterio de los poetas del 27 Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Ell conflicto abierto entre su vocación y su responsabilidad le hará abandonar, regresar a Bilbao y quemar en 1944 todos los poemas inéditos escritos con anterioridad.
Mi Frailecico
Conmigo está Mi dueño
leyendo su lectura
silenciosa
Mi dueño es muy pequeño
más tiene voz de rosa
cuando del alma el canto
le rebosa
Leyendo está mi amigo
y yo con él, penando, vivo
y muero
“A solas, sin testigo”
así es como le quiero
hablándole un sentido muy
de vero.
Con ese frailecico,
el alma se recoge y
empavesa;
¡qué importa si es tan
chico,
si el alma es la que besa
y amigos son sus labios de Teresa!
Con ella y con su voce,
no quiero otro coloquio,
por ventura.
En ella está mi goce
con ella la Hermosura
de amor que me da fiebre y calentura
Que si ella es castellana
de Dios,
do que del mundo yo más quiero,
él tiene una fontana
tan rica de venero,
que en ella me adolezco,
peno y muero.
Por ella yo quisiera
dormirme entre los brazos
del amado
muriendo de manera
tan alta y silencioso,
que abriérame este pecho que reboso.
No
era un poema inédito, había sido publicado en el 2.º cuadernillo del grupo de
Bilbao ALEA[5] asociación que organizaba todo tipo de actos
culturales y que en 1942 había empezado a publicar los Cuadernos de ALEA. En el
mismo año celebró con un recital en el Ateneo un Homenaje a San Juan de la Cruz
en su centenario y dio a la luz el n.º 2 de sus cuadernos el Cántico
Espiritual de Blas de Otero Muñoz, libro de poemas que estaba inspirado
en San Juan y su Cántico Espiritual. Fue el primer poemario
publicado por Blas de Otero. Aunque escape de este comentario el incluir la
crítica del poemario Cántico Espiritual, si afirmaremos que los
críticos consideran que refleja el hondo sentido de la búsqueda de
trascendencia de Otero y que ese sentido ahora religioso cambia otras búsquedas
de trascendencia, no desaparece nunca. Estaba escrito en versos blancos y
liras. El título, que remitía a San Juan de la Cruz, responde a la primera
época marcada por la religiosidad de Otero y la lectura e influencia de los
místicos, san Juan de la Cruz, santa Teresa y Fray Luis de León.
Mi
Frailecico es un poema, compuesto por
seis liras, incluido en un grupo de diez poemas de la publicación escritos en
dicha estrofa. A San Juan de la Cruz y a Fray Luis de León remite la estrofa en
que está escrita, la lira renacentista; y el lenguaje que utiliza, que contiene
ciertos arcaísmos.
Mi
Frailecico es san Juan de la Cruz, título del poema, pues sabido es que Juan de
Yepes debió ser tan menudo de estatura que Teresa de Ávila le apodaba “medio
fraile”, de ahí el diminutivo usado. Es también al físico de Juan de Yepes a
quien alude en el tercer verso de la primera lira “mi dueño es muy pequeño”
y el tercero de la tercera,” qué importa si es tan chico”.
Es
poema acordativo, es conforme. Da muestra del impulso trascendente religioso-
amoroso con que Otero inicia la búsqueda de la unión con Dios, que en este
poema lo busca a través de la lectura de san Juan, santa Teresa y frey Luis de
León, para llegar a través de ellos, de sus voces y de sus símbolos, a la unión
amorosa con Dios, tercera vía de la mística, la unitiva.
“Por ella, yo quisiera
dormirme entre los brazos del Esposo
muriendo de manera
tan alto y silencioso
que abriérame este pecho que reboso”
La
intertextualidad, es esencial en el poema. Son de Fray Luis de León los versos
“a solas, sin testigo”[6]; y alusivos a san Juan “con ella la
Hermosura, versos de la cuarta lira, ya que la Hermosura, con mayúscula se
refiere a Dios”[7]“; a san
Juan “dormirme entre los brazos del Esposo”[8] , alusión a San Juan[9] y
también a santa Teresa “penando vivo y muero”[10]. Todo
el poema está lleno de citas explícitas e implícitas, ya que no recurre a los
nombres sino a sus versos, aunque sí nombra a Teresa; y “que si ella es
castellana/ de Dio”, verso cuyo encabalgamiento va a ser otro de los signos
de identidad de la poesía de Otero. En la intertextualidad trasluce una
arraigada fe cristiana y un conocimiento y de la obra de los místicos españoles
y demuestra una asimilación de los escritores, asimilación que le ha llevado a
una creación propia: como ejemplo un verso que muestra la capacidad mística del
autor
“El alma es la que besa.
Ruptura
Es conmigo, Señor,
calladamente,
Con quien rompo: me rompo
yo a mí mismo
Bajo las olas de mis
pensamientos
Y la suave roca de mi
corazón-
¡Ah! Todos: tú, mujer que más
amé
Enemigos, hermanos, luchas,
trances,
Todos podéis venir. ¡Yo
voy corriendo
y abierto, hacia vosotros, entregado!
¡Que no me acuerde ni de
mi memoria!
¿Qué soy en esta isla de
los hombres
Sino un pedazo más, el más
inútil,
sin el que todo, es
cierto, seguiría?
Que no me acuerde de mis
esperanzas.
Podéis dejarme lo que vos
queráis,
Lo que los hombres quieran
permitirme
Y yo mismo consiga poseer.
Mi imagen: Ese cielo que
se rasga,
esa fuente que ofrenda
todo el cuerpo,
el insecto minúsculo, el
buey manso,
el llanto más pequeño de
los niños.
Si sé que tú me lees, ojos
que lloran,
si sé que tus espaldas se
estremecen
cuando doy con el verso
ineludible,
¿Qué me importa el laurel,
ni el hondo anónimo?
Sabed que nada es mío: ni
esta mano
-
Acaso ni este
lápiz- con que sueño
cuando escribo, debajo de
la lluvia,
en mi cuarto, las noches eminentes.
No
hemos podido encontrar el poema en otro texto que no fuera en la revista Albor
n.º 14 que hoy traemos. Ya que la cita que hemos encontrado del poema alude
como fuente nuestra revista[11], hace suponer quizá que pudo ser uno de los
poemas que rompió y que no publicó en periódicos, ni poemarios, ni en otra
revista a la que no tenemos acceso, aunque no podríamos asegurarlo.
El
poema Ruptura nada parece tener en común con el poema anterior. En la
forma, está escrito en 18 endecasílabos blancos, sin rima, no hay intertextualidad
ni arcaísmos, aunque sí encabalgamientos. Tampoco es acordativo, sino crispado.
El título sugiere un desgarramiento que, como dicen los primeros versos,
suponen la ruptura de él mismo. Se dirige a Dios en los cuatro primeros versos,
no prescinde de Él, por tanto, es poema religioso, en el que inmediatamente
después incluye a todos, la mujer, la familia, la lucha y los hermanos, un
plural al que igualmente se dirige.
Siendo conscientes de su biografía, no descartaríamos que fuera un poema
que expresa la decisión de la renuncia a sí mismo y la entrega a todos los demás
a los que apela.” Yo voy corriendo/ y abierto hacia vosotros, entregado,
dice en los versos 7 y 8. Encontramos una anulación del propio yo y una
renuncia a la memoria, renuncia a la esperanza. La entrega a los demás deja, no
obstante, un sentimiento doloroso de aniquilación, de desasimiento. Aunque sea
buscada y asumida, no podemos pasar por alto las palabras que introduce para
hablar de su propia imagen, “rasgado”, “minúsculo”, “insecto” “buey manso”,
“llanto”. Entendemos que existe un hilo muy tenue entre la biografía y la
escritura.
“Me queda la palabra” dirá en un verso
posterior[12]. En el
poema Ruptura encontramos un inicio de la persecución de la palabra -el
verso ineludible (verso 23) que conmueva. Hay en esa desposesión una no
renuncia a la poética que no es embriaguez, sino empeño triste. No busca el
triunfo, pero sigue soñando la escritura y el verso: la palabra. Otero, roto,
se dirige a Dios y a todos los demás para entregándose, y también en sus
versos, intentar perderse en ellos.
Charo fuentes Caballero, miembro de la junta directiva de la Asociación Cultural Amigos de Cascante, Vicus
Pamplona, diciembre, 2023
[1] Tarazona de Aragón, 1906- Pamplona 1991 Profesor de
Magisterio y de la Escuela de comercio de Pamplona. Propietario de Pregón
y subdirector. En 1950 pasó a ser director
[2] Sobre Pregón véase ANGEL RAIMUNDO FERNÁNDEZ GONZÁLES,
Historia Literaria de Navarra, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2003, pp.
101-118 RAMÓN GARCÍA DOMINGUEZ; Pregón, un noble canto a Navarra,
Pamplona, Caja de Ahorros Municipal de Pamplona; MIGUEL D ÓRS;
Aproximación histórica a la poesía navarra de la posguerra, Pamplona,
Diputación Foral de Navarra, 1980, pp. 15-19
[3]Publican poemas Blas de Otero, Manuel Alonso
Alcalde, Luis López Anglada y José Diaz
Jácome
[4] Perteneció a la Federación de Estudiantes Católicos
de Vizcaya. Tomo los datos de Juan José Lanz en “Blas de Otero “En canto y
Alma” En el centenario de su nacimiento”
[BRAE · Tomo XCIX · Cuaderno CCCXIX · Enero-Junio de 2019 http://revistas.rae.es/brae/article/view/305
[5] Blas de
Otero, Jaime
Delclaux, Pablo y Antonio Bilbao Arístegui, Antonio Elías Martinena, Esteban
Urkiaga, antes de la guerra, 1935, en el Café Bilbao, habían creado
ALEA, Asociación Libre de Ensayos artísticos,
grupo del que formaban parte Otero. Juan José Lanz “En canto y Alma” En el centenario de su
nacimiento” [BRAE
· Tomo XCIX · Cuaderno CCCXIX · Enero-Junio de 2019 http://revistas.rae.es/brae/article/view/305
[6] Fray
Luis de León: Canción de la vida Solitaria”. 8º lira: “Vivir quiero
conmigo;/ gozar quiero del bien que debo al cielo, /a solas, sin testigo/ libre
de amor, de celo/ de odio, de esperanza, de recelo”.
[7] San Juan
de la Cruz, Cántico Espiritual, 5º lira: “Mil gracias derramando/
pasó por estos sotos con presura/ y yéndolos mirando/ con sola su
figura/Vestidos los dejó de hermosura”
[8]“San Juan
de la Cruz, Cántico Espiritual, lira 33 “y no toquéis el muro/ porque
la esposa duerma más seguoo”
[9] San Juan
de la Cruz Cántico Espiritual, 2.º Lira: Pastores los que fuerdes/ allá
por las majadas del otero/ si por ventura vierdes/ a Aquel que yo mas
quiero/decidle que adolezco, peno y muero.
[10]Santa
Teresa de Jesús, Vivo sin n vivir en mi/, y tan alta vida espero, / que
muero porque no muero
[12] Si he
perdido la vida , el tiempo, todo